Illa se ofrece a Aragonès ante la división independentista

El 'president' avisa a los socialistas de que su continuidad en la Moncloa depende de la mesa de diálogo

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el líder  del PSC, Salvador Illa, este miércoles.

BarcelonaQue el independentismo está dividido y sin pronóstico de mejora es un diagnóstico que puede hacer cualquier observador medio de la política catalana. En este escenario, al PSC le ha parecido ver un filón que se dispone a intentar aprovechar. Por un lado, para hurgar en la herida de la desunión. Por otro, para erigirse en un partido de oposición responsable que permita que el Govern saque adelante varios proyectos, sobre todo ahora que el gabinete de Pere Aragonès se ha quedado sin socios estables en el Parlament. Este miércoles, el líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, se ha reunido en el Palau de la Generalitat con el president, y ha llevado bajo el brazo un documento con varios proyectos para desarrollar conjuntamente, una oferta "sincera de colaboración" para "hacer posible el cambio de rumbo que Catalunya necesita". El Govern mantiene la puerta abierta a pactos puntuales con los socialistas, pero no quiere ir más allá.

La oferta de Illa tiene una doble virtud para el PSC. La primera, poder exhibir que contribuye a la gobernabilidad de Catalunya, siempre empantanada por la fragmentación del Parlament. La segunda, erigirse como un partido central para poder, más temprano que tarde, dar el salto a la Generalitat. En definitiva, una propuesta de colaboración a corto plazo que, a largo plazo, se acabe convirtiendo en un camino para relevar a ERC al frente del Govern. Illa no se ha escondido: "Hace falta un cambio –de Govern–, pero no es incompatible con una política de mano extendida".

El líder ha llevado al Palau de la Generalitat 43 proyectos para desarrollar conjuntamente con la Generalitat. Entre los más destacados, la transformación del aeropuerto de El Prat en un "verdadero hub internacional" y el apoyo a la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno "Barcelona-Zaragoza" –'Zaragoza' no aparece en el nombre oficial que emplea la Generalitat–. También ha proyectado, entre otros, tejer un acuerdo para desencallar de una vez la ley electoral catalana, de nuevo paralizada. Además, el líder del PSC propone algunos pactos nacionales como el de la Lengua y la "convivencia lingüística", con el que el Govern ya lleva unas semanas trabajando con el objetivo de proteger la inmersión de las resoluciones judiciales que le van en contra.

A pesar de que con matices, son proyectos que el Govern podría aceptar, incluso también JxCat. Ahora bien, en el documento no se encuentra –y no es ninguna sorpresa– ninguna referencia a cuestiones que el ejecutivo ve fundamentales como la autodeterminación o la amnistía. Bien al contrario, aboga por "desplegar toda la potencia competencial del Estatut" y también por que la Generalitat se entregue a fondo en el debate a nivel estatal para reformar la financiación autonómica. De hecho, horas antes de la reunión, el PSC ha presentado una propuesta propia. Un documento que va en la línea del que ya presentó el ministerio de Hacienda –que la Generalitat ya rechazó– y que incorpora el concepto de "nivelación parcial" en el reparto de recursos entre las comunidades.

"Proyectos diferentes"

Illa, que en más de una ocasión ha dicho que mantiene una relación cordial con Aragonès, ha destacado que hoy lo ha recibido con "mucha educación" y un "trato correcto y agradable". Desde la Generalitat han compartido el buen tono del encuentro, pero descartan que pueda haber una colaboración sostenida. "Tenemos proyectos muy diferentes", ha analizado la consellera Laura Vilagrà, que ha dado la versión del Govern sobre el encuentro. También se ha comprometido a estudiar las propuestas de los socialistas, pero ha reivindicado que un buen número ya salen en el plan del Govern y que, por lo tanto, ya están en marcha. A pesar de la tibieza con la que han recibido el documento socialista, el ejecutivo catalán ve algunas posibles "líneas de trabajo" conjuntas en términos como la defensa del catalán o las energías renovables. En definitiva, nada de confraternitzar demasiado con el PSC, pero abiertos a acuerdos puntuales, como por ejemplo el que firmaron hace poco para renovar órganos como la Sindicatura de Comptes, la Sindicatura de Greuges o la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). El veto que hace un tiempo aplicaba el Govern al PSC ya hace tiempo que es historia.

Aragonès y la mesa de diálogo

Mientras tanto, ERC sigue presionando para intentar desbloquear la mesa de diálogo, todavía sin fecha. Este miércoles, con una acción coordinada entre el propio Aragonès y la cabeza de filas de ERC en Madrid, Gabriel Rufián. En declaraciones a Tv3, el primero ha querido recordar al presidente español, Pedro Sánchez, que los votos republicanos son importantes para la gobernabilidad en España y que, si no cumple con la mesa, se le complicarán los apoyos para seguir en la Moncloa. "Si quiere continuar ejerciendo responsabilidades en el Estado, tendrá que hablar y llegar a acuerdos", ha aseverado. De hecho, ha recordado que la reforma laboral se aprobó por un solo voto de diferencia y con incertidumbre hasta el último momento, cosa que no hubiera pasado si Sánchez hubiera trabajado para sumar el apoyo de Esquerra a la ley. La misma tesis ha defendido Rufián, en su caso desde el Congreso e interpelando directamente al presidente español, a quien ha dicho que no demore más la negociación del conflicto político para "evitar así hacer las maletas de la Moncloa".

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, durante la sesión de control al gobierno español

La pugna por cuándo se tiene que reunir la mesa de diálogo ha entrado en una fase de bucle. Otra. Illa ha pedido no tener "prisas" por convocarla y ha vuelto a exigir que primero haya un diálogo "entre catalanes". Es decir, que Aragonès convoque antes una mesa con partidos catalanes para explorar una posición compartida que después se defienda ante el Estado. En cambio, Vilagrà ha considerado que, antes de convocar la mesa catalana, se tiene que volver a reunir la mesa de diálogo y ha reclamado al PSC que reme en esta dirección.

El próximo conflicto en el horizonte será sobre si el presidente catalán asistirá o no a la conferencia con todos los presidentes autonómicos que está convocada para el 25 de febrero en La Palma. Sánchez exige que vaya, si es que después la Generalitat quiere un diálogo bilateral, mientras que Aragonès se niega –"Ahora mismo, no", ha dicho– si antes el presidente español no cumple con sus compromisos. De nuevo, el pescado que se muerde la cola.

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