La participación en las presidenciales francesas durante la mañana cae tres puntos respecto a 2017
Macron partía como gran favorito, pero Marine Le Pen recorta distancias
ParísFrancia celebra este domingo la primera vuelta de las elecciones presidenciales. La jornada se vive con normalidad, pero la cifra de participación que este mediodía ha hecho pública el ministerio del Interior anticipa ya lo que puede ser uno de los temas clave de los comicios: la abstención. La participación es del 25,48% al mediodía. Esta cifra supone una caída respecto a las presidenciales de hace cinco años: entonces la participación durante la mañana fue del 28,5%. Por tanto, cae tres puntos. También disminuye respecto a ediciones anteriores. Y es que el fantasma de la abstención está presente en Francia desde hace semanas, algo que podría perjudicar, por ejemplo, los intereses de Emmanuel Macron.
Los comicios llegan en un contexto de excepcionalidad total, marcado por los dos retos globales más importantes de las últimas décadas. Los franceses irán a votar después de sobrevivir a la oscuridad de una pandemia, cuyos efectos –sobre todo sociales y económicos– durarán años; y en medio de la invasión rusa contra Ucrania, que ha vuelto a hacer tambalear el tablero global y compromete, de manera especial, el futuro político de Europa. Emmanuel Macron, erigido como uno de los grandes líderes del Viejo Continente, parte como favorito, pero en las últimas semanas el nombre de Marine Le Pen –y como consecuencia, el persistente fantasma de la extrema derecha– ha vuelto a coger fuerza.
Lo que parece más probable es que en la segunda vuelta se repita el duelo entre Macron y Le Pen de 2017. Los sondeos apuntan a una victoria del actual presidente con un 26%-27% de los votos, seguido de Marine Le Pen con un 21%-23%, a pesar de que una encuesta difundida el viernes por la televisión BFMTV otorga a la candidata un 25%, rozando el mismo resultado que el del candidato de En Marcha. En cuanto al resto de los candidatos presidenciales, el único que parece mantener alguna opción para colarse en la segunda vuelta es el candidato de extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa. Las encuestas lo sitúan en tercera posición con un 17% y su equipo confía todavía en dar la sorpresa. En cuarta posición se situaría la candidata conservadora de Los Republicanos (9%), Valérie Pécresse, empatada con el ultraderechista Éric Zemmour (9%).
La lista de candidatos que se presentan en esta primera vuelta es larga –en total hay 12–, pero los perfiles más destacados son los siguientes.
1. Emmanuel Macron, el favorito (La República en Marcha)
Hasta hace bien poco las encuestas otorgaban una clara victoria en el duelo final a Emmanuel Macron, pero en los últimos sondeos la distancia con Le Pen se ha ido recortando. Este hecho, sumado a una posible abstención elevada, que podría llegar al 30%, deja margen a una sorpresa. El presidente, y ahora candidato a la reelección, ha optado por una campaña de baja intensidad: apenas ha pisado la calle un par de veces y ha rechazado participar en debates electorales. La guerra en Ucrania, que ha condicionado desde el inicio la carrera electora, ha provocado que el político nacido en Amiens se haya dedicado más a hacer de presidente que de candidato. Una tendencia que lo refuerza, puesto que es consciente de que con la chaqueta de presidente conseguirá más votos que con la de candidato.
La guerra no solo ha eclipsado la campaña electoral, sino que ha dado la oportunidad a Macron de demostrar su liderazgo en Europa, más destacado después del adiós de Angela Merkel al frente de Alemania. Es un líder carismático, que atrae sobre todo a los franceses de ciudad y con estudios, especialmente a los de más de 50 años. Si es reelegido el 24 de abril, en la segunda vuelta, gobernaría hasta 2027. Sin embargo sería su último quinquenio, porque en Francia los mandatos presidenciales están limitados a dos. Llegados a este punto, las últimas encuestas le dan entre un 26 y un 27% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales.
2. Marine Le Pen, más opciones que nunca (Reagrupamiento Nacional)
La líder de extrema derecha de Reagrupamiento Nacional (RN), antiguamente Frente Nacional, se enfrenta a sus terceras elecciones con 53 años. Su programa electoral ha sufrido una transformación desde 2017, en un intento de acercarse más al centro y suavizar su imagen, pero se trata básicamente de una operación de maquillaje. La esencia de sus ideas de ultraderecha sigue formando parte de su ADN y de su programa, especialmente en cuanto a la inmigración. Propone, por ejemplo, prohibir las regularizaciones de inmigrantes sin papeles.
