El análisis de Antoni Bassas: 'Cuando Junqueras se pregunta por qué'

Si somos los de los indultos, los que eliminaron la sedición, los de la amnistía, los de la negociación que ahora nos copia Junts, ¿por qué no nos votan? Pues, porque en política, como en la vida, tú no eliges el momento, el momento te elige a ti

Ayer, después de Junqueras, habló Puigdemont. Recordó que es tan democrático gobernar tanto si se ha ganado como si se ha perdido (Sánchez perdió, sin ir más lejos, con la diferencia de que Sánchez no le pidió al PP que le votara o se abstuviera, que es lo que ahora está haciendo Puigdemont con el PSC).

También dijo que ha empezado los contactos discretos con Esquerra y que, aunque no la querría, no le da miedo una repetición electoral. O sea que Puigdemont va a por todas con las posibilidades que tenga de ser investido presidente. Entre otras razones, por Esquerra, que debe decidir si hace president Illa con sus votos y los de Comuns (lo que gustaría a gente como Joan Tardà pero quizás no a una mayoría del partido) o si se suma a la idea de Puigdemont de pedir la abstención del PSC advirtiéndole de que Sánchez depende de los dos partidos independentistas catalanes. Pero más allá de que le salgan los números, el intento de Puigdemont pone a Esquerra en la delicada situación de tener que elegir Isla o Puigdemont o la repetición electoral, para la que los republicanos no están nada equipados, con Aragonès y Rovira de retirada y Junqueras de reflexión. De hecho, a quien le tocaría decidir qué hace Esquerra cuando llegue la investidura estaría en Aragonès y Rovira.

A propósito de la reflexión de Junqueras, ya saben que quiere seguir, pero después de tener el aval a la militancia que va a buscar durante el verano reuniéndose con todo el mundo para escuchar, dijo. Junqueras no renuncia a nada, entre otras cosas, porque, como explica hoy David Miró, los críticos de Junqueras dentro de Esquerra no tienen una cara visible, un futuro líder, y eso juega a su favor.

Pero en su intervención planeaba el desconcierto de un partido que se pregunta por qué los votantes les han abandonado. Aquí tienen una respuesta:

Puede que no te voten porque no les gusta Junqueras y su retórica interminable, o la falta de retórica de Aragonès, o que la obra de gobierno sea discreta o que los consellers no entusiasmen o provoquen rechazo, como ha ocurrido en Educació . O que seas percibido como una muleta del PSOE con un Rufián que a veces parece más de los Comunes que de Esquerra, o que se te vea menos valiente que Puigdemont. Es una suma de cosas, en las que la empatía cuenta. Y a veces parece que Esquerra espere que le den la razón sólo porque es de izquierdas, republicana e independentista.

Aparte de que cada elección es una pregunta. Y en estas elecciones, aunque le pese a Aragonés y su equipo, no iba de obra de gobierno sino de darle a Catalunya una nueva etapa, la que fuera, pero no lo mismo de siempre.

Junqueras presenta el desconcierto: si somos los de los indultos, los que eliminaron la sedición, los de la amnistía, los de la negociación que ahora nos copia Junts, ¿por qué no nos votan? Pues, y aquí tienen una verdad que me parece fundamental, porque en política, como en la vida, tú no eliges el momento, el momento te elige a ti. Y éste ya no era el momento de Esquerra, porque es un partido independentista y el independentismo está hibernando: si todo lo que Esquerra, Junts y la CUP tienen para ofrecer es división y lucha cainita, te pasan las ganas de votarles . La experiencia de 2012 hasta Urquinaona fue tan fuerte que algunos liderazgos parecen recalentados. No es que haya entusiasmo por Isla (le costará ser investido, si lo consigue), pero el independentismo debe repensar su estrategia. Y porque Esquerra compite con el PSC por el voto mayoritario de izquierdas moderado, pero teniendo en cuenta la amenaza del PP más Vox, hay gente que prefiere el original, el PSOE o el PSC. ¿Es que Esquerra no tiene razón? No, pero la gente que vive la inflación, la falta de pisos, el empobrecimiento suyo o de sus hijos en un mundo muy complicado por pandemias y guerras no está por escuchar discursos.

El momento te elige a ti. El caso más clásico de lo que les digo es el Winston Churchill: ganó la Segunda Guerra Mundial (que no está mal) ya continuación los británicos le enviaron a la oposición. Los políticos, claro, deben saber fabricar el momento, ser percibidos como los que tocan en cada momento, pero esto no está al alcance de todos.

Buenos días.

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