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El tiempo educativo de mediodía como oportunidad

Comedor de una escuela
29/03/2025
2 min
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BarcelonaQue los servicios de comedor escolar se gestionen mayoritariamente a través de empresas y entidades del mundo del ocio educativo es, sin duda, un éxito del modelo educativo catalán. La secretaria de Mejora Educativa del Gobierno, Josefa Beltran, recordaba recientemente, durante la celebración del Foro Económico y Social del Acellec, que el tiempo de mediodía supone el 30% de lo que los niños pasan en la escuela. No sería razonable pensar que los servicios que se prestan durante esa franja no tuvieran carácter educativo.

La larga tradición del ocio educativo como técnica de intervención en los espacios comunitarios y de socialización de niños y jóvenes se ha consolidado y desarrollado en Cataluña de una forma tan significativa que la ha convertido en una componente imprescindible para la educación. Está claro que deben garantizarse la calidad alimentaria, la excelencia en la propuesta dietética y la inclusividad que haga extensivo el servicio a la totalidad de la población. Pero el factor que liga a todos estos elementos con la convivencia social y cultural en la escuela es el carácter educativo del servicio.

A menudo se problematizan los comedores escolares explicando que se producen conflictos, que afloran casos de bullying y que son escenario de choque cultural. Los conflictos existen y forman parte de nuestras relaciones comunitarias y sociales. Se originan en la calle, en el trabajo, en los eventos públicos, culturales, deportivos o sociales, o en la escuela. Hay espacios y entornos en los que afloran y se hacen visibles en unas circunstancias y herramientas al alcance que permiten tratarlos y gestionarlos con voluntad integradora. Es una de las múltiples perspectivas desde las que trabaja siempre el ocio educativo. Y es, justamente por eso, que es una suerte que los comedores escolares estén mayoritariamente en manos del ocio educativo.

Gestión de los conflictos

A menudo se dice que los comedores escolares hacen posible que un porcentaje importante de la población infantil en situación de desventaja por razones económicas tenga, como mínimo, una comida saludable al día. Y es cierto. Pero no sólo eso. Si el comedor escolar se trabaja desde la perspectiva educativa que aporta el método del ocio, ofrece también una oportunidad valiosísima para tratar conflictos sociales latentes que afloran, lógicamente, en espacios de libre expresión y relación. ¿Podemos permitirnos renunciar a este espacio de gestión de las relaciones comunitarias con voluntad educativa?

No, los comedores escolares no generan conflicto. Sin embargo, son un espacio óptimo para trabajar los conflictos que se generan en nuestras sociedades. Celebramos que nuestros comedores escolares los gestionan, mayoritariamente, las empresas y entidades del ocio educativo. Y que, justamente por eso, nos gusta hablar del servicio de tiempo educativo de mediodía. Con una idea amplia y generosa de lo que es la educación.

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