Youn Yuh-jung, la dama del cine coreano que Sitges premió antes que los Oscars
Después de volver de los EE.UU. a su país vivió una segunda eclosión en el cine y la televisión
Un interrogante rodeaba el apabullante éxito de Parásitos en la ceremonia de los Oscars del año pasado: ¿el boom del cine coreano era un fenómeno puntual o había llegado para quedarse? El premio este año de la Academia de Hollywood a Youn Yuh-jung como mejor actriz secundaria por Minari parece decantar la respuesta hacia la segunda opción.
La intérprete surcoreana se forjó un nombre en la industria de la televisión y el cine de su país a finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando era una joven actriz emergente. Hasta el punto de que uno de los primeros reconocimientos de su carrera lo recibió en la primera edición competitiva del Festival de Sitges, en el que consiguió el galardón a la mejor actriz en 1971 por Woman of fire de Kim Ki-young, donde encarnaba a la femme fatale que perturba el equilibrio de una pareja estable.
Separación y segunda oportunidad
Pero Youn interrumpió su ascendente trayectoria profesional cuando se casó y se estableció en los Estados Unidos. Aun así, después de separarse y volver a su país de origen consiguió retomar su carrera. Todo un triunfo en una industria, la del cine, que no suele conceder muchas segundas oportunidades a las intérpretes de mediana edad, todavía menos si son madres divorciadas. Así, Youn se convirtió en una presencia habitual no solo en incontables series televisivas, sino también en muchos de los films del nuevo cine coreano que nos empezaron a llegar con la oleada de cine asiático que sacudía las carteleras con el cambio de siglo. Youn es una secundaria recurrente, por ejemplo, en las películas de Hong Sang-soo, uno de los cineastas preferidos de la cinefilia mundial, y también la hemos podido ver en The housemaid (2010) de Im Sang-soo, un remake del clásico del mismo título.
En Minari encarna a Soonja, la abuela que aterriza en un rincón perdido de Arkansas en los ochenta para instalarse con su familia migrante, que ya vive ahí desde hace un tiempo pero atraviesa un momento complicado. En un drama de aires clásicos que sabe ajustar muy bien los cambios de tono, Youn da vida a una figura matriarcal que mantiene los vínculos de los protagonistas con sus raíces coreanas. Su interpretación se mueve con fluidez y naturalidad entre el humor, la ternura y el dramatismo contenido.
La actriz de 73 años ha recibido este reconocimiento tardío a su carrera con envidiables muestras de despreocupación y comicidad. En su discurso de agradecimiento han cabido halagos para Brad Pitt, comentarios sobre lo mal que pronunciamos su nombre los occidentales, un reconocimiento a sus colegas de nominación y un homenaje al ya mencionado y desaparecido Kim Ki-young, el director que le abrió las puertas de la industria y el padre del cine coreano moderno, una cinematografía cada vez más presente en las pantallas de todo el mundo.