Inmigración

La pesadilla burocrática de una refugiada afgana

La periodista Mariangela Paone relata en un libro la odisea de la joven Rezwana desde el naufragio que costó la vida a toda su familia ante la isla de Lesbos

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La periodista Mariangela Paone, recién publicada en el libro 'Rezwana, un expediente europeo'.

BarcelonaRezwana perdió a toda su familia cuando se hundió el destartalado barco de madera con el que intentaban alcanzar la isla griega de Lesbos. Era el 28 de octubre de 2015, ella solo tenía 13 años, habían zarpado desde la costa truca y huían de Afganistán. En la embarcación viajaban más de 300 personas. Decenas murieron. Entre ellas el padre, la madre y los tres hermanos de Rezwana, de 14 meses, 5 y 11 años. Ella fue la única superviviente de la familia.

Tras meses en Grecia, la adolescente consiguió viajar a Suecia. Allí viven los únicos familiares con vida que tiene en Europa: su tía abuela y sus primos. A pesar de eso, cuando llegó a la mayoría de edad, las autoridades suecas la obligaron a regresar a Grecia. Según el Tratado de Dublín, un refugiado solo puede solicitar asilo en un único país de la Unión Europea, que normalmente es el que primero pisa. “Me pareció tan absurda la aplicación ciega de la burocracia, que pensé que esta historia la tenía que contar”, dice la periodista Mariangela Paone, que acaba de publicar Rezwana, un expediente europeo (Libros del K.O), un libro de imprescindible lectura. Muestra la crueldad de las políticas migratorias europeas, para las que los refugiados son simples expedientes.

Paone ya escribió sobre la tragedia de Rezwana en 2015, cuando ocurrió el naufragio. Para ello se valió de la información que le facilitaron los voluntarios que participaron en el rescate. Sin embargo, aquella dramática histórica siempre siguió en su cabeza. En 2019 se enteró a través de Facebook de que la joven había sido devuelta a Grecia, y decidió que debía contactarla. “Me frenaba el dolor que le pudiera causar volver a reabrir la herida”, comenta la periodista. Pero se encontró con una joven con una entereza sorprendente que le pidió que le ayudara a saber qué había pasado con su familia. ¿Dónde estaban sus cuerpos sin vida?

El libro es el resultado de decenas de videollamadas entre la periodista y la chica afgana, y encuentros en los que ambas parecían conocerse de toda la vida. Explica por qué la familia de Rezwana emigró, las vicisitudes del difícil trayecto, o los esfuerzos del padre de la adolescente para que la travesía por mar hasta Lesbos fuera lo más segura posible. El hombre desembolsó una elevada cantidad de dinero para viajar en un barco grande, y no en una inestable lancha neumática. Lo que no sabía es que el barco estaba en un estado ruinoso.

Aquel naufragio supuso un antes y un después. Por ejemplo, la ONG Open Arms decidió a partir de entonces rescatar familias enteras, y no priorizar solo a los menores porque después se quedaban solos y huérfanos, como le ocurrió Rezwana. También habla de la incompetencia de Frontex (la agencia europea de la guardia de fronteras) y de los guardacostas griegos, que tenían barcos con cañones de agua para disuadir la llegada de inmigrantes, pero no disponían de equipos de ayuda en caso de un naufragio. O de la negación de la realidad cuando es demasiado dura para digerirla. Paone corrobora con múltiples fuentes cada uno de los datos que incluye en el libro. Es un trabajo periodístico ingente.

El drama continúa

“La gente sigue intentando llegar a Lesbos. Hace pocos meses hubo otro naufragio terrible”, afirma la periodista, para destacar que lo que explica en su libro no es ninguna historia pasada. Continúa siendo actualidad aunque ya no salga en las noticias.

Paone confiesa que lo que más le ha conmovido es la fortaleza de Rezwana a pesar de su juventud, pero también la aportación de personas anónimas que, con su ayuda, hicieron que la vida de la adolescente fuera menos desgraciada. Por ejemplo, la de la voluntaria noruega Charly Vestli, que se empecinó en evitar que Rezwana fuera enviada a un campo de refugiados y le siguió siempre los pasos. Sin ella, no sabríamos nunca qué habría ocurrido con la chica, ni posiblemente este libro existiría.

Rezwana es ahora una joven de 22 años que trabaja como intérprete para una ONG griega. Debía estar en la presentación del libro en Barcelona la semana pasada, pero problemas con la renovación de su permiso de residencia lo hicieron imposible. Otra vez la burocracia.

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