El consultorio

Cómo evitar que los jóvenes hagan la primera calada

La puerta de entrada al tabaco entre los adolescentes es el vapeador

ARA
3 min
Una adolescente vapeando.

Barcelona"Un vapeador no es lo mismo que un cigarrillo; además, muchos amigos míos lo hacen". Con esta frase Álex intentaba justificar a su familia porque había empezado a golpear. El joven tiene sólo 12 años y acaba primero de ESO. Teniendo en cuenta los últimos datos del ministerio de Sanidad, su caso no es excepcional: uno de cada 4 niños de entre 12 y 13 años se introducen en el mundo del tabaquismo fumando alguna vez un cigarrillo electrónico.

Si bien es cierto que en las últimas décadas han ido desapareciendo los cigarrillos de locales y muchos hogares, la batalla continúa, en parte, por el auge de las nuevas formas de consumo como los vapeadores, los cigarrillos electrónicos o las pipas de aguas, alerta a la escuela de salud del Hospital Sant Joan de Déu. Bajo una apariencia inocua, un diseño atractivo y una amplia oferta de sabores frescos que se alejan de la idea tradicional que existe del tabaco, la industria tabacalera ha logrado eludir, añade el centro hospitalario, algunas barreras legales y sociales. Ahora bien, según un estudio de la Universidad de California San Diego todas estas nuevas formas de consumo, además de representar un método capcioso de iniciación al hábito tabáquico, hace que el adolescente que vapea tenga el triple de probabilidades de convertir en un adulto fumador.

¿Qué efectos tienen?

A diferencia de los cigarrillos convencionales, en los que la nicotina se encuentra de manera natural en la hoja del tabaco, los cigarrillos electrónicos, los vapeadores y las bolsitas de nicotina llevan incorporada esta sustancia de forma artificial, lo que permite disminuir la cantidad de nicotina presente en cada dosis. A diferencia del tabaco tradicional, los efectos que causan los vapeadores no están tan estudiados, ya que la gran variedad de fórmulas y sabores hace que los ingredientes, añadidos de forma artificial, sufran cambios cuando se calientan. Ahora bien, lo que sí está demostrado, según la pediatra responsable de la Unidad de Salud Medioambiental del Hospital San Juan de Dios, Elena Codina, es que los vapeadores, aunque se perciben como menos perjudiciales, liberan a químicos que pueden dañar los pulmones y el sistema cardiovascular, entre otros efectos.

¿Por qué los jóvenes quieren fumar?

El atractivo que despierta el tabaco en los jóvenes responde a menudo a la necesidad vital de diferenciación y búsqueda de una personalidad propia que, en ocasiones, enfrenta al adolescente con los valores y normas familiares establecidas. Según el Hospital Sant Joan de Déu, la puerta de entrada al tabaco entre los jóvenes es actualmente el vapeador. "La primera calada puede dar paso al consumo de otras sustancias", deja claro el centro hospitalario. Las redes sociales juegan un papel difusor de la industria tabacalera: redes como Instagram o TikTok promueven una idea positiva, segura y divertida de vapear con vídeos que muestran técnicas y trucos. De la misma forma, la facilidad que encuentran los adolescentes para adquirir estos productos, disponibles con frecuencia en tiendas 24 horas o incluso máquinas expendedoras, propicia un consumo despreocupado.

¿Las familias pueden evitarlo?

A la hora de abordar el tema del tabaquismo entre los jóvenes resulta muy útil recordar nuestra adolescencia para conseguir comprender conductas inherentes a esta etapa vital y que en un primer momento pueden resultar provocadoras o reivindicativas. A partir de ahí, sin embargo, la familia debe afrontar una conversación buscando el momento oportuno en el que exponga tanto las malas consecuencias de la introducción este hábito como lo que buscan los jóvenes a la hora de fumar. "Los adolescentes saben los efectos deseados de las sustancias, cómo sentirse relajados, tranquilos o más alegres. Si no hemos hablado de estos efectos antes, un discurso basado en prohibir el consumo quedará en entredicho porque es posible que nuestros hijos y hijas piensen que no estamos siendo sinceros o que no los entendemos", explica Elena Flores Márquez, psicóloga clínica de la Unidad de Conductas Adictivas del Adolescente del Hospital Sant Joan de Déu. Además es posible que el joven normalice el uso de estas sustancias pensando que "todo el mundo lo hace" porque tiene amigos o conocidos que, aparte de este hábito, tiene otros como el alcohol o el cannabis.

Otras recomendaciones

Los expertos del Hospital Sant Joan de Déu apuntan otras recomendaciones a la hora de disuadir a los jóvenes de dar la primera calada, como ser sincero y directo cuando se aborden temas delicados, como las drogas, el alcohol, el hábito de fumar y el sexo; enseñarles a distinguir entre diferentes situaciones de riesgo; resaltar la importancia de tener amigos a los que les interesen actividades positivas y evitar aquellos que les presionen a tomar decisiones peligrosas; ayudarles a tomar decisiones saludables y, a su vez, animarles a tomar sus propias decisiones; mostrar interés por sus actividades tanto académicas como extraescolares y que se sientan escuchados.

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