Blueberry en la Guerra de Líbano
Charles Berberian recuerda en 'Una educación oriental' su adolescencia en un Líbano en guerra civil

'Una educación oriental'
- Charles Berberian
- Planeta Cómic
- 152 páginas / 25 euros
- Traducción: Joaquim Toset Masdeu
"Podríamos hacer una historia sobre un piloto del ejército del aire. Un general le pide que bombardee un campamento palestino y él se niega. Luego, le condenan por traición y lo quieren fusilar. Pero en realidad en lugar de fusilarle le confían una misión suicida. enamora de la hija del jefe. De hecho, nuestro héroe es como en Blueberry, apoya a los indios; bueno, en nuestro caso, a los palestinos. Sin embargo… Es una lástima no hacer un western", explica el pequeño Pierre, el amigo de infancia de Charles Berberian, mientras caminan, en los años setenta, por las calles de Beirut y fantasean con hacer cómics como los de Jean Giraud, Hergé o Uderzo y Goscinny. Una educación oriental se desenvuelve de manera proustiana, como una evocación en primera persona durante el confinamiento de la pandemia, en París, cuando la idea de quedarse encerrado en casa le recuerda a Berberian los días lejanos de 1975, con la guerra civil asediando al Líbano sin que nadie pudiera saber cuánto tiempo duraría, y las viñetas de cómico la realidad.
Con un trazo tan grácil como expresionista, en un juego incesante del tiempo, la narración se presenta como una anamnesis de la infancia de Berberian entre acontecimientos históricos marcados por la violencia, lo que hace de esta obra un álbum muy oportuno y liberador en medio de la turbulenta geopolítica. La explosión que arrasó parte de la ciudad de Beirut el 4 de agosto del 2020, cuando casi tres mil toneladas de nitrato de amonio produjeron una terrible deflagración en el puerto, se encadena con el atentado con explosivos contra el coche del primer ministro Rafik Hariri el 14 de febrero del 2005 el autor, y con los bombardeos nocturnos de los años setenta que empujaban a la familia Berberian a hacer vida en el pasillo de casa, lejos de las ventanas. Los juegos, las vacaciones en la playa, el cine y las visitas a la abuela en el desaparecido edificio Tarazi se vislumbran con las detonaciones y el sonido de las protestas.
La habilidad de Berberian para crear ritmos en la página, para integrar en un solo estilo modos narrativos diferentes, para hacer del color una forma plástica de condensación del tiempo y para combinar trazos gruesos, pictóricos de pincel con la línea continua del rotulador y texturas cambiantes estalla en este volumen Los amantes de Shamhat. La verdadera historia de Gilgamesh (Ponente Mon, 2023), o en las extraordinarias series Señor Jean (Norma, 2000-2009) y Henriette (Alfaguara, 2006), hechas en colaboración con el guionista Philippe Dupuy. Al igual que el volumen Diario de un álbum (Planeta Cómic, 2005) constituyó una especie de jam session entre Dupuy y Berberian, abierta a todas las posibilidades rítmicas de la viñeta, Una educación oriental es una sinfonía interpretada entre las calles de Beirut, el Bagdad natal de Berberian, la Jordania y la Grecia invocada por la abuela y los interiores de un París confinado durante la pandemia.
Cuando en las primeras páginas Berberian invoca la muerte de su hermano, el cineasta Alain Berberian, y su viaje a Beirut en el 2018, aparece en un sutil motivo musical la fatalidad de la coexistencia con el desastre en un país fronterizo con Israel y Siria. "En Líbano, la gente vive más allá de la línea que acota el caos. Esto hace que el ambiente del país esté regido por una cierta ligereza, una despreocupación, una inoperancia que le da un encanto irresistible". Es desde este elogio de la inoperancia, de la convivencia con el horror de la agresión actual por parte de Israel, desde donde el imaginario de niñez de Berberian y su amigo Pierre, capaces de emplear a los westerns de Blueberry como modo de leer la guerra en los años setenta, revela el infinito potencial del cómic para reescribir la historia, para apropiarse de los hechos pasados y transformarlos para el futuro.