Literatura

Mònica Batet gana el premio Crexells con una novela sobre los peligros del autoritarismo

'Una historia es una piedra lanzada al río' es el octavo libro de la autora y explica las vicisitudes de un país partido en dos después de una revolución

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Retrato en la escritora Mònica Batet, en Barcelona

BarcelonaEl mundo paralelo que Mònica Batet (el Pont d'Armentera, 1976) plantea a Una historia es una piedra arrojada al río ha convencido al jurado de la 53 edición del premio Crexells, que ha decidido premiarla entre todas las obras que ha valorado. La novela, publicada por Angle Editorial, toma la forma de los cuentos populares para explicar las vicisitudes de un país indeterminado que, a consecuencia de una revolución, queda partido en dos mitades. "En un régimen autoritario, o acotas la cabeza o te rebelas", comentaba este viernes al mediodía la autora en el Ateneu Barcelonès, entidad que convoca anualmente el galardón. La novela ya había sido finalista de premios como el Finestres y había sido escogida como la tercera mejor novela del año por el equipo de críticos delAhora Leemos. El premio Crexells está dotado con 6.000 euros.

Los protagonistas del libro, un folclorista, su hija etnomusicóloga y un revolucionario, ayudan a construir una realidad con sentido crítico, al margen del totalitarismo, y sufren sus efectos. Además de ser un artefacto narrativo de una singularidad remarcable, el libro aborda el poder del arte y la necesidad de sublevarse en una sociedad que recuerda el periplo que muchos países europeos han vivido a lo largo del siglo XX. "En el libro hay varios temas que para mí eran importantes –ha añadido–. Existe, por ejemplo, el poder de la oralidad. Los cuentos populares pasan de familia en familia y de siglo en siglo. Existe también el folclore , que nos explica como sociedad, y al que llegué a través de un profesor de filología catalana, Josep Maria Pujol. Me ha interesado explorarlo en varios libros". Podría haber citado, entre otros, Dentro del corazón de Chopin (Empúries, 2020), Nueve islas en el Norte (Más Libros, 2019) e incluso su debut, La habitación gris (Empúries, 2006), con el que ganó el premio Just M. Casero.

Una autora a favor de quienes sufren

El autoritarismo es otro de los temas importantes de la novela. "Crecí en los años 80 en un pequeño pueblo situado en un valle, el Pont d'Armentera (Alt Camp), y allí nos costaba que llegara cualquier cosa, incluso TV3 –dice–. Los reportajes que veía en los otros canales, La 1 y La 2, crearon mi imaginario. Informe semanal donde aparecían Helmut Kohl, Mijaíl Gorbachov y Margaret Thatcher, que debía de ser la única mujer mandando. En aquellos momentos, el autoritarismo era importante, todavía estaba la URSS... Lo que me interesó no era el poder represor en estos contextos, sino los que lo sufren. Me interesa también cómo el sometido engaña al poderoso. El poder de los pueblos vale más que el poder de los políticos".

"El libro merece el Crexells por varias razones –ha dicho Anna Ballbona, en nombre del jurado, que también estaba integrado por Eva Piquer, Andreu Gomila, Francesco Ardolino y Valeria Gaillard–. Tiene un enorme magnetismo que convoca a un universo sugerente. Hay un canto de amor al gesto de narrar historias y al mismo tiempo relacionarse con la tradición. También elogia el poder de la imaginación y la creatividad, y es una crítica a las imposiciones. Ofrece unos códigos de entrada al libro que son propios, todo tiene un aroma de leyenda. El lector va a tientas y debe trabajar con un planteamiento que no se puede comparar con ninguna realidad cercana, pero que funciona porque enseguida te encuentras bien. Y el libro nos recuerda también que los autoritarismos comienzan reprimiendo muy directamente los derechos de las mujeres".

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