Los antivacunas franceses inician un convoy para bloquear París

El movimiento emula las protestas de Canadá y quiere llegar también a Bruselas

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Un manifestante del 'convoy para al libertado' de Francia en una protesta en Niza.

BarcelonaLas protestas multitudinarias de camioneros en Canadá en contra de las restricciones por el covid se están propagando ya a otros lugares del planeta, algunos a miles de kilómetros de distancia. En Francia, este miércoles se han empezado a movilizar varios grupos en diferentes puntos del país, con la intención de converger el sábado en París y seguir después hasta Bruselas. Inspirados en los camioneros canadienses, los manifestantes franceses también se han autodenominado Convoy por la Libertad, pero en este caso se trata de personas que se mueven con sus coches particulares, y no cuentan con el apoyo de las asociaciones de transportistas, que en Francia no están sometidos a las mismas restricciones que en Canadá, donde se les exige estar vacunados contra el covid para entrar en el país.

Miles de personas que se oponen al pase de vacunación impuesto en Francia a mediados de enero se han unido a través de las redes sociales para organizar varias caravanas que partieran desde todo el país para acabar con una acción nacional para pedir "el respeto a las libertades y a los derechos fundamentales". Este miércoles ha habido concentraciones en ciudades como Niza, Perpiñán, Brest, Lille y Estrasburgo, desde donde han empezado a hacer el camino con la intención de llegar a París el viernes por la noche para hacer una gran acción de protesta el sábado, en un lugar que no han concretado. Algunos de los miembros de estos grupos han propuesto unirse con otros manifestantes en Bruselas el próximo lunes para una "convergencia europea".

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El convoy francés no pide directamente una acción de bloqueo, según afirmaba el domingo en un vídeo una portavoz de este movimiento, a pesar de que añadía que "todo el mundo es libre", según informa AFP. La mayoría de los participantes de estas caravanas forman parte o son próximos al movimiento de los chalecos amarillos, surgidos en 2018 contra la subida de los precios de los carburantes, que quieren encontrar "una nueva manera" de expresar su insatisfacción, según ha explicado un organizador a la agencia de noticias francesa.

Restricciones a los no vacunados

"Nuestro trabajo es comunicar a Europa que implantar el pase sanitario hasta el 2023 es una cosa que la mayoría de nuestros conciudadanos no entiende", afirmaba a Reuters uno de los manifestantes que este miércoles se han concentrado en Niza. Desde el 15 de enero, los ciudadanos franceses que no están inmunizados no pueden acceder a los espacios públicos, puesto que el gobierno decidió sustituir el pase sanitario por un pase de vacunación, con lo cual ya no se puede presentar un test negativo como alternativa a la vacuna para entrar en lugares como restaurantes y centros culturales.

El movimiento antivacunas viene de antes del covid en Francia, un país históricamente escéptico en cuanto a esta cuestión. El verano pasado, cuando el gobierno de Emmanuel Macron decidió restringir los movimientos a los no inmunizados, diferentes ciudades galas vivieron varias jornadas de protestas, al grito de "Libertad" y equiparando las medidas anticovid con una "dictadura". A finales de enero, el primer ministro francés, Jean Castex, detalló que desde la imposición del pase de vacunación un millón de franceses se habían puesto la inyección contra el coronavirus y que el 93% de los adultos tenían al menos una dosis. "Es bueno, pero no suficientemente bueno", dijo entonces, cuando anunció el levantamiento gradual de las restricciones, empezando por las mascarillas en el exterior, que no son obligatorias desde la semana pasada, y el incremento del aforo en estadios deportivos y salas de conciertos.

Este miércoles el portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal, ha considerado que la evolución de la pandemia hace prever que a finales de marzo o principios de abril se pueda eliminar también el pase de vacunación. Ha argumentado que se espera que entonces "la situación haya mejorado lo bastante como para estar en disposición de levantar las últimas medidas", y lo ha desvinculado de las protestas de los conductores. Attal ha asegurado que comprende "el cansancio" de la población con las medidas de restricción, y ha acusado "movimientos políticos, a menudo radicales, de querer capitalizar este descontento".

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