Lagarde avisa de que la inflación bajará más lentamente de lo previsto

La presidenta del BCE rechaza aumentar los tipos de interés el año que viene

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Christine Lagarde, presidenta del BCE.

BruselasLa economía europea continúa creciendo, pero el optimismo que había hace unos meses se va enfriando. La recuperación ha venido acompañada de problemas en la cadena global de suministro que impulsan los precios al alza, hasta un nivel que no habían previsto las principales instituciones económicas globales, tampoco el Banco Central Europeo (BCE). Su presidenta, Christine Lagarde, ha reconocido este lunes en una comparecencia en la Eurocámara que todo ello enfría la intensidad de la recuperación y que, de hecho, la inflación irá rebajándose también más lentamente de lo previsto.

"Los cuellos de botella y los precios de la energía están debilitando las perspectivas económicas a corto plazo", ha explicado la exdirectora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), que, aun así, ha puesto en valor que gracias a la respuesta de las instituciones la economía europea recuperará su nivel de PIB prepandemia a finales de 2022. La Comisión Europea justamente actualizó sus proyecciones de crecimiento para la economía de la Unión la semana pasada y admitió el impacto negativo de todo para el crecimiento, a pesar de que mantuvo un mensaje optimista para el conjunto del PIB europeo. Eso sí, según estas proyecciones España se verá especialmente afectada y se convierte en la única gran economía europea que no recuperará el PIB prepandemia hasta 2023.

Pero tanto la Comisión como el BCE coinciden en asegurar que tanto el aumento de la inflación (que ha llegado a superar el 4% este octubre) como la escalada de precios de energía o los problemas de desabastecimiento son un fenómeno principalmente transitorio. El BCE prevé que los problemas de suministro persistan durante meses, pero que empiecen a resolverse durante 2022, cuando también se espera que empiecen a reducirse los precios de la energía. Ahora bien, Lagarde también ha reconocido que todo ello puede complicarse más de lo esperado. "Si los precios de la energía se mantienen al alza, pueden limitar el poder de compra de la población y retener la capacidad de rechazo del consumo", ha dicho la presidenta del BCE.

Salarios y tipoa de interés

Al mismo tiempo, el regulador sostiene que por ahora los salarios no se están contagiando del aumento de precios, cosa que indica que la inflación se contendrá y, por eso, sostiene que todavía no toca hablar de aumentar los tipos de interés, a pesar de que la inflación sea más alta de la cuenta. "Si adoptamos un enfoque restringido, haría más mal que bien", ha dicho la francesa. Como se prevé que se modere, Lagarde no cree que el año que viene se den las condiciones necesarias para empezar a subir tipos, porque mantiene la previsión de que la inflación se sitúe alrededor del 2%, el objetivo que fija el regulador.

Por ahora, el BCE continúa restando importancia al aumento de la inflación a pesar de reconocer que se ha disparado más de lo previsto y que se mantendrá al alza durante más tiempo del que sería bueno para una recuperación económica más rápida. Por todo ello, sobre el programa de compra de deuda, el BCE apuesta por mantener los estímulos sin cambios. Por lo tanto, a pesar de que empezó a retardar el ritmo, continuará comprando deuda en el programa especial antipandemia mientras Bruselas, a su vez, va desplegando el fondo común.

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