Cuando la cámara enfoca a la familia
Una exposición en el Archivo Fotográfico de Barcelona reivindica la fotografía familiar de diferentes épocas
BarcelonaEl 10 de agosto de 1983 Marta Povo (Barcelona, 1951) fotografió a su hija Martina justo cuando empezaba a salir de la matriz. Es una perspectiva bastante inusual, porque quien toma la cámara es la madre mientras da a luz. Pero este alto grado de intimidad está presente en las 200 fotografías que reúne la exposición Familia, amigos y fotografía. En torno al espacio fotográfico del hogar, que puede verse en el Archivo Fotográfico de Barcelona (AFB) hasta el 20 de octubre. "La fotografía familiar es el 99,9% de la fotografía que se produce, es un documento muy importante, siempre que tengamos datos. Más que fotografía familiar, la exposición se quiere centrar en el ámbito doméstico, en el hogar como en centro fotográfico", explica el comisario de la muestra, Jordi Calafell. El ámbito doméstico ha sido tradicionalmente menospreciado, pero en los últimos años ha sido reivindicado como fuente documental y algunos artistas contemporáneos lo han utilizado de forma recurrente.
En la AFB se pueden ver fotografías familiares de más de un siglo. Los hay del siglo XIX, cuando fotografiarse estaba tan sólo al alcance de las familias más acomodadas. Algunos retratos serían ahora bastante impensables, como el de una niña difunta. Otros son bastante íntimos, como un retrato con el que Carme Sandalinas obsequió a Joaquim Garrigosa en el día de su santo, el 26 de julio de 1913, cuando era su prometido; años después, él apuntó al dorso una pequeña cronología de los momentos de la relación que para él habían sido más importantes. La pareja son los abuelos de Calafell.
"En estas primeras fotografías se pone en evidencia la jerarquía, las diferencias entre la vida urbana y la rural, y existe un sesgo de género muy acentuado. El mundo del servicio es omnipresente", detalla Calafell. Las fotografías muestran el poder económico y son sobre todo de las familias de la alta burguesía durante las vacaciones o los días de fiesta acompañados de niñeras, sirvientas y masoveros. Así, el fondo de la familia Villalonga Serra, vinculada a la aristocracia, muestra sus lazos con la monarquía con diferentes felicitaciones de los abuelos y padres del actual rey español, o una imagen con yeguas donde el propietario deja claro que todas son suyas, todo un símbolo del poder adquisitivo.
Menos ceremonia y más libertad
A partir de los años setenta existe un cambio. Como escribe la fotógrafa y socióloga Irène Jonas, aparecen momentos que hasta entonces eran inéditos: "La fiesta de inauguración en el primer apartamento de la joven pareja sustituye o precede a las fotos de la boda; la madre embarazada y el parto sustituyen, o se yuxtaponen a , las del bautizo; una fiesta entre amigos ocupa un lugar tan importante como las reuniones familiares, y la desnudez, ya sea durante el embarazo, la lactancia o durante las vacaciones, ya no está prohibida”. La sociedad vive un cambio importante, tanto político como cultural, y esto se nota en las fotografías: una pareja que se casa en una capilla perdida en la montaña, una mujer dando el pecho, excursiones con el 600, otra pareja que se baña desnuda en el mar de Mallorca, reuniones de militantes antifranquistas o fiestas de disfraces donde predominan las de guardia civil, cura o monja. "Unos disfraces que son una forma de revancha generacional de quienes crecieron bajo la represión", afirma Calafell.
La exposición recoge también la obra de fotógrafos profesionales que han enfocado a la familia. Están las fotografías de Jacques Léonard (Maisons-Laffitte, Francia, 1909 - L'Escala, 1994), que fotografió la vida en las barracas de la Vinyeta en Montjuïc y documentó a los gitanos y su cultura. "Él se sentaba en el taburete, observaba y fotografiaba", dice Calafell. La serie Nochebuena en la barraca de tía Maria, de Léonard, contrasta con Como si fuera Navidad, del fotógrafo de arquitectura Lluís Casals Coll (Barcelona, 1954-2021), que capta una comida de Navidad mucho más formal de una familia del Eixample. Se pueden ver también las fotografías de Lluís Bover Pons (Barcelona, 1949), Mònica Roselló Menasanch (Tarragona, 1961), Jordi Guillaumet Anés (Barcelona, 1953) y Christian Maury (Nevers, Francia 1953 - Barcelona, 2014). La exposición termina con los dos fotógrafos más jóvenes: la chilena Tatiana Donoso Matthews (Concepción, 1970), que llegó a Barcelona huyendo de la dictadura de Pinochet y es crítica con la desigualdad a través de fotografías de un trabajo doméstico no remunerado , y Salvador López (Barcelona, 1984), que fotografía con gran ternura a sus abuelos durante cinco años.