Los cruceros critican que Barcelona les imponga la tasa más alta de la UE
El sector encarga un estudio en la UB para defender que los cruceristas de paso aportan a las arcas municipales más de lo que cuestan
![Cruceros en el puerto de Barcelona.](https://static1.ara.cat/clip/aecd4ad4-83e6-472e-87f6-54b17339203f_16-9-aspect-ratio_default_0_x2917y1122.jpg)
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BarcelonaEn el punto de mira del debate sobre la gestión del turismo en Barcelona desde hace tiempo, el sector de los cruceros ha salido este martes a reivindicar su aportación a la ciudad. Para ello, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) ha esgrimido un estudio que la propia entidad ha encargado a la Universidad de Barcelona (UB) y que sugiere que Barcelona es la ciudad de la Unión Europea con una tasa turística más alta para los cruceristas. En sus conclusiones, el informe sostiene que los cruceristas de paso –los que no pernoctan en la ciudad– aportan más a las arcas del Ayuntamiento de lo que le cuestan.
Para llegar a esta conclusión, el estudio –elaborado por el catedrático de economía aplicada de la UB y director del Laboratorio de Economía Aplicada AQR-Lab, Jordi Suriñach, y los profesores de la UB José Ramon García y Esther Vayà – hace un cálculo aproximado de lo que aporta cada visitante que llega a la ciudad a través de la tasa turística y qué cuesta a las arcas municipales. El resultado, según el estudio, es que en el 2023, el último con datos completos, sólo los cruceristas de paso aportaron más de lo que cuestan.
En concreto, el informe sostiene que los cerca de 1,7 millones de cruceristas de paso acumulados que hubo en la ciudad en el 2023 aportaron más o menos 5,4 millones de euros de los 88,2 que recaudó el Ayuntamiento a través de la tasa turística; una cifra que incluye la suma del recargo municipal que gestiona íntegramente el consistorio y del 50% de la parte del impuesto que gestiona la Generalitat y que después le transfiere. Esto supondría que cada crucerista aportó 3,3 euros a las arcas municipales.
El estudio compara esta aportación con el coste que aproximadamente tiene cada visitante para la ciudad. Ahora bien, en ese punto la fórmula se complica. Para alcanzar una cifra, los académicos toman el total de gasto del Ayuntamiento en 2023, que según liquidación presupuestaria ascendió a 3.383,9 euros. De esa cantidad, estiman que sólo 2.078,5 son imputables a gastos destinados a cubrir necesidades tanto de residentes como turistas. Así, los recursos destinados a servicios como las guarderías –que no utilizan los visitantes– se separan.
A partir de ahí, el informe traza la siguiente teoría. Para llegar a ofrecer un coste diario para las arcas municipales tanto de residentes de Barcelona como de visitantes, los investigadores multiplican los 1,6 millones de barceloneses que existían en el 2023 por los 365 días del año –que da una cifra de 604.423 .940 residentes acumulados al año–. Después, calcula que la ciudad recibió ese mismo año 60,2 millones de visitantes acumulados, una cifra que se extrae de multiplicar los 15,6 millones de turistas por la media de tres noches y pico que duermen en la ciudad y de sumar -los 9,6 millones de excursionistas (visitantes de un solo día) que también pasan por la capital.
Todo este baile de cifras termina en una división sencilla: si los 60,2 millones de visitantes acumulados representan un 9,1% de la suma de visitantes y de residentes acumulados, el coste para el Ayuntamiento debería ser del 9,1% de los 2.078,5 millones imputables a cubrir necesidades tanto de residentes como turistas. O, lo que es lo mismo, 188,2 millones de euros. Una cifra que dividida por esos 60,2 millones de visitantes equivale a 3,1 euros al día.
De ahí la conclusión de que los cruceristas de paso aportaron el 2023 más en concepto de tasa turística –los 3,3 euros al día mencionados– que los 3,1 euros que, teóricamente, costaron al Ayuntamiento . Pero existen limitaciones, como que para realizar este cálculo el estudio presupone que el coste para la ciudad que tiene cada persona, sea ciudadano, turista de cualquier tipo o visitante por unas horas, es idéntico. No tiene en cuenta, por ejemplo, el uso intensivo del espacio público que hace el turismo y que obliga, por ejemplo, a que la limpieza y el vaciado de papeleras y contenedores en entornos como la Rambla, la Sagrada Familia y el Parque Güell sea mucho más frecuente que en otras calles de la ciudad.
Hay que subrayar también que el estudio sólo tiene en cuenta lo que aporta cada visitante en concepto de tasa turística. No analiza, por tanto, lo que dejan en la ciudad en impuestos indirectos a los cruceristas de paso –que realizan estancias de cerca de 12 horas en Barcelona– en comparación con el resto de visitantes de la ciudad que sí pernoctan y que, por tanto, pagan también habitaciones de hotel, restaurantes, entradas para museos y espectáculos.
Grabar otros sectores
El informe también destaca que la aportación que realizan los cruceros, tanto los que tienen Barcelona como puerto base como los de tráfico, en las arcas municipales es superior al peso que tienen en el número de visitantes que llegan a la ciudad. Por eso, el director de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) en España, Alfredo Serrano, ha criticado que el Ayuntamiento quiera subir el recargo y le ha animado a buscar otras vías de financiación.
Los cruceristas son, con los usuarios de pisos turísticos, los visitantes que pagan una tasa turística más alta. Un precio que en los últimos años ha crecido y que desde octubre se sitúa entre 6 y 7 euros al día. En el horizonte, además, existe la posibilidad de que aumente hasta 4 euros más si la ley da margen al Ayuntamiento. De hecho, el estudio también subraya que, de los 9,6 millones de visitantes que solo pasan un día en la ciudad, los 1,7 millones de cruceristas de tráfico son los únicos que pagan tasa turística. "Si el Ayuntamiento considera que necesita más recursos, que trabaje en ampliar la base de contribuyentes y no en subir las tarifas a los que ya lo estamos cargando", ha defendido Serrano.
El estudio, además, expone que de los 780 puertos con actividad de cruceros que existen en la UE, sólo 16 disponen de un impuesto específico para los cruceristas. De éstos, 4 están en Cataluña y 3 en Baleares. Además, se expone que el impuesto de Barcelona es casi tres veces superior a la media del resto. Dentro de los puertos con mayor volumen de pasajeros, el estudio apunta que solo Barcelona, Hamburgo y Palma tienen impuesto sobre los cruceristas.
Pese a que la principal conclusión del estudio defiende la aportación que hacen los cruceristas de paso, Serrano ha destacado que el objetivo es que crezcan los cruceros que tienen puerto base en la ciudad. En este sentido, celebró que mientras que en 2012 los cruceros con puerto base en Barcelona eran sólo un 40,3% del total, en 2023 ya eran un 53,4%. Una tendencia que, apuntó, se consolidará en los próximos años.
Aunque no ha querido polemizar sobre la apuesta del Ayuntamiento de cerrar dos terminales de cruceros a corto plazo y ha subrayado que esto deberá decidirse en los órganos de gobierno del Puerto, Serrano sí ha avisado que puede ir en detrimento de la apuesta por consolidar los cruceros de puerto base, porque requieren una infraestructura superior que la de los cruceros de paso.