Expolio arqueológico

De noche y con detectores de metales: así expoliaron más de 2.500 monedas del siglo 1 aC en Cáceres

La Guardia Civil detiene a seis personas que vendían las piezas a través de las redes sociales

Algunas de las monedas expoliadas que se han recuperado
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BarcelonaEl castro de Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres), un promontorio fortificado que ocupó una comunidad vetona, un pueblo celta de la provincia de Lusitania, es un yacimiento arqueológico donde, durante meses, un grupo criminal se ha dedicado a expoliar monedas del siglo I a. De noche, y con detectores de metales, los ladrones recorrían el yacimiento en busca de tesoros y llegaron a acumular 2.500 piezas arqueológicas.

Los vetones se instalaron en Villasviejas del Tamuja atraídos por su riqueza minera desde el 400 aC hasta el 1 aC. Y las monedas del yacimiento son bastante singulares. En el castro había dos tipos de monedas: unas puramente celtiberas y otras de influencia romana. En el anverso de las primeras hay un busto masculino flanqueado por delfines, y en el reverso un jinete con una lanza y la leyenda "tamusia". Las que tienen influencia romana muestran también en el anverso una cabeza masculina, pero en el reverso hay una nave con cinco o seis filas de remos.

La Guardia Civil llevaba meses detectando que se producía el expolio. De hecho, la operación que han bautizado con el nombre de Tamusia empezó a finales del 2023. Entonces saltó la alarma porque los arqueólogos vieron que se habían realizado pequeñas excavaciones y se había removido el terreno con herramientas manuales en los yacimientos arqueológicos de Cáparra, en el término municipal de Oliva de Plasencia, y en Villasviejas del Tamuja, por lo que han podido desarticular el grupo y han detenido a seis personas, y otras tres han sido investigadas por presuntos delitos de daños continuados contra el patrimonio histórico, hurto con agravantes, blanqueo de capitales y pertinencia a grupo criminal.La banda tenía su centro de operaciones en Cáceres

Los agentes empezaron a estirar el hilo cuando un testigo vio uno de los coches que utilizaban los ladrones. Era un grupo bien organizado que iba con mucho cuidado y tenía sus propias medidas de seguridad para evitar que les pegaran. La Guardia Civil les siguió la pista hasta descubrir dónde escondían las monedas. La otra pista que ayudó a detenerlos fue toda la actividad en internet. Los expoliadores vendían las piezas a través de las redes sociales, en grupos cerrados y especializados, y lo hacían a un precio muy inferior al que tendrían estas monedas en el mercado legal. Además, las monedas son bastante excepcionales, porque sólo se acuñaban en dos yacimientos de toda la Península Ibérica, lo que también ha facilitado su rastro. En el mercado legal, una de estas monedas puede llegar a valer más de 3.000 euros.

La banda criminal se enfrenta a cuatro años y medio de prisión por los daños producidos en los yacimientos. Todos los detenidos e investigados, siete hombres y dos mujeres, fueron puestos a disposición del juzgado número 2 de Cáceres. "Durante el transcurso de la investigación se ha podido constatar la gran actividad expoliadora de los detenidos, que fueron sorprendidos en varias ocasiones, en otros yacimientos", según la Guardia Civil. Además, este expolio ha dañado el yacimiento al comportar la pérdida de contexto y de información histórica asociada a todas las piezas robadas.

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