Ciencia

Un pequeño mamífero prehistórico atacaba dinosaurios tres veces más grandes que él

Un fósil extraordinario hallado en China muestra los dos ejemplares de hace 125 millones de años en plena lucha

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Reconstrucción del ataque del pequeño mamífero "Repenomamus" a un psittacosaurio.

BarcelonaQuedaron fosilizados al instante, como los habitantes de Pompeya durante la erupción del Vesubio en el 79, pero en la China de hace 125 millones de años, en plena era de los dinosaurios. Eran un mamífero del tamaño de un gato pequeño y un dinosaurio del tamaño de un perro grande. Y, contrariamente a lo que se podría pensar, el mamífero está atacando al dinosaurio para matarlo y comérselo. Esto es lo que han deducido los científicos del Museo de Naturaleza de Canadá y de la Carleton University, también en Canadá, que han estudiado este fósil extraordinario.

"Es muy raro encontrar un ejemplo de comportamiento tan claro en el registro fósil", asegura Albert Prieto-Màrquez, investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, que califica el hallazgo de "muy importante". En efecto, el fósil de los dos animales es fascinante: están enredados y se aprecia claramente cómo el mamífero coge la mandíbula del dinosaurio con la garra delantera izquierda, al tiempo que con la pata trasera izquierda sujeta por debajo de la rodilla una de las patas del dinosaurio contra el suelo y le espeta un mordisco en las costillas.

Fósil del mamífero y el dinosaurio entrelazados.

Se sabía que esta especie de mamífero, conocida como Repenomamus robustus y con cierto parecido con un diablo de Tasmania, se podía alimentar de crías de dinosaurio, pero no que pudiera atacar directamente a adultos de Psittacosaurus, un dinosaurio herbívoro muy abundante. Básicamente, porque el mamífero pesaba cerca de tres kilos y el dinosaurio unos diez.

Las pruebas del ataque

Ahora bien, ¿cómo saben los científicos que el fósil realmente captura un momento de la vida de estos dos animales y no es un simple montaje o casualidad? Los montajes de dos o más fósiles están documentados en esta zona de la China, cercana a la ciudad de Jinzhou, en la costa norte del país y muy rica en fósiles de esa época. De la misma manera que los taxidermistas del siglo XIX construían animales ficticios cosiendo cabezas de una especie en el cuerpo de otra, a veces los buscadores de fósiles construyen momentos ficticios poniendo de lado huesos fosilizados de especies diferentes. Sin embargo, según la experiencia de los científicos, la mayoría de estos momentos falsos consisten en una simple yuxtaposición de dos o más fósiles y no reproducen el grado de enrollamiento que se aprecia en el fósil estudiado.

Tampoco es muy probable que los animales murieran separados y por diversas circunstancias terminaran en esta posición. Una interpretación más plausible es que el mamífero se estuviera alimentando del dinosaurio una vez muerto, lo que haría más asumible la diferencia de tamaño entre ambos animales. Pero en este caso, debería haber marcas de dientes en los huesos del dinosaurio y no hay ninguna. La hipótesis carroñera tampoco liga mucho con el enredo de los dos animales, ni con que el mamífero esté encima del dinosaurio cuando lo más fácil sería comérselo desde el suelo, a su lado. "La disposición de ambos cuerpos es demasiado complicada si no fuera porque se estaban peleando", corrobora Prieto-Màrquez. La hipótesis de los científicos, pues, es que mientras se producía el ataque, un flujo de humo y ceniza volcánica caliente que se desplazaba a decenas de metros por segundo les mató y sepultó en el acto.

Una cuestión de tamaño

Más allá del carácter extraordinario del fósil por la cristalización de un momento de hace 125 millones de años, lo que más sorprendió a los investigadores es que un mamífero de tres kilos atacara a un dinosaurio de diez. Por eso estudiaron si hay algún caso de depredador actual que ataque presas tres veces más pesadas. Y sí que las hay. Los glotones (Golu golu), que pesan unos quince kilos, pueden atacar renos, ciervos e incluso alces. Y algunas especies de comadreja se atreven con pájaros grandes o conejos.

No hay muchos precedentes de hallazgos como éste en la historia de la paleontología. El más conocido es quizás el que hizo en 1971 en Mongolia un equipo de paleontólogos polacos. Encontraron un velociraptor, el dinosaurio rápido y carnívoro que se hizo famoso gracias a Jurassic Park, entrelazado con un protoceratop, un gran herbívoro con pico y una gran placa en la parte superior de la cabeza. En esta escena, el velociraptor tenía cogida la cabeza del herbívoro y le daba coces en la barriga, mientras que el protoceratop había atrapado con el pico una de las patas delanteras del atacante.

La conclusión del análisis, publicada en la revista Scientific Reports, es que, a diferencia de la idea dominante de que los dinosaurios eran dueños y señores del planeta y que el resto de animales tenían que tener cuidado de no ser devorados por estos saurios, había mamíferos que podían representar una amenaza para algunas especies de dinosaurio. Los científicos también explican que el yacimiento de Yixian, de donde proviene el fósil, puede ser muy rico en este tipo de escenas como consecuencia de la propia erupción volcánica, tal y como probablemente demostrarán futuras excavaciones.

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