Pensiones

Dudas sobre la fórmula de Escrivá para garantizar las pensiones

El gobierno español espera llegar a un consenso con los agentes sociales antes del 15 de noviembre

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La reforma de las pensiones, más cerca

El acuerdo de verano entre el gobierno español y los agentes sociales para reformar la primera parte del sistema de pensiones dejó para más adelante algunos de los puntos más difíciles de la negociación. Pero desde ayer martes, y después de la última reunión entre el ejecutivo, los sindicatos y las patronales, se han empezado a destapar las incógnitas de uno de estos elementos más conflictivos: el mecanismo de equidad intergeneracional, que sustituirá el factor de sostenibilidad del Partido Popular aprobado en 2013. De hecho, la mesa del diálogo social de las pensiones se había marcado el mes de noviembre para resolver este punto e introducirlo como enmienda durante el trámite en el Congreso de Diputados de la primera parte de la reforma de las pensiones, que está teniendo lugar en estos momentos.

El objetivo de esta herramienta es reforzar la "sostenibilidad" del sistema de pensiones ante el aumento previsto del gasto cuando la generación de los baby boomers, la más numerosa, se jubile a partir de 2030. De hecho, hoy las pensiones ya son el 80% del gasto social de los presupuestos del Estado para 2022. Por eso, la exigencia de tener a punto una herramienta para hacer frente a este escenario también viene de Bruselas, con quien precisamente el gobierno español se ha comprometido a aprobar este mecanismo en el marco del Plan de Recuperación y Resiliencia.

Si bien la herramienta empieza a mostrar algunas certezas, puesto que la propuesta por ahora planteada por el ministerio de la Seguridad Social va en la línea de tocar los ingresos a través de las cotizaciones, todavía quedan algunas dudas por resolver. "Puede ser que con 0,5 puntos porcentuales no haya suficiente, sino que sea un mero maquillaje para cubrir el gasto", apunta Sergi Jiménez, profesor del departamento de economía y empresa de la UPF, que cree que "puede afectar a la ocupación y aumentar los costes". De hecho, el reto demográfico de España y otros países de Europa es que, mientras que el número de pensionistas aumentará mucho, los trabajadores que paguen sus prestaciones se reducirán, puesto que son generaciones con menos natalidad. Para Jiménez, aumentar las cotizaciones "puede ser una solución", pero defiende que un "sistema sostenible a largo plazo implica ajustar las prestaciones a la disponibilidad y pasar de un sistema de prestación definida a contribución definida".

La propuesta de Jiménez se ha puesto encima de la mesa en otros momentos. En concreto, se apuesta por pasar del actual sistema de prestaciones definidas, en el que los cotizantes pueden anticipar el valor de sus pensiones en función de sus cotizaciones, a uno de contribución definida, muy extendida en los países nórdicos europeos, en donde se reduce la generosidad ajustando la tasa de sustitución en función de la evolución de la esperanza de vida y de las necesidades presupuestarias del sistema, así como aumentando la contributividad.

"Es una solución a través de la recaudación", apunta Montserrat Guillen, catedrática de economía de la Universitat de Barcelona, que añade que puede ser "efectiva" y que "ayudará sobre todo a las pensiones mínimas". Guillen cree que es un "paso adelante" si se compara con la propuesta del PP (el factor de sostenibilidad), que disminuía las pensiones según la esperanza de vida. "Provocaba que en un futuro las pensiones mínimas fueran más mínimas", explica. También añade que si bien este mecanismo por si solo no es suficiente, hace falta "enmarcarlo con las demás medidas, como el traspaso de gastos a los presupuestos del Estado que hasta ahora asumía la Seguridad Social".

Guillen también pone la mirada en el contexto y apunta que una verdadera respuesta pasa también por cambios estructurales, como disminuir el paro o mejorar los salarios de los trabajadores, que son los que pagan las pensiones. A largo plazo tampoco descarta que haya que revisar al alza el aumento del medio punto porcentual que propone Escrivá. "El sistema de pensiones siempre se ha cambiado de manera gradual", añade.

Concreción y recelos

Después del anuncio de ayer martes, los partidos políticos no han tardado en reaccionar. El socio minoritario dentro del gobierno español, Unidas Podemos, ha avisado este miércoles de que una subida de las cotizaciones tiene que ir acompañada de medidas como una subida de los salarios. "Llenar la hucha de las pensiones, sobre la cual durante mucho tiempo se ha hecho una intervención espuria por parte del gobierno del Partido Popular hasta dejarla como está ahora, no puede ser a costa ni del esfuerzo, ni de la salud, ni del poder adquisitivo de la clase trabajadora", ha dicho la portavoz adjunta de Unidas Podemos en el Congreso, Sofía Castañón. También Íñigo Errejón (Más País) ha dicho desde el Congreso que recela de la propuesta y que confía en que sea un "globo sonda".

A su vez, tanto el PP como Cs han tildado la medida de Escrivá de "parche" y los primeros han asegurado que afectará al crecimiento y la ocupación y, por lo tanto, va "en la dirección contraria". Los populares optan también por medidas vinculadas a la natalidad. En cuanto a los agentes sociales, la patronal por ahora no se ha pronunciado y los sindicatos mayoritarios ven, de momento, con buenos ojos la propuesta, a pesar de la falta de concreción. "Que las cotizaciones empresariales y de los trabajadores aumenten un 0,5% con un destino fijo, que es el fondo de reserva, no es un drama", ha defendido el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez.

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