"Aún tengo el espíritu de fiesta: colocamos a los niños y vamos al Vida"
Patricia Martínez del Hoyo debuta en la novela con la historia de una amistad en 'Nos hem perdut'


Barcelona"Hace diez años empecé a sentir que me tocaba ser adulta pero me sentía superdesconectada de ser adulta, aunque era madre, tenía un trabajo, un coche y firmamos una hipoteca. La vida adulta era una obra de teatro que no sabía interpretar porque no me acababa de creer", reflexiona Patrícia Martínez del Hoyo Gurio. El actual jefe de EVA, el canal digital joven del 3Cat, después de una carrera profesional que le ha llevado a hacer de actriz con La Fura dels Baus, a ser directora deEl Mueble, a escribir y presentar programas como Efecto wow en el Club Super3 ya actuar en Esto no es Suecia, ahora estrena nueva faceta como autora con Nos hemos perdido (La Campana), un retrato generacional de los adultos en la cuarentena que se resisten a hacerse mayores.
La novela comienza como una road movie hacia el pasado, en dirección a una masía escondida del Berguedà que regenta a una vieja amiga. Dentro del coche acuden una pareja de Sabadell y una pasajera inesperada, una vecina que tiene una hija de pocos meses y pasa por un desequilibrio emocional. Sin embargo, la historia empieza mucho antes, porque los protagonistas son un triángulo de berguedans que compartieron juventud, puerros y piso en Gràcia hace más de quince años: Julia, Marc y Xavi. "Nunca me he despegado de la juventud, quizás porque fue un lugar feliz e interesante, en el que nos sentíamos en el núcleo del universo. Todavía tengo el espíritu de fiesta y creo que es generacional: vamos a festivales, colocamos a los niños y vamos al Vida, tenemos ganas de que no se acabe la emoción, que. Así que el libro "no va de la crisis de los 40 porque hay personajes de 30 años en crisis", ni tampoco sólo tiene que ver con el paso a la maternidad. Los hijos no son una frontera: "Yo me he vuelto más libre ahora, porque los hijos te conectan con la infancia. Y aunque soy responsable y seguimos una rutina, no me siento adulta. Ahora he empezado a sentirme porque por primera vez he sentido el dolor, con el accidente que ha sufrido mi hija. La vida de adulto."
Aquel trío calavera que se sentía invencible en las noches de Gracia implosionó –una acabó en Formentera, la otra en Estados Unidos y el tercero, en el extrarradio–, pero esa amistad les habrá marcado la vida. La historia avanza en primera persona saltando de un personaje a otro con la idea de jugar con los recuerdos y las distintas perspectivas sobre los hechos. "La memoria no es una herramienta para grabar hechos sino para sobrevivir y adaptarnos y, por tanto, hay un margen grande de recreación entre lo que tú y yo recordamos sobre lo ocurrido, y eso me hacía gracia", explica la autora, que dedicó el cortometraje Cerdos, piñas y otros mortales (2012) en la memoria compartida con su abuelo.
La novela habla con humor de lo que da peso a la existencia (la maternidad, las ambiciones profesionales, los accidentes vitales, las relaciones tóxicas y las adicciones) y lo que le da ligereza, como los sueños, el placer y los imprevistos. La mirada de la autora se decanta por naturaleza hacia esto segundo: "Yo tengo anorexia inversa. Siempre pienso que soy guapísima, listísima y que si no me contestan un mensaje en el chat de amigos es porque me están preparando una fiesta sorpresa, vivo con la ilusión que pasen. me hace gracia. Tengo 42 años y pienso que lo mejor está por pasar. Así, es evidente que espera que el libro sea superventas y acabe convertido en una serie o película. Y si no, asegura que publicar el libro era ya un sueño: "Desde pequeña siempre había querido ser escritora". Así que el libro explica la búsqueda del éxito de los tres protagonistas pero también de la propia autora. "¿Qué es el éxito? El éxito para mí es estar contenta, aunque suene infantil".