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Cuerpo y Mente

"Tener conflictos de pareja significa que la relación está viva"

Hablamos con Mon Tur, experta en mediación familiar y autora del libro 'Amor, tenemos que hablar'

'Cuerpo y mente'.
01/12/2024
3 min
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BarcelonaTodas las parejas tienen su “tema”, la espina con la que de vez en cuando chocan y entonces las discusiones no tienen freno, o se quedan enquistadas, sin resolver, pero siempre a punto para volver a estallar. Lejos de lo que pueda parecer, en una relación, los conflictos no sólo son inevitables, sino que también son necesarios para que la pareja crezca y evolucione. Problemas como la falta de comunicación, la convivencia, discrepancias en la educación de los hijos, diferentes formas de valorar y entender el dinero o el sexo, así como presiones de las familias políticas pueden convertirse en auténticos bucles que, si no se afrontan con inteligencia, a menudo conducen hacia una ruptura.

De todo esto habla la experta en conflictos familiares y de pareja Mon Tur, que acaba de publicar el libro Amor, debemos hablar (Penguin, 2024), donde da herramientas para afrontar y gestionar estas discrepancias para que la pareja, lejos de resentirse, pueda crecer y ser más fuerte.

Después de años de hacer terapia, Tur pudo observar que, cuando la pareja entra en consulta, le resulta mucho más fácil hablar tranquilamente y exponer sus puntos de vista. El problema es que, una vez vuelve a casa, las discusiones acaban siendo mucho más acaloradas. "Cuando están ante un profesional, se sienten en una situación más comprometida que cuando están en casa, donde es más fácil que estallen las emociones y se acaben diciendo cualquier cosa", explica Tur, que ya escribió el libro 'Divorcis con amor'.

En cualquier caso, asegura que tener desavenencias no quiere decir que esa unión esté abocada al fracaso. “Tener conflictos de pareja significa que la relación está viva, que a los dos les importa lo que hace y piensa el otro. Una pareja que nunca discute y que al otro todo le parece bien quiere decir que la relación es muy poco interesante”, considera. Sin embargo, esto no quiere decir que discutir tenga que comportar una situación de “bronca y gritos”. El conflicto puede vivirse desde la conversación pausada y reflexiva.

Preparar la conversación

A menudo, la gente entra en pánico cuando su pareja le dice la famosa frase "tenemos que hablar". Pero para Tur también podríamos girar la tortilla y, en vez de creer que hay algún problema, más bien pensar: “Qué bien, mi pareja quiere hablar conmigo”. Lo importante siempre es actuar y no mirar hacia otro lado. Y para que esta conversación sea fructífera, Tur recomienda buscar un momento tranquilo y en el que se disponga de tiempo suficiente para hablar. Eso sí, siempre debe hacerse con la cabeza fría, no cuando estás enfadado o en plena discusión.

“Hay que proponerse saber escucharnos con tranquilidad, sin sentirnos atacados”, dice Tur, que recomienda tomarse un tiempo antes para reflexionar sobre qué queremos decir y qué objetivo tenemos con esa conversación. “Antes de tener una conversación importante en el trabajo, siempre nos la preparamos antes. Con la pareja debemos hacer lo mismo: hacer un orden del día, saber qué queremos decir y buscar el lugar y el momento adecuado”, apunta. Después, durante la conversación, es posible que salgan emociones como la rabia o la tristeza, pero al menos ya estará todo más estructurado.

Si en medio del diálogo empieza a calentarse demasiado el ambiente y se inicia una discusión, la experta recomienda detenerlo y dejarlo por otro momento. "No siempre los conflictos se resuelven con una conversación, sino que se necesitan muchas más", dice Tur. A veces también debe aceptarse que hay temas que la pareja no podrá resolver, pero tendrá que llegar a un consenso para que no traspase al resto de facetas de la relación. Un ejemplo: “A veces simplemente tu pareja tendrá que aceptar que no serás amigo de su hermano, pero tendrá que hacer un pacto: lo verás en Navidad y estarás encantador, pero no tendrás relación con él cada fin de semana”.

Ahora bien, ¿cuándo se sabe si una relación no tiene ninguna posibilidad de salvarse? "Es la pregunta del millón, y la verdad es que no se sabe", dice Tur. “Sí que se puede ver que hay parejas que no se comunican, que lo que a uno le preocupa, al otro le da igual, dónde hay carencia de objetivos e intereses comunes, donde falta amor, no hay il alusión, ni pasión, ni ningún proyecto en común, aunque haya hijos”, enumera la experta, que asegura que se ha sorprendido más de una vez en consulta: “Hay parejas que las ves y piensas que en tres meses se divorcian y ocurre lo contrario, que hacen un feedback de todo ello y después salen renovados”.

Al final, el compromiso de querer solucionar las dificultades y colaborar para encontrar una salida beneficiosa para todos es una de las claves para fortalecer la relación. Esto ayuda a mantenerla más fuerte y unida, a pesar de los contratiempos.

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