Le Pen empezó la campaña con su liderazgo de extrema derecha amenazado por el surgimiento del candidato de Reconquista, pero el fenómeno Éric Zemmour se ha ido deshinchando y en la recta final de la campaña Le Pen ha consolidado la segunda posición en los sondeos y tiene prácticamente garantizado estar en la segunda vuelta. Aun así, Le Pen ha pasado momentos difíciles en las últimas semanas, con fugas de su partido hacia Reconquista –incluso su sobrina, Marion Maréchal, se ha unido a la candidatura de Zemmour– y con su amistad con el presidente ruso, Vladímir Putin, haciéndola bajar en los sondeos cuando estalló la guerra en Ucrania. Pero todo esto parece agua pasada y Le Pen llega con mucha confianza a la elección presidencial. Las últimas encuestas pronostican un resultado muy ajustado en la segunda vuelta entre ella y el presidente, Emmanuel Macron. La candidata de Reagrupamiento Nacional (RN) nunca ha estado tan cerca del Elíseo.
3. Jean-Luc Mélenchon (La Francia Insumisa)
Para Jean-Luc Mélenchon, de 70 años y líder de La Francia Insumisa, una formación considerada de extrema izquierda, esta es la tercera elección presidencial. Mélenchon es la única esperanza de la izquierda francesa, profundamente dividida, para poder situar a uno de sus candidatos en la elección final. Los sondeos lo sitúan en tercera posición, detrás de Macron y de Le Pen, y su formación confía en que el candidato haga el sorpaso a la líder de extrema derecha y pase a la segunda vuelta gracias al voto útil de los electores de izquierdas y al elevado número de indecisos. Mélenchon es un político histórico en Francia: ha sido regidor, diputado, senador, eurodiputado y también ministro con el gobierno socialista de Lionel Jospin. Después formó su propio partido, con postulados más a la izquierda que el de los socialistas.
En su programa, muy social, el candidato insumiso reclama la convocatoria de una asamblea constituyente para impulsar la VI República, propone limitar los precios de productos de primera necesidad, aumentar hasta los 1.400 euros el sueldo mínimo y bajar la edad de jubilación de los actuales 62 años a los 60. También propone un plan para abandonar progresivamente la energía nuclear y llegar al 100% de energías limpias, contratar a más docentes y aumentarles el salario, así como invertir más en sanidad.
4. Éric Zemmour (Reconquista)
Éric Zemmour, de 63 años e hijo de inmigrantes judíos argelinos, es la gran novedad de la elección presidencial. Antiguo periodista y opinador, ha dado el salto a la política con unos postulados de ultraderecha y un discurso xenófobo que lo sitúan más a la derecha que a Marine Le Pen. Si es presidente, promete expulsar cada año a 100.000 inmigrantes de Francia. Empezó la campaña con mucha fuerza, pero se ha ido deshinchando en los sondeos: 9,4%.
5. Valérie Pécresse (Los Republicanos)
De 52 años y presidenta de la región de la capital francesa, la Isla de Francia, se convirtió en candidata presidencial de Los Republicanos, el partido conservador, ganando por sorpresa las primarias. La derecha también pasa por horas bajas y no parece que Pécresse consiga cerrar la crisis del partido. El expresidente Nicolas Sarkozy no ha apoyado a la candidata Pécresse a pesar de ser de la misma formación. A pesar de que prometía ser una de las grandes rivales de Macron para hacerse con la presidencia, no ha sido así. Las encuestas para la primera vuelta le dan entre un 8% y un 9% de los votos.
6. Anne Hidalgo (Partido Socialista)
La alcaldesa de París, de 62 años, es la candidata del Partido Socialista. Anne Hidalgo es hija de exiliados españoles y tenía que ser el revulsivo del partido socialdemócrata, que no levanta cabeza desde que François Hollande dejó el Elíseo. Las encuestas le otorgan un raquítico 2% de los votos, un resultado que, si se confirma, deja su futuro político en el aire. Su programa hace hincapié en cuestiones sociales y medioambientales.