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El alcalde que no quiere ser alcalde

El alcalde de Cambrils abandona el cargo pero entra a formar parte del nuevo gobierno

Alfredo Clúa (PSC), hasta la fecha alcalde de Cambrils, con Camí Mendoza (ERC), primera teniente de alcalde, tras anunciar que renuncia a la alcaldía
06/03/2025
3 min
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BarcelonaCambrils tiene desde este jueves a nuevo alcalde. Es el cuarto gobierno en los últimos cinco años. En un ayuntamiento atomizado con siete partidos, ese mandato tampoco se preveía plácido. Y así fue. El socialista Alfredo Clúa anunciaba el pasado viernes la renuncia a la alcaldía después de que Junts decidiera salir del gobierno municipal a raíz de la expulsión de su portavoz y se quedara en minoría con 9 de los 21 concejales. Una decisión que cogió a contrapié a sus otros socios de gobierno, ERC y los comunes, que confiaban en mantener el pacto en el consistorio.

De hecho, incluso el portavoz de Junts, Enric Daza, se mostró dispuesto a dejar el acta si esto servía para reeditar el acuerdo entre las cuatro formaciones. De nada ha servido. Clua ha decidido renunciar a la alcaldía. Pero, curiosamente, no se va a casa, sino que formará parte de un nuevo ejecutivo con Nuevo Movimiento Ciudadano (NMC), la plataforma vencedora de los comicios con seis concejales, y el PP, que tiene dos concejales. Oliver Klein, portavoz de esa formación municipalista, será el nuevo alcalde.

"Quizá hubiera sido más fácil no dar un paso al lado y aferrarme a la silla, pero no es mi manera de hacer, Cambrils está por encima de cualquier silla", afirma Clúa, que admite que no suele pasar que un alcalde deje la alcaldía sin otras mociones de censura de por medio-. Las desavenencias con Junts han sido claves en su renuncia. "Las diferencias entre compañeros nunca se airean en la prensa y el chantaje nunca es una buena herramienta en las negociaciones políticas", critica. Sin una mayoría estable, ni presupuestos y con un conflicto abierto con los trabajadores municipales, el hasta ahora alcalde cede la vara de alcaldía. "Todo pesa, pero las matemáticas son las que son y ahora somos un gobierno en minoría de tres partidos y no hay caso así", subraya.

Trabajadores municipales de Cambrils en el último pleno mostrando su rechazo al gobierno municipal.

Sea como fuere, la decisión del alcalde ha caído como una jarra de agua fría entre los hasta ahora compañeros de gobierno. "El PSC no ha luchado por intentar gobernar en minoría con apoyos externos", lamenta la republicana Camí Mendoza, primera teniente de alcalde y que ha actuado de alcaldesa accidental estos últimos días. "Nuestra sorpresa llegó el lunes cuando se hizo público que el PSC permitiría que Klein fuera el alcalde porque acordamos seguir conversando, pero no se ha celebrado ninguna reunión", revela Mendoza, que debía ser la alcaldesa en el último año de mandato como segunda fuerza más votada con cuatro concejales. "No han sido sinceros ni han ido de cara", reza. Jordi Barberà, portavoz de los comunes y concejal de Cultura y Educación, tampoco se muerde la lengua a la hora de cargar contra Clúa. "Ha abandonado el barco y lo ha dejado a la deriva", espeta antes de sentenciar que el PSC "nunca creyó en este pacto".

"Era una alianza antinatural"

El nuevo alcalde, Oliver Klein, considera que era la crónica de una muerte anunciada: "El pacto del Titanic. Era una alianza antinatural para bloquearnos y los distintos partidos del gobierno han ido poniendo en cuestión su continuidad, pese a tratar de negar la evidencia". El máximo dirigente de NMC justifica la entrada de los socialistas en su gobierno: "La única alternativa para lograr la mayoría pasaba por nosotros y habrán hecho sus cálculos que ésta es la mejor opción".

Oliver Klein, con la vara de alcalde

Klein recupera así la alcaldía que ya logró en el 2021, pero entonces de forma mucho más traumática. Lo hizo después de salir del gobierno de ERC y Junts, descabalgando a Mendoza con una moción de censura que encabezó con el apoyo de toda la oposición: PSC, Ciutadans, PP y dos concejales no adscritos que habían abandonado Junts y la formación naranja. Una moción que ambos partidos independentistas calificaron de traición y que abrió unas heridas que provocaron que en las últimas elecciones, pese a ganarlas, quedara fuera del gobierno. Ahora vuelve y sin necesidad de promover una nueva moción de censura.

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