COMERCIO

Los tres secretos de un negocio con siglo y medio de historia

La familia Paloma lleva más de 150 años con su negocio y ha sido la impulsora de las ferreterías Cofac o las tiendas de electrodomésticos Milar

Natàlia Vila
3 min
Los tres secretos de un negocio con siglo y medio de historia

"Si no te adaptas a los cambios, nada". Jan Paloma no tardó ni dos minutos en soltar esa frase al inicio de la entrevista. Este tendero de Terrassa y su hermana Anna son la quinta generación de propietarios del establecimiento Milar Paloma, con más de 150 años de historia. Saben perfectamente qué significa adaptarse : su tienda ha sido una ferretería, una mercería, una tienda de electrodomésticos y una de menaje del hogar. También han vendido regalos y muebles de jardín, y ahora comienzan a vender también online.

En los cajones de esta tienda, en el centro de Terrassa, todavía hay documentos de hace dos siglos: “Para nosotros el negocio forma parte de la familia. He buscado documentos de todo y tenemos pagos de impuestos que datan de 1870, de los primeros padrones; 23 pesetas, pagábamos -recuerda Paloma-! Echamos atrás y creemos que debíamos nacer en 1864, de la mano de mi tatarabuelo, como ferretería. Más adelante mi bisabuelo vio que empezaba a existir demanda de maquinaria textil y se centró en la ferretería industrial. Esto nos permitió servir y facturar a los grandes industriales de Terrassa”, explica. La tercera generación de Paloma, el abuelo de Jan y Anna, sufrió la crisis industrial. “Por suerte despuntaron los primeros electrodomésticos, las primeras neveras de hielo, las estufas, y decidieron comercializar estos productos; después mi padre introdujo los electrodomésticos con corriente”.

La quinta generación, la actual, también ha sabido esquivar los problemas: “Estalló la crisis, y la construcción sufrió mucho; a nosotros nos afectó mucho a las ventas, y justo ahora empezamos a recuperarnos”. Sin embargo, la esencia la han mantenido. Siguen siendo un negocio familiar: como han hecho siempre, los hombres de la familia dirigen la parte de ferretería y electrodomésticos, y las mujeres, la de regalos y menaje del hogar; sin embargo, va a parar al mismo cajón. “Tienes que ir siguiendo las modas de lo que quieren los clientes: ¿figuras de Lladró? Pues eso. ¿Muebles de jardín? Pues en adaptarse”, insiste este comerciante.

Aparte de la unión familiar y la capacidad de adaptación, los Paloma defienden la cooperación entre comerciantes del mismo sector. “Mi abuelo lo tuvo muy claro –explica Jan–. Al principio hacía reuniones; se encontraban diez ferreteros en un bar de Barcelona y les convenció para que en vez de comprar individualmente se unieran para poder realizar pedidos más grandes y pedir descuentos, algo que ahora nos parece evidente pero que en ese momento tenía mucho mérito”. Esta unión fue el inicio de la primera cooperativa de ferreterías de España, el actual Cofac.

Más adelante, con la entrada en el sector de los electrodomésticos, la cuarta generación de los Paloma siguieron el mismo camino: “Mi padre potenció el tema de los electrodomésticos y también vio que siendo pequeños no se llegaría muy lejos, porque no puedes competir con los mayores; por eso fundó una central de compras que, al crecer, se convirtió en Milar”.

Actualmente su negocio tiene dieciocho trabajadores y factura tres millones de euros. “Antes de la crisis habíamos alcanzado los seis millones, el doble; pero ahora ya llevamos un par de años muy buenos en los que estamos remontando”, admite Paloma. La sexta generación de esta familia es todavía demasiado joven para pensar qué quiere ser cuando será mayor, pero la tradición tensa: “Mi hijo mayor ya habla de la tienda, pero la verdad es que no nos lo hemos ni planteado; antes aún debemos seguir adaptándonos 20 años más”, dice Paloma.

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