Hoy hablamos de
Negociación presupuestaria

Del adelanto electoral de Aragonès a los giros de Sánchez: ¿qué hacen los presidentes sin presupuestos?

Salvador Illa quiere seguir gobernando con las cuentas del 2023, que pactó con ERC cuando estaba en la oposición

Salvador Illa y Pere Aragonès en el acto de los 50 años de PIMEC.
25/01/2025
3 min
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BarcelonaLa última vez que un presidente de la Generalitat tuvo que asumir una derrota en la negociación presupuestaria, Cataluña fue a elecciones.Era en el 2024 y Pere Aragonès no logró convencer a los comunes para que levantaran el veto en el Hard Rock, un proyecto que el PSC había pedido impulsar el año anterior para dar sus 33 votos al Gobierno republicano en solitario. el escenario político ha cambiado de arriba abajo: los socialistas gobiernan la Generalitat con Salvador Illa al frente y, a pesar de asumir que no tendrán nuevos presupuestos este año, no se plantean en ningún caso una convocatoria electoral. ¿Qué han hecho los demás presidentes cuando no han logrado aprobar las cuentas?

El último presidente de la Generalitat que se resignó a no tener presupuestos y continuar gobernando fue Quim Torra. Catalunya acumuló tres prórrogas hasta que, en el 2020, el ejecutivo logró que el Parlament diera luz verde a sus primeras cuentas con los votos de Junts y ERC y la abstención de los comunes —en el 2018 se prorrogaron por el 155 y el 2019 En Comú Podem se desmarcó—. Las cuentas de 2020 fueron el último servicio del expresidente juntero antes de convocar elecciones, en pleno choque con ERC por la retirada de su escaño a raíz de la inhabilitación por la pancarta por los presos políticos.

Los presupuestos de 2020 sustituían, al final, a los de 2017. Pero en ninguno de aquellos casos las cuentas entraron en vigor tal y como era necesario el 1 de enero. El único presidente que desde 2010 lo ha conseguido ha sido Aragonés, con los presupuestos de 2022, que tenían la firma del exconseller Jaume Giró. Precisamente, los presupuestos del 2017 fueron la guinda del pastel de la remontada política de Carles Puigdemont después de que la CUP le tumbara las finanzas públicas del 2016. Aquella derrota presupuestaria tuvo consecuencias: Puigdemont se sometió a una cuestión de confianza de la que va salir airoso, con el apoyo de Junts pel Sí y de la CUP. "O referéndum o referéndum", prometió entonces. El compromiso le sirvió para recuperar a los cuperos para las cuentas del 2017.

Sánchez y Rajoy

A lo largo de sus casi siete años como presidente, Pedro Sánchez mantuvo tanto una posición como la contraria. Cuando tras llegar a la Moncloa gracias a la moción de censura a Mariano Rajoy no logró apoyos de los independentistas para los presupuestos, Sánchez optó por llamar a los españoles a las urnas. "Diganme clásico. Sin presupuestos, uno no puede gobernar", dijo, tras anunciar la convocatoria electoral. El líder del PSOE venía de realizar una intensa campaña contra Rajoy por no haber sido capaz de presentar las cuentas, tal y como marca la Constitución en el artículo 134.3. "Un gobierno que no tiene presupuestos y que, en consecuencia no puede hacer nada, ¿de verdad es necesario?", llegó a decirle en el 2018. Ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y Sánchez se encuentra en la posición contraria: va renunciar a aprobar las cuentas del 2024 para ahorrarse la negociación con Junts y ERC, argumentando que la convocatoria electoral en Catalunya hacía casi inviable el entendimiento. Y para 2025, venden mal datos.

¿Qué decía el PSC en Aragonés?

Sea como fuere, el gobierno de Salvador Illa deberá gobernar al menos un año con unas cuentas que vienen de un gobierno de ERC. En público, el ejecutivo evita el cuerpo a cuerpo con los republicanos y asegura que no va a buscar "culpables". Pero, de puertas adentro, en el PSC asumen que habrá que esperar a que ERC acabe su congreso para recuperarlos como socios. Fuentes del partido recuerdan también que, cuando Isla era jefe de la oposición, tuvo una actitud "responsable" y se ofreció a negociar cuando a ERC le fallaron los votos de Junts al quedarse gobernando en solitario. "Es responsabilidad de los gobiernos aprobar el presupuesto, la ley más importante del año, que fija las prioridades políticas y económicas de un territorio", decía la entonces la negociadora económica del PSC, Alícia Romero, y ahora consejera de Economía. El PSC presionó al gobierno de Aragonès para que se moviera en infraestructuras (en concreto, con la B-40, el aeropuerto y el Hard Rock) Pero nunca llegó a pedirle que convocara elecciones.

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