¿Cómo poner de acuerdo 200 países? Las bambalinas de la negociación en la COP29
Reuniones informales de un grupo reducido de ministros son las que suelen decidir el acuerdo final, siempre en tiempo de descuento
¿Cómo poner de acuerdo 200 gobiernos diferentes? Ésta es la proeza que intenta cada año la cumbre contra la crisis climática de la ONU, las ya conocidas COP. Un milagro que a menudo se consigue sólo a expensas deaguar enormemente los textos de acuerdo final, tal y como hemos visto una y otra vez en estas cumbres.En las bambalinas de estos grandes encuentros mundiales, a menudo es un grupo reducido de países (alguna vez han sido sólo dos) los que acaban tomando la decisión final que desencalla el acuerdo, habitualmente después de horas y horas de una agotadora negociación que les deja sin dormir la última noche de la cumbre (a veces más) La aprobación final siempre debe ser por consenso, es decir, que el texto debe pasar por un plenario de todos los estados sin que ninguno de ellos muestre su oposición expresa.
La COP significa Conferencia de las Partes, y las Partes son los 198 firmantes de la Convención Marco de Naciones Unidas por el Cambio Climático (UNFCCC, sus siglas en inglés). Esto incluye a todos los estados miembros de las Naciones Unidas (193), los observadores de la Asamblea de la ONU (Palestina y el Vaticano), los estados no miembros de la ONU Niue y las Islas Cook, y la Unión Europea ( UE). En total, pues, 197 naciones o estados y un organismo supranacional que es la UE. Todos ellos han firmado el Acuerdo de París, acordado en la COP21 de 2015, para comprometerse a mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 °C o como máximo los 2 °C.
La primera semana de cumbre la negociación la hacen los equipos técnicos de cada gobierno, que ya han estado negociando en reuniones preparatorias en Bonn durante ese año y que intentan acabar de preparar el terreno para la negociación más dura, que liderarán los ministros durante la segunda semana. En el ecuador de la cumbre, que fue el pasado fin de semana, hay un plenario de balance, que sirvió como siempre para decir que las cosas no van bien. Aquí el papel de la presidencia de la cumbre, que corresponde al país que la acoge, es muy importante porque decide cuáles son los grupos de negociación específicos que se forman a partir de entonces para buscar descargadores en los temas clave. El presidente designa normalmente a dos mediadores para cada uno de los grupos, que suelen ser una persona del Sur Global y otra del norte. La ministra española y candidata a comisaria Teresa Ribera fue nombrada en varias ocasiones como mediadora en estos grupos, normalmente en los temas más complicados. A menudo se trata de cambiar una palabra (uno shall, futuro que obliga, por un should, condicional que sólo sugiere) o de aguar una expresión para que sea suficientemente ambigua para contentar a todos.
Acreditación rosa, amarilla o naranja: los colores son importantes
Para negociar hay reuniones formales, los Contact Groups, donde pueden entrar aquellos que tienen acreditación rosa, que son los delegados de los países, o los de acreditación amarilla, que son los observadores. "Pero cuidado, porque muchos de estos delegados (con acreditación rosa) a menudo son lobistas o empresarios que han sido invitados por el gobierno y forman parte de su delegación, pero que actúan en favor de sus intereses", recuerda la investigadora del 'IDDRI Anna Pérez, que ha participado como observadora en muchas cumbres climáticas.
También hay reuniones "informales" donde sólo pueden entrar los delegados, pero no los observadores. La prensa, que lleva acreditación de color naranja, sólo tiene permitido entrar en los plenarios, abiertos a todo el mundo y donde los gobiernos aprovechan para dejar claras sus posiciones oficiales. Pero en los últimos días de cumbre, cuando la negociación se alarga en horas nocturnas mucho más allá del final oficial, llega un momento en que todo son ya consultas "informales" –sin observadores– donde participan los principales representantes –a menudo los ministros– de los pocos gobiernos que mantienen atascado alguno de los acuerdos.
Grupos de presión entre amigos o aliados de conveniencia
A veces el representante de un país habla en nombre de muchos otros gobiernos, porque en las negociaciones climáticas se han formado grupos de países que tienen intereses comunes a defender y tratan de presionar todos juntos. El mayor es el que agrupa a los países pobres y China, que se conoce como el G77 + China. Se pusieron el nombre en alusión a los grupos de poder como G-7 o G-20 y porque cuando se formó hace años contaba con 77 países en vías de desarrollo, entre los que se contaba entonces China. Pero actualmente el grupo tiene 133 estados. Este año el portavoz del G77+ China es el gobierno de Uganda, y por eso cuando el representante de ese país habla en el plenario de la COP29 lo hace en nombre de 133 países.
China (el país que más CO2 emite y la segunda potencia económica mundial) también está en otro grupo más político, el Like-Minded Developing Countries (LMDC), formado por más de una veintena países que comparten cierta idiosincrasia política en el contexto global, desde India y China hasta Irán, Irak, Siria, Cuba, Venezuela o Arabia Saudita. Los BRICS no actúan conjuntamente en las cumbres climáticas porque Rusia va por libre, por lo que el resto de integrantes de este grupo de economías emergentes tienen un grupo específico para las COP que se llama BASIC: Brasil, Sudáfrica, China y la India.
China e India se benefician todavía de unas estructuras anquilosadas que mantienen la división inicial que se realizó en 1992 entre países desarrollados y países en vías de desarrollo. Y en las negociaciones climáticas esta distinción es importante, porque determina quién paga y quién recibe ayudas financieras. China (e India) todavía está en el grupo de quienes no aportan dinero, pero justamente en Bakú –la COP de la financiación– esto se ha puesto sobre la mesa de forma más contundente que nunca y se pide cambiar el estatus del gigante asiático.
Los países ricos también buscan alianzas. La UE negocia en bloque, pero además existe otro grupo llamado Umbrella, que agrupa al resto de países desarrollados, como Estados Unidos, Canadá o Japón. En este grupo está Ucrania y también estaba Rusia, hasta que en el 2022 fue expulsada, explica Pérez. Algunos gobiernos latinoamericanos se unen en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y negocian juntos algunas cosas, y hay otras, como los Least Developed Countries (LDCs), donde se agrupan los más pobres de los pobres por tratar de hacer presión y que este año está presidido por Malaui. También hay un grupo árabe y un grupo africano, y otra voz que se hace oír con fuerza, pese al poco peso que acaban teniendo en la negociación, es el de las pequeñas islas estado que ven amenaza su existencia por el aumento del nivel del mar. Se unen en el AOSIS (Alianza of Small Island States).
La fiesta de las siglas
En estos grupos negociadores ya ha quedado claro que las cumbres tienen un lenguaje propio, pero todavía hay otros muchos acrónimos de uso habitual que hay que aprender para no perderse en la jerga climática de la ONU Los NDC son los planes estatales de lucha contra la crisis climática que el Acuerdo de París dice que es necesario renovar cada cinco años con más ambición que en el anterior: en febrero del 2025 todos los estados deben presentar nuevos con propuestas de recorte de emisiones más grandes que las que tienen ahora.New collective Quantified Goal). Pero incluso las sesiones de negociación son un lío de letras, porque se distingue entre las que negocian aspectos del Acuerdo de París (CMA) o las que todavía debaten asuntos derivados del Protocolo de Kioto (CMP).