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En Alemania, el muro persiste

El este del país es donde se encuentra la población más envejecida, más paro juvenil, menos inmigración y los ingresos más bajos

Carteles electorales en Postdam, en el este de Alemania.
Laura Ruiz Trullols
24/02/2025
4 min
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BerlínUno de los mapas más compartidos al día siguiente de las elecciones en Alemania es el que muestra la división entre la Alemania del este y la del oeste. La extrema derecha ha sido con diferencia la fuerza más votada en los cinco estados federados de la antigua república comunista (RDA), mientras que el partido conservador CDU ha ganado en las regiones que después de la Segunda Guerra Mundial se repartieron estadounidenses, británicos y franceses y que en 1955 se declaró estado soberano. Treinta y cinco años después de la caída del muro, con la mayor participación desde la reunificación (83,5%), no se ha desdibujado. El mapa azul y negro demuestra lo diferentes que son las dos alemanas, a pesar de los esfuerzos por reducir las diferencias.

Desde que nació en 2023, AfD ha crecido mucho más rápidamente en Brandeburgo, Mecklenburg-Pomerania Occidental, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia que en los estados federados del oeste. Por eso, hay quien dice que en el 2025 el muro se vuelve a levantar en lugar de colapsar por completo.

Resultats del 2025
Per circumscripcions electorals

El motivo de por qué los alemanes de uno y otro lado votan tan diferente se entiende enseguida si nos fijamos en las diferencias económicas entre ambos lados. Si se ponen sobre el mapa indicadores como la renta o el paro, ese muro invisible que aún atraviesa el país se ve claramente. El este del país es donde se encuentra la población más envejecida, más paro juvenil, menos inmigración y los ingresos más bajos.

Anna-Sophie Heinze, politóloga de la Universidad de Trier, explica al ARA que AfD ha encontrado en el descontento de los ciudadanos del este un caldo de cultivo que le ha permitido el crecimiento exponencial: "Han sabido aprovechar las crisis y las frustraciones que conllevan". En 2015 empezaron a crecer con la llegada de los refugiados sirios, después con el malestar por la gestión de la pandemia ya continuación con la guerra de Ucrania. Durante esta campaña se ha amplificado su mensaje antiinmigración, pero también han puesto el foco en los problemas económicos. "Ha vuelto a su discurso inicial antieuropeo, pidiendo que Alemania salga de la Unión Europea y del euro, después de haberlo dejado de lado durante un tiempo", apunta Heinze.

Envalentona tras convertirse en la segunda fuerza en el Bundestag, Alice Weidel, aseguró que AfD es un "Volkspartei". Un concepto que normalmente se utiliza para referirse al SPD y la CDU, los dos grandes partidos tradicionales, que se dirigen a votantes de diferentes grupos sociales y no sólo a un segmento específico de la sociedad. Además, AfD ha sido con mucha diferencia la opción preferida de la clase trabajadora y ha ganado con alrededor del 25% del lautern.Volkspartei" en todas partes, pero al este seguro sí.

Apoyo de los jóvenes

Como la Unión Social Cristiana (CSU) en Baviera, en los pueblos del este AfD tiene una sólida base de electores. "¿Sois conscientes de cuántos miles de abstencionistas hemos logrado movilizar?", se alababa este lunes el colíder de AfD Tino Chrupalla. En estas regiones del este, los menores de 25 años también han optado mayoritariamente por la extrema derecha. "Los jóvenes han crecido en entornos en los que es normal votar AfD", asegura Heinze.

Más allá de AfD, un vistazo con más detalle a los resultados confirma la persistencia de la división entre las dos alemanas. Las regiones del este son las únicas en las que el segundo partido más votado es el más de izquierdas, Die Linke. Una formación que tiene raíces en el Partido Socialista Unificado de Alemania que gobernaba con mano de hierro la RDA.

Una diputada histórica de Die Linke fundó el partido populista de izquierdas Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que también es un fenómeno muy único del este, donde ha logrado unos resultados muy por encima de la media. BSW no entrará en el Bundestag porque se ha quedado a pocas décimas del mínimo necesario, pero ahí ha acumulado casi el 10% del voto. En esta parte del país, como ya quedó claro en las elecciones regionales de otoño, los partidos de los extremos son los más populares.

Sentimiento de ciudadanos de segunda

La historiadora especialista en la Alemania del este Katja Hoyer, autora del libro Beyond the Wall, explicaba a X que más allá de lo económico, hay que tener en cuenta más factores para entender las diferencias de los votantes del este, como "el miedo, la afinidad por Rusia y la carencia de vínculos con los partidos tradicionales". Desde la reunificación, en el este a menudo se han sentido ciudadanos de segunda. Todo lo que tiene conexión con la época comunista suele demonizarse y todavía hay poca representación de esta parte del país en los cargos de poder. Angela Merkel fue una excepción, pero todavía hay pocos políticos en lo alto que provengan del este.

El muro tampoco acaba de caer en Berlín. En la ciudad que quedó dividida durante 28 años, de 1961 a 1989, símbolo de la guerra fría, tampoco votan igual a los ciudadanos de los barrios de cada esquina. Los partidos de derechas son más fuertes en el oeste y los de izquierdas en el este.

Hay más votantes en el Land del Rin del Norte-Westfalia que en todos los estados del este juntos, pero encontrar fórmulas para atraerlos a todos todavía es todo un reto tanto para los partidos tradicionales como para los de nueva hornada.

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