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¿Qué apoyo tiene realmente Zelenski entre los ucranianos?

La deslegitimación de Trump forma parte de la estrategia del Kremlin

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el 19 de febrero de 2025.
20/02/2025
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BarcelonaTras haber puesto en marcha la maquinaria diplomática para negociar con Rusia un alto el fuego en Ucrania sin participación de los ucranianos, Donald Trump se alinea abiertamente con Vladimir Putin. Miércoles tachó de "dictador" al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, haciéndose eco de la línea política del presidente ruso, que hace tiempo que rechaza la legitimidad del gobierno ucraniano o, como él suele decir, el "régimen de Kiiv". Las acciones y las palabras de la administración Trump minan la posición de Ucrania en las negociaciones y dan alas a Moscú, que lleva meses sugiriendo que deberían celebrarse elecciones en Ucrania como parte de cualquier acuerdo de tregua.

"Desafiar la legitimitat de Zelenski forma part d'una campanya de propaganda de Rússia per desacreditar el lideratge ucraïnès, debilitar el suport a Ucraïna dels seus aliats i eliminar Zelenski, i potencialment el país, com a part de les negociacions sobre el futur d'Ucraïna", escriu Lena Surzhko, experta en espai postsoviètic de la Universitat de Pensilvània. "El Kremlin quiere impulsar la narrativa de que el problema es que no existe una autoridad ucraniana legítima con la que negociar. Y lo que Putin necesita para hacer funcionar este plan es un socio dispuesto a enviar el mensaje de que el actual gobierno de Ucrania no es un representante legítimo de su país. Parece que la nueva administración de Estados Unidos quiere jugar ese papel", añade.

¿Qué dicen las encuestas en Ucrania?

El mandato de Zelenski terminó el pasado mayo, y no se han convocado elecciones porque al inicio de la guerra se proclamó la ley marcial, que impide también manifestaciones y huelgas. Bajo esta premisa, Trump ha dicho que "hace mucho tiempo que no se convocan elecciones" y ha mentido diciendo que la popularidad de Zelenski es del 4%. El politólogo ucraniano Oleski Haran, investigador de la Fundación para la Iniciativa Democrática, uno de los think tanks más reputados de Kiiv, refuta este dato en declaraciones al ARA desde Kiiv: "Los sondeos dicen que más del 50% de los ucranianos confían en la gestión de Zelenski y que el 35% no lo aprueban El 4% que dice Trump no sé de dónde lo saca, y es evidentemente falso, y es evidente falso".

Haran añade que las encuestas electorales no son públicas en Ucrania porque los sociólogos han llegado a este consenso para no debilitar el esfuerzo de guerra. "Pero los estudios no públicos de los que disponemos dejan muy claro que quien tiene más apoyo es el general Zalujni [el cap de l'estat major fins que Zelenski el va nomenar ambaixador a Londres] i, en segon lloc, hi ha Zelenski, que és el líder polític més valorat", indica. Amb tot, no queda clar que el militar estigui disposat a fer carrera política.

El suport inicial a Zelenski, que al principi de la invasió russa a gran escala es va disparar al 90% després que decidís quedar-se a Kíiv i resistir, ha baixat, però segueix sent "enorme per a qualsevol president, i encara més algú que lidera un país en guerra", afegeix el politòleg. "Esclar que hi ha moltes crítiques per la guerra, perquè en parlem i perquè vivim en un país lliure en temps de llei marcial", diu. Haran també recorda que l'opinió pública ucraïnesa es mostra disposada a continuar la guerra fins i tot sense el suport dels Estats Units. "Més del 50% diuen que cal seguir lluitant, per molt que la guerra sigui encara més sagnant i difícil: és el que diuen les enquestes. La gente cree que estamos luchando por nuestro país, por nuestra libertad y por una causa justa".

Alona Liasheva es socióloga y editora de la revista ucraniana Commons, aunque responde a las preguntas del ARA como soldado desde el frente de Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, que está a sólo 40 kilómetros de Rusia y lleva tres años resistiendo a la invasión. Ella hace de paramédica y se encarga cada mañana de valorar qué soldados están en condiciones de combatir en las trincheras. "Los soldados ven el futuro con mucha preocupación desde la elección de Trump", afirma, y ​​dice que el apoyo a Zelenski "cayó tras el fracaso de la contraofensiva del verano del 2023, que él había prometido que llevaría al término de la guerra en un año". "En todo caso –añade–, los soldados confían más en los oficiales que en los políticos, y su mensaje es que vamos a seguir luchando aunque perdamos el apoyo de Estados Unidos". La socióloga soldado concluye que "la moral está baja, pero también existe la idea de que no hay alternativa". "Tenemos gente en las trincheras y sabemos que si nos vamos a los rusos invadirán Járkov. Este es el nivel de la política en el frente; aquí cuesta mucho pensar en geopolítica: o matas o te matan", resume.

¿Se pueden realizar elecciones en un país en guerra?

Liasheva es contraria a celebrar ahora elecciones en Ucrania: "Creo que sería un desastre. Entiendo que Zelenski sea criticado y estoy de acuerdo con muchas de las críticas, pero unas elecciones excluirían, en primer lugar, a la gente que está en el ejército, que somos un millón de ucranianos". Además, augura que esto incrementaría aún más "la separación entre el ejército y los civiles": "La gente está enfadada por cómo se está haciendo la movilización, se preguntan por qué unos pagan más el esfuerzo de guerra que otros, y unas elecciones sólo empeorarían las cosas".

Además, Oleski Haran recuerda que no hay una demanda explícita entre la oposición y la sociedad civil ucraniana para celebrar elecciones ahora mismo. "Hay un consenso en que las elecciones deben posponerse, y más ahora, que estamos en una situación tan difícil. Quizás sería inteligente ahora hacer un gobierno de unidad nacional, pero no convocar elecciones", apunta. Petro Poroshenko, el principal rival político de Zelenski, ha rechazado la idea de unas elecciones en tiempo de guerra, al igual que Inna Sovsun, líder de la oposición Golos Party.

Además, existen los problemas logísticos para garantizar unas elecciones libres y justas en medio de una guerra, los obstáculos logísticos para hacer campaña y acceder a los lugares de votación. También está la cuestión de sí y cómo incluir a los ucranianos en los territorios ocupados por Rusia y los desplazados internos, así como los 6,5 millones refugiados fuera del país.

El politólogo recuerda que el Reino Unido tampoco celebró elecciones durante la Segunda Guerra Mundial. La situación sería diferente con un alto el fuego duradero y con garantías, pero no está claro que Putin (que ganó las últimas elecciones con el 87% de los votos en un proceso cuestionado para los observadores internacionales que no pudieron verificarlo) esté nada dispuesto a darlas. Si las elecciones son un requisito previo para un alto el fuego en la cabeza de Trump, Estados Unidos pone al gobierno de Ucrania en una posición imposible: aceptar el voto y arriesgarse a la división interna ya la interferencia externa, o rechazarla y permitir que Moscú –y quizá Washington– enmarque a los líderes de Ucrania como ucrania como .

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