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¿Por qué cada vez más gente quiere aprender a hacer la ropa?

Es una actividad que crece en adeptos y para muchos es una forma de "dejar de pensar con la cabeza y empezar a pensar con las manos"

Laura Minguella
5 min
Una chica recorta telas para coser

BarcelonaMaria Gispert ha cosido desde pequeña y empezó cosiendo ropa para las muñecas con las que jugaba. "Mi madre es modista, enseñaba patronaje, costura y labores y yo me añadía, primero para entretenerme y después porque me gustaba", explica. De adolescente aprendió a hacer patrones para hacerse ropa y decidió estudiar diseño de moda y más tarde patronaje y confección. En el libro Volver a coser. Manual práctico para hacerse la ropa (Edicions Sidillà) enseña las técnicas básicas del oficio para poder empezar a confeccionar algunas piezas. El libro incluye cinco patrones base sobre los que dibujar distintas piezas. "Normalmente los libros no explican todo el proceso del patronaje, desde que tienes una hoja en blanco hasta el patrón terminado, sino que son las revistas las que te venden con un patrón hecho que sólo tienes que recortar, y yo quería encontrar un punto medio y que el libro te acompañara de principio a fin", detalla Gispert.

El suyo es un libro ideal para principiantes porque empieza explicando los materiales y los puntos básicos de la costura a mano para después pasar a la máquina de coser, y los primeros proyectos que propone para practicar son piezas como una almohada o un delantal. "A partir de ahí introduzco un poco el patronaje, y entonces si por ejemplo quieres hacer un pantalón, coges la parte de abajo del cuerpo, de cintura hacia abajo de la base, y siguiendo las instrucciones puedes ir haciéndolos, ya que además el libro también explica cómo pasar el patrón a la tela, cómo cortarlo y cómo coserlo", puntualiza. La prenda más sencilla para empezar es la falda, y después irían la blusa y el pantalón. "Es paso a paso, cada proyecto lleva las instrucciones desde el principio y te acompaña completamente de principio a fin", añade.

Entre otras cosas, en 'Volver a coser. Manual práctico para hacerte la ropa', Maria Gispert enseña a poner una cremallera.

Raquel Roca (@reich.roca) comparte en Instagram su experiencia y sus reflexiones sobre la costura y el mundo de la moda, así como las piezas que va creando. Coincide con Gispert en que para iniciarse en la confección de ropa lo mejor es empezar por alguna prenda sencilla como las faldas: "Haces un rectángulo, pones una goma y ya la tienes", afirma. El interés por el mundo de la costura le tiene de toda la vida, ya que en su casa siempre se ha cosido. "No tengo el recuerdo de la primera vez que cogí una máquina de coser, es un mundo que siempre he tenido muy presente y que genuinamente me ha interesado", detalla. Empezó a hacerse ropa porque quería tener prendas únicas, en un deseo adolescente de querer ser diferente a las otras chicas, y lo sigue haciendo porque le gusta y la divierte. "También porque, como trabajo en el mundo de la moda, sé lo que hay detrás, veo los precios y no estoy de acuerdo. La industria de la moda es una mierda y no quiero que mi dinero va aquí ", sostiene.

Roca se ha hecho algunas piezas desde cero, partiendo de un patrón y después comprando la tela, pero también se ha hecho otras a partir de piezas antiguas que tenía en el armario o que ha comprado de segunda mano . “Hacer una prenda desde cero es muy guay, porque a partir de un pedazo de tejido te imaginas una cosa y cuando la tienes da mucha satisfacción haber sido capaz de crearla, pero transformar una prenda también es muy chulo porque sabes dar otra vida a esa ropa que quizás ya no usas y de repente lo que ya no te ponías te representa al 100%", apunta. Transformando prendas antiguas ha podido crear un conjunto a partir de una camisa o un pantalón cortos a partir de una falda. Y haciendo la prenda desde cero ha conseguido crear una chaqueta amarilla, un bolso de colores o una chaqueta hecha de recortes de tela tejana en forma de corazón, que es su preferida. mi genuino, me lo imaginé, reuní los materiales y con un poco de ingenio ya la tenía hecha, y el resultado me encanta".

