La crisis que Trump niega
En 2024, con tragedias como la DANA, batió el récord de fenómenos meteorológicos extremos en un solo año


BarcelonaEra una amenaza desde el primer día de la campaña electoral y se ha materializado una vez que Donald Trump ha llegado a la presidencia: Estados Unidos vuelve a abandonar el Acuerdo de París. Esta noticia, nefasta y de efectos imprevisibles para la lucha contra el calentamiento global, llega cuando todavía no nos hemos recuperado de los alarmantes datos climáticos del 2024. El pasado año volvió a batir todos los récords y fue el más cálido de la historia desde que se tienen registros en el planeta y en Europa, según el balance anual del programa europeo Copernicus. Pero lo preocupante es que, por primera vez, se superaron los fatídicos 1,5 ºC de incremento medio anual respecto al período preindustrial, marcados como línea roja precisamente en el Acuerdo de París.
La salida de una potencia mundial como Estados Unidos de este compromiso climático llega en el peor momento y significará un retroceso justo cuando empieza a agotarse el tiempo para intentar revertir la situación. Según los expertos, en cinco años se podría llegar a un punto de no retorno.
No solo el futuro es incierto, sino que el presente ya da señales para preocuparse: en el 2024 se batió el récord de fenómenos meteorológicos extremos en un solo año, según el informe anual de World Weather Attribution (WWA). Uno de ellos fue la devastadora DANA en Valencia, que también se ha hecho un hueco en el ranking mundial de las diez catástrofes climáticas más costosas del año pasado. Así lo indica el informe Counting the cost 2024, de la organización británica Christian Aid, que valora en 228.000 millones de dólares los daños causados por estos fenómenos en todo el mundo en 2024.
El calentamiento global está detrás de estos eventos cada vez más violentos y frecuentes. ''Lo que más sorprende es el impacto que han tenido las oleadas de calor en cuanto a la mortalidad ya la morbilidad'', asegura en declaraciones al ARA Elizabeth Diago, investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona ( ISGlobal), que recuerda que el calor extremo causó cerca de 108.000 muertes en Europa entre 2022 y 2023, unas 19.000 de las cuales estuvieron en España. ''Hay que prepararse porque las previsiones son claras: cada vez sufriremos más y peores oleadas de calor y fenómenos meteorológicos más extremos'', afirma Diago.
Los desastres climáticos ya están golpeando al mundo, Estados Unidos incluido. Los huracanes Helen y Milton devastaron especialmente el estado de Florida durante el pasado otoño, que provocaron más de 270 muertes. El Milton fue el segundo huracán más intenso registrado nunca en el golfo de México, al alcanzar rápidamente la máxima categoría de peligrosidad debido a un agua de mar más caliente de lo normal.
El año 2025 ha comenzado con nuevos episodios extremos derivados de la crisis climática en territorio estadounidense. Los incendios de Los Ángeles, en California, han sido extraordinarios en pleno invierno, atizados por unos vientos extremadamente fuertes, secos y recalentados combinados con la grave sequía que arrastra la zona. Y justo después cayó una nevada histórica y de récord totalmente fuera de lugar en la costa subtropical del sudeste del país, en los estados bañados por el golfo de México. Aunque parece contradictorio, el calentamiento global también hace más violentos a los temporales invernales.
Con todas estas señales en territorio propio, cuesta creer que Trump continúe negando el cambio climático y, además, salga del único camino acordado internacionalmente para poder hacer frente e intentar frenar su avance. Es una mentalidad del siglo XIX en plena crisis del siglo XXI que obvia todas las evidencias científicas. Y la inacción y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos afectarán a todo el planeta, especialmente a zonas muy vulnerables al calentamiento global como el Mediterráneo.
Una crisis que se ceba en nuestra casa
La temperatura global del mar ha subido 0,6 ºC en los últimos cuarenta años, según datos de Copernicus. Pero el agua del Mediterráneo se calienta más rápido y ya acumula un aumento cercano a los 1,5 ºC en el último medio siglo en la costa catalana, según datos del topógrafo y observador del Estartit Josep Pascual. El deshielo provoca un aumento del nivel del mar de más de 3 milímetros cada año, acumulando un total de 10 centímetros en los últimos treinta años.
Y los últimos tres años han sido los más cálidos de la historia en Catalunya. Según datos del Meteocat, nuestro país se ha calentado ya casi 2 ºC en los últimos setenta años, muy por encima del aumento más moderado del conjunto del planeta (1,19 ºC). Pero un reciente estudio de la UPC concluye que en España la temperatura ha subido 3,27 ºC desde los años 70, cifra que el informe augura que se elevará hasta los 4,5 ºC a mediados del siglo con un clima semidesértico. Todos estos datos evidencian la vulnerabilidad del Mediterráneo en esta crisis.
Por tanto, en paralelo a la lucha contra el cambio climático, es necesario actuar para mitigar sus efectos inevitables. Por ejemplo, mejorar la gestión forestal y la planificación urbanística, o prevenir a la población ante determinados episodios. ''Es importante tener mecanismos y protocolos que avisen con tiempo a la población cuando hay situaciones meteorológicas extremas; debe haber buena coordinación y colaboración entre todos los organismos", asegura Diago, que destaca la ''sorprendentemente baja preparación ciudadana'' en situaciones como por ejemplo la DANA. Según el último Eurobarómetro, el 80% de la población española y el 65% de los europeos no están preparados ni informados sobre cómo actuar en casos de tiempo extremo.