Ciencia

Descubren la base fisiológica del desmayo romántico

Un circuito neuronal hasta ahora desconocido entre la médula y el corazón es el responsable de la pérdida de conocimiento frente a impresiones intensas

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L'actriu Brigitte Bardot després de patir un desmai en el rodatge d'Una vida privada a París el 1961

BarcelonaUna escena habitual de las novelas victorianas era aquella en la que la heroína (o, a menudo, también el héroe) se desmayaba dramáticamente. De esta forma, el autor acentuaba la intensidad de lo que le estaba pasando al personaje. Si debemos creer la ficción, perder el mundo de vista estaba a la orden del día durante el pico del romanticismo. Hoy en día podríamos pensar que no caemos redondos con tanta facilidad como nuestros antepasados, pero lo cierto es que los desmayos son todavía frecuentes: se calcula que 40% de las personas pasan por esta experiencia al menos una vez en la vida. Lo curioso es que, hasta recientemente, no se conocía la razón biológica que controla el acto de desmayarse. Esto ha cambiado con un artículo publicado en la revista Nature, en el que se revela un nuevo vínculo entre el cerebro y el corazón que podría explicarlo todo.

Un desmayo es una pérdida transitoria de la conciencia, que se resuelve por sí sola al cabo de un rato, medio minuto de media , sin que deje ningún efecto secundario. Técnicamente recibe el nombre de síncopa. Al acompañarse de una pérdida general del tono muscular, la persona que se desmaya puede caer al suelo y, si no se tiene suerte, el golpe sí puede ocasionar secuelas. Sabemos que el mecanismo que lleva a la síncopa es una bajada repentina de la presión arterial. Esto hace que llegue menos sangre al cerebro y se cierren de repente algunas funciones básicas. La deshidratación o agotamiento pueden facilitarlos. Y también hay desmayos que son consecuencia de alguna enfermedad, por ejemplo las que dan ciertos problemas cardíacos, como arritmias y valvulopatías.

En estos casos, las síncopas pueden actuar como señales de alarma, pero, en la mayoría, no hay una patología detrás que pueda justificar lo que lleva a esta bajada de presión. Cosas tan diversas como un estrés intenso, el calor o algún hecho que nos asusta pueden disparar la respuesta, y hacía tiempo que los científicos intentaban averiguar el porqué. El grupo dirigido por el doctor Vineet Augustine, del departamento de neurobiología de la Universidad de California, en San Diego, parece que le ha descubierto estudiando las conexiones entre el sistema nervioso y el corazón en los ratones.

Unas neuronas desconocidas

Un análisis célula a célula de todos los genes activados en los nervios de los ratones permitió a los científicos encontrar un grupo de neuronas que no habían sido descritas antes. Forman parte del nervio vago, encargado de controlar el corazón y otros órganos, y en su membrana tienen un receptor especial para el neuropéptido Y que, entre otras cosas, se sabe que es una señal que utiliza el cuerpo para bajar la presión. Estas neuronas conectan la pared de los ventrículos del corazón con un área de la médula espinal, en la base del cerebro, llamada postrema que, aparte de diversas funciones, se encarga de controlar la presión arterial. Todas estas características hacen que las neuronas mencionadas, etiquetadas con el nombre NPY2R VSNs, no se parezcan a sus compañeras.

Esto hizo sospechar a los investigadores que este circuito podía tener un papel al controlar el corazón cuando la presión debe cambiar , y se propusieron investigar qué ocurría cuando se ponía en marcha. Para ello utilizaron una técnica llamada optogenética, que estimula las neuronas con luz, mientras medían la respuesta fisiológica de los animales. La sorpresa fue que, cuando las neuronas se activaban, los ratones se quedaban inmediatamente inmóviles, se les dilataban las pupilas, les bajaba la frecuencia cardíaca y se acababan desmayando.

En el mismo análisis, los científicos se dieron cuenta de que, durante el desmayo, la actividad del cerebro se detenía en todas partes menos en un área, el núcleo paraventricular del hipotálamo, conocido por controlar las respuestas al estrés. Supusieron que era de donde, pocos segundos después del inicio de la síncopa, saldría la señal para reactivarlo todo. Efectivamente, si inhibían la actividad de esta zona, el desmayo duraba más tiempo, y si le estimulaban, se acortaba.

Un misterio de muchos

La conclusión de estas observaciones es que la reducción del flujo de sangre que llega al cerebro justo antes de desmayarnos es un evento perfectamente regulado por una serie de neuronas especializadas. Conocer los circuitos que provocan los desmayos y permiten su recuperación puede ser útil a la hora de prevenir estas reacciones o de entender por qué algunas personas son más propensas a sufrirlas. Puede que, en estos casos, las neuronas responsables fueran hiperactivas o más sensibles a los estímulos externos. Además, este trabajo demuestra que, a pesar de las décadas que llevamos estudiando el sistema nervioso, todavía quedan mecanismos por entender. de los mareos que sienta no es sólo de la habilidad sobrenatural del artista para conjurar emociones, sino también de unas neuronas que conectan el corazón y la base del cerebro. Aún queda por descubrir por qué se activan cuando menos nos lo esperamos y qué sentido biológico tiene que esto suceda.-_BK_COD_

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