Violencia machista

Octavio Salazar: "Los del Colegio Mayor de Madrid son un ejemplo de manual de manada"

Jurista, miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional

Salazar, con su libro sobre feminismos.

Barcelona El cordobés Octavio Salazar es jurista, profesor de la Universidad de Córdoba y una de las voces más relevantes para hablar de masculinidades tóxicas y de qué papel deben jugar los hombres en el nuevo feminismo. En 2018 firmó El hombre que no deberíamos ser (Planeta), un manifiesto sobre cómo deberían ser las relaciones hombre-mujer para avanzar hacia una sociedad más igualitaria y justa, y un año después publicó #Wetoo, una brújula para nuevos feministas..

 ¿Qué le dicen las imágenes de hombres jóvenes, con formación universitaria, aparentemente de buena posición económica que aparecen como energúmenos?

—  Son un ejemplo más de que como sociedad no hemos logrado erradicar comportamientos y actitudes depredadoras, de hombres que tratan a las mujeres como seres disponibles y utilizables. Las imágenes son también una muestra más de que el modelo patriarcal y machista también sigue entre nosotros, y nos demuestra que a pesar de las leyes, la educación y los avances sociales, al final no hemos cambiado tanto como sociedad.

 De nuevo nos escandalizamos por una actitud de manada.

—  Sí, entran en una dinámica de grupo porque se envalentonan con la suma de uno, otro y otro. Son un ejemplo de manual de lo de los iguales que se reflejan entre ellos y así creen que se muestran hacia afuera como los auténticos hombres, los machitos. Entre grupos numerosos de hombres sigue viva la creencia de que ellos son los dominadores, y de que quienes tienen enfrente son mujeres que deben estar siempre disponibles para satisfacer sus deseos.

 Mujeres disponibles y putas.

—  El consumo de la prostitución y sobre todo de pornografía desde muy jóvenes les da una imagen de las mujeres como puros objetos, a los que se puede insultar y humillar tratándolas de putas.

¿Es un problema de educación? ¿De quién es responsabilidad?

—  No, va mucho más allá. Esto va de lo arraigado que tenemos el machismo en toda la sociedad, y si hablamos de responsabilidad, es una responsabilidad compartida. Tiene que haber límites, una especie de control porque estos jóvenes ya tienen una edad y vienen educados de casa y de la escuela.

 El vídeo parece una actuación, una coreografía muy bien ejecutada, una voluntad de ser vistos.

—  En estos comportamientos existe un grado de exhibicionismo muy grande, que se ha multiplicado con el eco de las redes; no les importa tener un concepto machista de las mujeres e incluso hacen bandera de sentirse discriminados por ser hombres y muestran seguridad porque creen que reivindican algo justo.

 Las redes están llenas de reacciones y hay quien se lo toma en broma, pero ¿cómo debemos reaccionar como sociedad?

—  Creo que es una buena oportunidad para hacer pedagogía, no quedarnos en la anécdota del caso. Yo soy profesor universitario y entiendo que los docentes pueden poner el tema a debate, para que sean los estudiantes los que lo analicen y debatan sobre lo que han visto. También en las familias debería poder hablarse y hacer una reflexión conjunta.

 ¿Escenas como la del Colegio Mayor hacen más necesaria la ley del solo sí es sí, que entra este viernes en vigor?

—  Evidencia que es necesaria una educación afectiva, sexual y por la igualdad, y que las leyes se quedan cortas. Esta ley es importante, pero durante su tramitación y debate se ha generado un campo abonado que ha dado cobertura a los discursos políticos que legitiman estos comportamientos machistas. Pero también debo decir que los silencios alrededor de estas actitudes también legitiman al machismo.

 ¿Es un error plantearnos que los machistas son ellos y que nosotros no lo somos?

 Yo creo que todos somos parte de la masculinidad negativa y violenta. El machismo está dentro de todos y todas. La única diferencia, no menor, está en el grado de conciencia que tengamos, y por supuesto en la responsabilidad que asumamos para combatirlo.

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