Tomasi Parrilla es diseñadora y patronista y desde hace unos años da clases de iniciación a la costura y monográficos en el espacio de talleres Duduá y en el Centro Cívico Can Verdaguer de Barcelona. Para ella una de las ventajas de hacerse la ropa es que las prendas le quedan a medida, exactamente como le gusta que le queden. También destaca que es una actividad muy terapéutica: "Hacerte ropa es dejar de pensar con la cabeza y empezar a pensar con las manos", y añade que la satisfacción de llevar algo hecho por ti es inigualable. "El otro día un chico de la escuela de costura que se hizo un neceser dijo que le llevaría a la mano para que le preguntaran de dónde estaba y poder decir con orgullo que le había hecho él", comenta.

Hay dos formas de empezar a crear una prenda: la primera, teniendo claro el diseño que se quiere hacer, visualizarlo, dibujarlo y después salir a buscar el tejido adecuado, lo que según Roca puede ser un problema si no hay ninguna que encaje. La otra forma se basa en todo lo contrario y es salir a ver qué telas hay ya partir de ahí pensar qué hacer y empezar a crear: "Es mi preferida, y es básicamente empezar a imaginar una vez tienes el tejido”, explica Siguiendo este método, Roca ha creado. un bolso hecho a partir de recortes de tela. En cambio, Parrilla prefiere saber qué prenda se quiere hacer y luego buscar el tejido adecuado: "Si entro en una tienda de tejidos sin ninguna idea clara es probable que salga con mucha más tela de la que realmente necesito", confiesa.

Un interés creciente

Gispert ha notado un interés creciente por aprender a coser y hacerse la ropa, especialmente entre los jóvenes: "Creo que la gente joven se está implicando y tiene curiosidad por todo lo que es manual en general, en parte porque es algo fuera de las pantallas que te centra en el momento y en lo que estás haciendo", asegura. También piensa que esto se debe a la creciente necesidad de volver a realizar actividades manuales y alejarse de las tecnologías: "Creo que forma parte de una tendencia mucho mayor que ya hace años que domina, que es la de hacer cosas con las manos, no sólo coser. Por ejemplo, ahora hay un montón de gente que hace cerámica, cuando hace unos años veías muy poca".

Con su experiencia como tallerista, Parrilla lo corrobora: "La escuela de costura de Duduá se llena enseguida y en Can Verdaguer ya llevo dos grupos. Quiero pensar que este interés por aprender a hacerse la ropa es por tener algo más de conciencia, y está muy bien tener más sobre cómo nos vestimos, ya que lo hacemos todos". También constata este aumento del interés por notar un crecimiento de los usuarios que se suscriben en su página web.

Uno de los talleres de costura que realiza Tomasi Parrilla en Duduá.
Cómo empezar a hacerse la ropa

Roca anima a confeccionarse la ropa a todo el mundo: "No tenga miedo a cagarla, es normal pensar que puede quedar como un churro. Lo mejor es empezar con recortes de ropa antiguos para ir probando y destrozando, porque al final se mejora practicante", asegura. Por su parte, Gispert apunta a que es muy importante ser paciente y entender que a coser se aprende poco a poco. "Es común que la gente quiera ir muy rápido y tire la toalla si no sale perfecto enseguida, pero es importante no perder la paciencia y saber que es un proceso, que es cuestión de práctica y que no lo harás bien desde el minuto uno", señala.

Por lo que se refiere a la elección de telas, lo mejor es evitar los tejidos elásticos porque son poco estables, se mueven mucho y tienen una estructura poco rígida que les hace difíciles de manipular. "Lo mejor es empezar con una tela de algodón, una tejana o un tejido de camisa, que tienen una estructura más o menos rígida", confirma Roca. En este sentido, Parrilla apunta que no siempre es necesario comprar tejidos nuevos: "Si en casa tienes una tela vieja, la puedes utilizar para hacer un forro, unos bolsillos o para lo que sea", ratifica.

Asimismo, Parrilla avisa: "Hacerse la ropa no es más barato que comprarla, si te compras el patrón, el tejido y los accesorios el coste seguramente ya es más elevado... Pero lo bonito es el valor que se le da después de todo lo que tardas en hacerte la prenda y todos los procesos que esto implica.

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