Cinco preguntas por entender el conflicto del Hard Rock

Pros y contras del macroproyecto que ha provocado el adelanto electoral

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Imagen de los terrenos donde debería construirse el futuro macrocomplejo del Hard Rock.

TarragonaEl proyecto de ocio que impulsa Hard Rock ha hecho volar por los aires los presupuestos de Pere Aragonès, que ante el veto de los comunes ha decidido convocar elecciones anticipadas. Este macrocomplejo empezó a gestarse en 2012, durante un gobierno de la Convergència i Unió liderada por Artur Mas y, doce años más tarde, ha sufrido muchos cambios y transformaciones. Lo que no ha cambiado en todo este tiempo es el rechazo frontal de los movimientos sociales y el apoyo incondicional del sector turístico, que está convencido de que, de salir adelante, marcará un antes y un después. En este artículo respondemos a cinco preguntas para ayudar a entender las características de este macroproyecto.

¿En qué consiste realmente el Hard Rock?

El actual proyecto que se quiere construir entre Salou y Vila-seca no es tan ambicioso como el que se había propuesto inicialmente, pero sigue teniendo un gran impacto. La construcción más importante prevista es el Hard Rock Hotel, un establecimiento con forma de guitarra que tendrá 500 habitaciones y que ocupará una superficie de 100.000 metros cuadrados. El hotel tendrá una piscina de 6.000 metros cuadrados e incluirá un casino con 100 mesas de juego y 1.200 máquinas tragaperras. Para realizar una comparativa, el Gran Casino Barcelona tiene 44 mesas de juego y 375 máquinas tragaperras. También se ha proyectado otro hotel, más pensado para las familias, que tendrá unas 500 habitaciones. Además, está prevista una zona comercial (al estilo de La Roca Village) con 75 tiendas. Finalmente, el nuevo macrocomplejo contempla espacios para conciertos multitudinarios con capacidad para 15.000 personas y un recinto para realizar actos y espectáculos musicales.

¿Por qué es tan importante para el sector turístico?

El turismo de la Costa Daurada se ha disparado desde la apertura de Port Aventura. El tipo de visitante es sobre todo español y europeo. Hasta ahora también había muchos rusos, pero a raíz de la guerra con Ucrania el turismo ruso se ha esfumado. La marca Hard Rock atrae sobre todo a turistas asiáticos y estadounidenses y éste es un pastel que interesa mucho al sector: "Nos abriría la puerta a nuevos mercados", explica Xavi Guardià, portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT). La nueva oferta turística permitiría alargar aún más la temporada, uno de los grandes objetivos del sector.

¿Quién saldría beneficado si acaba aprobándose?

Uno de los primeros beneficiados si el Hard Rock sigue adelante es Criteria, que depende de la Fundación La Caixa. La entidad bancaria es la propietaria de los terrenos y, según el acuerdo que se cerró el 2019, la Generalitat se los comprará por 120 millones de euros (más la inflación). En principio, la administración pública no perderá dinero porque venderá los terrenos por el mismo precio en Hard Rock. También se beneficiarán los trabajadores a contratar para construir todo este macrocomplejo, así como los viales necesarios. Se calcula que la inversión inicial será de 700 millones de euros y generó 11.500 puestos de trabajo entre directos e indirectos. El sector turístico, evidentemente, también sacará beneficio, ya que se disparará el número de visitantes.

¿Cuáles son los argumentos de los críticos?

Los contrarios a este proyecto, organizados a través de la plataforma Aturem Hard Rock, denuncian que ya ha crecido mucho el número de turistas en la Costa Daurada y aseguran que el territorio no puede alojar a todos los visitantes que debe atraer al nuevo complejo. También critican que "el turismo de sol y playa" conlleva trabajos precarios y reclaman un cambio de modelo económico. Los opositores también denuncian que abrir un casino tan grande fomentará la ludopatía entre la población. Advierten que la crisis climática pone en evidencia que este tipo de proyectos son insostenibles y se preguntan de dónde saldrá la energía necesaria para hacer funcionar el Hard Rock. Respondiendo a una pregunta de los comunes en el Parlament, la anterior consejera de Medio Ambiente, Teresa Jordà, dijo que la Generalitat calcula que el consumo de agua del macroproyecto será de 1.086.000 metros cúbicos al año. Esta agua debe salir del minitrasvase del Ebro, que desvía agua del río hacia el Camp de Tarragona.

¿Quién decidirá si se hace o no?

Para que el macroproyecto salga adelante es necesario aprobar un plan director urbanístico (PDU), que depende de una serie de informes que deben hacer los diferentes departamentos de la Generalitat. El más complicado es el de Medio Ambiente, que en 2022 ya fue negativo porque el plan no preveía transporte público y, además, entorpecía la conectividad ecológica. En todo caso, el presidente, Pere Aragonès, se ha comprometido públicamente a sacar adelante el PDU afirmando que el proyecto ya se aprobó en su día y las mayorías, aunque Esquerra no lo defienda con entusiasmo, no han cambiado.

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