Alimentación

La fruta fea (pero muy buena) que llega hasta la puerta de tu casa

Talkual rescata fruta y verdura por atender 4.500 pedidos semanales y dobla su facturación en un año

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Una caja mixta de fruta y verdura

"Monetizar la parte de la cosecha que no llega a los lineales". Éste es el objetivo de Talkual, ​​según explica uno de sus socios y consejero delegado Marc Ibós. Con su socio Oriol Aldomà pusieron en marcha este proyecto en Bellpuig en 2020. Este año prevén una facturación superior a los 5 millones de euros, el doble que el año pasado, y su plantilla supera las 30 personas. El crecimiento les ha obligado a realizar una inversión de 70.000 euros para ampliar las instalaciones.

Ibós es hijo y nieto de campesinos y, cuando es necesario, también coge el tractor y ayuda al campo. Pero llevaba el espíritu emprendedor dentro y trasladó el modelo de las start-up tecnológicas de Estados Unidos, nacidas en un garaje, en el sector primario. Empezó a trabajar en un rincón del almacén de la central frutal. El modelo es aprovechar la fruta y verdura que las grandes cadenas de distribución rechazan por su aspecto exterior, y venderla directamente al cliente final.

“Todo el mundo gana”, explica, porque el cliente recibe en su casa un producto “de proximidad, barato, fresco, de alta calidad y con muy buen gusto”, y el campesino puede obtener unos ingresos por un sobrante que , muchas veces, se lanzaba o se vendía a un precio irrisorio en la industria o en mercados callejeros. "El sueño de cualquier campesino es monetizar el producto imperfecto", explica. Dado que se vende directamente al cliente final y no hay intermediarios, se puede pagar al agricultor por un producto que antes no tenía salida. De hecho, el negocio ha sido rentable desde que nació y se ha expandido con autofinanciación, sin buscar recursos externos.

Producto de temporada

El negocio consiste en comprar a los agricultores fruta y verdura que, por sus características, no llegan a la tienda. Por ejemplo, manzanas de un calibre inferior de lo que establecen los distribuidores, pimientos que tienen una forma extraña o son de dos colores, o variedades que los consumidores no quieren. "Pero siempre es producto de temporada y recién cosechado", explica Ibós. Estos productos se envían a la nave de Bellpuig, desde donde se envían a sus clientes.

Para realizar el pedido, los clientes reciben el viernes la oferta de qué productos hay disponibles (por si hay alguno que no les gusta) y pueden pedir un envío de fruta, de verdura, o mixto (con productos de ambos tipos). Estos productos se envían a casa del cliente mediante varios proveedores logísticos; por ejemplo, en Barcelona, ​​Mensakas, que realiza el transporte en bicicleta. Para que todo sea más sostenible, las cajas son de cartón y en ningún paso del proceso se utilizan plásticos. Hay tres tipos de cajas: de 7, 10 y 15 kilos. Los precios van de algo más de 19 euros a unos 30, en función de la caja.

Modelo de suscripción

El modelo de negocio es de suscriptor y puede pedirse recibir una caja cada semana o cada dos. Los suscriptores se ahorran casi dos euros en cada pedido. Según Ibós, la compañía cuenta ya con 8.300 suscriptores activos. Además, existe una segunda línea de negocio, que es B2B, de venta a negocios. La compañía realiza envíos de fruta a empresas que la compran para sus trabajadores. Actualmente, son unas 150 empresas las que hacen esta compra cada semana, compañías de diferentes tamaños, algunas grandes que adquieren un volumen importante de cajas. Entre los clientes se encuentran tiendas de Apple, Decathlon o la empresa de certificaciones ITV Applus.

Desde las instalaciones de la compañía cada semana salen unos 4.500 pedidos. Los grandes mercados son Madrid y Barcelona. Por ejemplo, en la capital catalana se envían unos 800 pedidos semanales. Pero los productos llegan a toda la Península, dice Ibós. Los proveedores también son campesinos de todo el Estado, lo que permite alargar la oferta de algunos productos. Por ejemplo, ahora ya se cosechan ciruelas en Extremadura y, en cambio, en Cataluña la cosecha de esta fruta es más tarde. Así, los clientes pueden disfrutar de las ciruelas más tiempo.

Para hacerse una idea de la evolución de la compañía, puede decirse que desde su fundación ha comercializado unos tres millones de kilos de fruta que, de otro modo, nunca habrían llegado al cliente final. En su primer ejercicio, en el 2020, Talkual facturó 350.000 euros, y un año después ya había alcanzado los 800.000 euros. En 2022 la empresa facturó 1,3 millones y el pasado año se acercó a los 3 millones de euros. La previsión es que en 2024 se superen los 5,4 millones de euros.

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