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La legislatura catalana

Veinte años del "Ustedes tienen un problema y se llama 3%"

El entonces presidente, Pasqual Maragall, estalló contra CiU y sacudió el tablero político de lleno

Pasqual Maragall en 2003
24/02/2025
3 min
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Barcelona"Ustedes tienen un problema y ese problema se llama 3%". Con esta frase, Pasqual Maragall sacudió la política catalana hace exactamente veinte años en una intervención suya como presidente de la Generalitat desde el Parlament. Era el 24 de febrero de 2005 y se estaba celebrando un pleno monográfico a raíz de el derrumbe en el Carmel de Barcelona tras un accidente en la construcción del túnel de la línea 5 del metro, que provocó una crisis política en el país. Tras un episodio de tensión y acusaciones de falta de respeto entre el presidente y el jefe de la oposición, entonces Artur Mas, estalló acusando a CiU de corrupción en las adjudicaciones de obras públicas. ¿Cómo condicionó el tablero político y cómo se vivió desde la cámara?

"Ha perdido completamente los papeles", respondió entonces Mas, que le avisó de que había puesto en marcha "la legislatura a hacer puñetas" y, contrariado, le pidió que retirara la afirmación. Maragall accedió a retirarla porque "Catalunya tiene por delante cosas muy importantes que hacer", una de ellas el Estatut (para el que se necesitaba una mayoría amplia), pero unos días más tarde CiU presentó una querella por injurias que acabó retirando tras la rectificación del presidente. Testimonios de primera línea de esos días explican al ARA cómo los vivieron y qué había en la trastienda. En ese momento Montserrat Tura era consejera de Interior y en conversación con este diario lo rememora: "[Al Govern] nos cogió algo menos por sorpresa de lo que la prensa reflejó", sostiene. Así, relata que este hecho "se enmarcaba en el contexto de las obras públicas y de cómo el gobierno de Jordi Pujol las había adjudicado". Y es que, añade Tura, Convergència tenía una "actitud feroz negando responsabilidades y acusando al nuevo gobierno de incapaz y de inútil".

Ahora bien, la exconsejera de Interior explica sobre la acusación de Maragall: "Quien más quien menos tenía cálculos en las conselleries, veíamos cosas inexplicables, había salido en reuniones", comenta, pero dejando claro que el hecho de que Maragall "lo dijera y no pudiera poner ejemplos concretos" comportó una situación difícil". "Habíamos intentado que no reprobaran al conseller Nadal [de Política Territorial y Obras Públicas] y existía la posibilidad de una reprobación al presidente. Tuvimos que hacer equilibrios", asegura Tura, quien dice que las acusaciones de delitos no estaban "suficientemente maduras" hasta al cabo de unos años, cuando emergió el Cas9 Palau el 2. Sin embargo, hoy por hoy todavía no se ha juzgado la macrocausa del 3%, que estalló entre 2014 y 2015 a raíz de la operación Petrum y está pendiente de juicio en la Audiencia Nacional.

La reacción de CiU

"¿Pero qué está diciendo?", se preguntaban, en cambio, en la bancada convergente. "Trabalsados", "consternación" y la sensación de que lo que hacía Maragall era "una huida hacia adelante" es cómo se vivió desde los escaños de lo que era el principal partido de la oposición, según fuentes del grupo parlamentario de CiU de ese momento. "Decirlo en el Parlament sin pruebas ni denuncia es un estirabo, fue brutal", añaden, y dejan claro que este "fue el inicio de poner en duda toda una etapa política larga de 23 años" liderada por Jordi Pujol. A juicio de los convergentes, el entonces portavoz parlamentario, Felip Puig, había "destrozado" al entonces consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, y "la única manera de reconducir el debate fue con esto" del 3%, opinan.

"Me sorprendió que hiciera la afirmación grave y contundente en el hemiciclo, pero me sorprendió más la respuesta de Mas para hacer retirar esa referencia amenazando con el Estatut como chantaje. Le funcionó", asegura la entonces diputada de Iniciativa Dolors Camats recordando la "tensión". Y añade qué se sentía en el ejecutivo tripartito: "Responsables del Govern te decían que había empresas que se acercaban para decir «¿Y ​​ahora el 3% a quien le damos?»". Por eso, no le "sorprendió" que Maragall dijera que había corrupción en Convergència, ya que Rafel Ribó cuando lideraba Iniciativa ya había denunciado casos.

En todo caso, fuentes convergentes recalcan que esa famosa frase "arrolló bastante" las relaciones, pero no afectó al proceso estatutario. "El daño ya estaba hecho y se cambió el debate del túnel por el debate de la financiación de los partidos", sostienen. Lo vivieron como unas "declaraciones impropias de un president" y recuerdan que las relaciones de Mas con Maragall "ya venían tensadas de la época del Ayuntamiento". A posteriori, sí admiten que se descubrieron algunas "cosas no bien hechas", "alguna mala praxis demostrada" y "dinámicas incorrectas", pero "no desde el punto de vista político".

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