Las tres preguntas que debes hacerte para gestionar tu fondo de pensiones

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La mala situación del sistema público de pensiones no ha impulsado a los planes privados.

31.12: Ésta es la anotación que deberían tener en la agenda los que planifican una jubilación correcta empleando ventajas fiscales. La reducción de los incentivos para ahorrar a largo plazo ha sido drástica, pasando de 8.000 a 1.500 euros: sin duda alguna, en los tiempos la recaudación fiscal ha sido más importante que la preocupación por complementar las pensiones de los ciudadanos. Sin embargo, si estábamos ahorrando 8.000 euros en los últimos años y acumulamos un capital cercano a los 100.000 euros, vale la pena examinar detenidamente si nuestro plan de pensiones se adapta a nuestros objetivos de rentabilidad y riesgo. Y esto implica hacerse tres preguntas.

¿Es segura nuestra inversión?

La primera respuesta es pensar en una inversión en la que el capital esté asegurado, por ejemplo, inversiones en fondos de inversión del mercado monetario. Sin embargo, con ello obtenemos por ahora una rentabilidad inferior a la inflación, con lo que tenemos la certeza de que vamos a perder poder adquisitivo. Al tener un objetivo a muy largo plazo, es importante invertir una parte en renta variable. En su libro Triumph of the optimists, Dimson, Marsh y Staunton, analizan el potencial de las acciones para generar rendimientos más altos a largo plazo en comparación con otros activos, como bonos. Muestran que, a pesar de la volatilidad a corto plazo, las acciones proporcionan ganancias sustanciales durante períodos de tiempo largos y cómo las fluctuaciones del mercado a corto plazo se ven suavizadas sobre horizontes de inversión más largos.

¿Está suficientemente diversificado nuestro fondo?

Invertir en un solo país, tanto para fondos de inversión como de pensiones, es poner todos los huevos en la misma cesta. En el caso de las pensiones, sería absurdo invertir sólo en España, porque si en 30 años el país está en declive y existen reducciones en las pensiones, el valor de nuestro fondo de pensiones estará por tierra cuando más lo necesitamos. En la actualidad es posible invertir en índices a nivel mundial que diversifican entre Asia, Norteamérica, Europa y países emergentes. En 44 años, el MSCI World Index ha obtenido una rentabilidad anual media del 10,1%, muy superior a la que se puede obtener con un fondo menos diversificado y con menor riesgo. No tiene sentido privarse de esa posibilidad de reducir el riesgo mediante la diversificación.

¿Qué costes tiene la gestión?

El inversor no observa las comisiones que remuneran a las entidades financieras. Son comisiones invisibles e indoloras que se deducen día tras día de la rentabilidad alcanzada, tanto si existen pérdidas como ganancias. De acuerdo a una encuesta de ING, el 62% de los encuestados no saben que los planes de pensiones tienen comisiones (y sólo el 49% es conocedor de sus ventajas fiscales). Afortunadamente, la regulación del mercado impone un máximo del 1,5% de comisión de gestión y un 0,2% de comisión de depositario.

Ahora bien, podríamos pensar que, por una diferencia en las comisiones de un 0 ,25%, que implica una diferencia de 20 euros sobre 8.000 euros, no vale la pena cambiar de entidad. ¡Error! Si nuestra rentabilidad anual fuese del 6,9%, a los diez años la diferencia de rendimientos del fondo de pensiones sería de 1.363 euros. Una buena razón para considerar el cambio en serio, pese a lo que argumente nuestro gestor.

En definitiva, vale la pena cuidar de nuestros fondos de pensiones. Por lo general, pasamos más tiempo estudiando qué coche compraremos que comparando fondos de pensiones. Quizá antes de Nochevieja podríamos ver si nuestro fondo alcanza el aprobado.

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