Las cosas que pasan solas, misteriosamente

"La vuelta del rey emérito se frena por tercera vez", escribe La Razón en portada. Hay una estirpe de titulares muy divertidos en prensa: los que recogen cosas que pasan solas. "Se frena". ¿Quién la frena? El diario no lo acaba de decir, y mira que explicar el quién es un precepto de primero de periodismo. Pero es que la respuesta es dolorosa. ¡Es la realidad, la que frustra el regreso del emérito! O, todavía más preciso: sus actos. La regularización con Hacienda hace unos días. O la vacunación de las niñas en Abu Dhabi saltándose la cola, esta semana. La acumulación de escándalos y escandalillos en el entorno de la familia del rey es tan abundante que incluso se ha tenido que redefinir quién entra dentro del término Familia Real para tratar de purgar polémicas. Pero la prensa más cortesana sigue sin abordar en profundidad el tema en sus páginas de opinión. El último trofeo de caza de Juan Carlos es el elefante en la sala del cual el establishment no osa hablar abiertamente.

Coche escoba de titulares

La intensidad de estas semanas hace que se me acumulen perlas en la carpeta metafórica de recortes. La vacío. "El teletrabajo ha disparado la demanda de instalaciones deportivas en horario laboral. Cada vez es más complicado encontrar pistas de pádel o campos de golf en Madrid" (El Mundo, siempre junto al pueblo trabajador). "El hombre que siguió de copas después de recibir seis puñaladas: «Soy manchego, me recupero pronto»" (El Mundo), "El Corte Inglés ofrecerá que 3.000 trabajadores con contrato fijo dejen la firma" (El País, haciendo sudar al eufemismómetro), "El día en que la hija de Marhuenda apareció con una rata que acabó con obesidad mórbida". (Libertad Digital, para que después digan que perro no come perro en la prensa española).