¿Cómo ha conseguido el Clínic reducir la mortalidad por covid-19 de un 11,6% a un 1,4%?

Un estudio indica que el manejo clínico personalizado del paciente contribuye a una de las tasas más bajas de Europa

La UCI de la planta 4 del Hospital Clínico de Barcelona, miércoles a mediodía en plena actividad. CRISTINA CALDERER
Xavier Pujol Gebellí
25/01/2021
3 min

Era previsible que a medida que pasara el tiempo y se aprendieran más cosas sobre el covid-19 y su impacto clínico, más pacientes conseguirían salir de las UCI de los hospitales y superar la fase aguda de la enfermedad. Más allá del aprendizaje, sin embargo, hay otros factores que, combinados, pueden conseguir reducciones drásticas de la mortalidad hospitalaria. Este es el caso del Hospital Clínic de Barcelona, que en el lapso de tiempo que va de marzo a septiembre ha pasado del 11,6% al 1,4%. Dicho de otro modo: si a finales de marzo morían en el centro sanitario una de cada 10 personas, en septiembre era una de cada cien, una de las tasas de mortalidad hospitalaria más bajas de todo Europa. Los resultados del estudio, dirigido por Carolina García-Vidal, miembro del Servicio de Enfermedades Infecciosas e investigadora de la IDIBAPS, se ha publicado a la revista The Lancet.

¿Cómo se puede reducir tan drásticamente la mortalidad en tan poco tiempo con una enfermedad que tiene más interrogantes que certezas? “No hay un único factor, sino que es la combinación de muchos elementos que lo hace posible”, responde García-Vidal. “El aprendizaje es uno, pero no es ni mucho menos el único”, añade. La investigadora atribuye al trabajo en equipo de múltiples especialistas buena parte del éxito logrado.

“El primer paso consiste a tener camas de UCI suficientes, respiradores y todo el equipamiento tecnológico que hace falta para cada paciente”, dice. Además, hay que disponer de los tratamientos farmacológicos que a estas alturas están dando resultado y administrarlos “en el momento adecuado”. En esencia, antivirales que ayuden a contener la expansión del coronavirus como el remdesivir, que da buenos resultados en fases concretas de la enfermedad, y antiinflamatorios con suficiente potencia para limitar la afectación respiratoria.

A todos estos elementos el Hospital Clínic suma un modelo informático desarrollado conjuntamente con el Barcelona SuperComputing Center (BSC) que predice con altos niveles de precisión cuál será la evolución de un enfermo concreto y así poderse adelantar a episodios concretos de la enfermedad en que estaría indicada alguna intervención específica. El modelo, fundamentado en técnicas de inteligencia artificial, toma como punto de partida las características de cada paciente, incluida la existencia de alguna patología previa. “Es una herramienta de ayuda al tratamiento personalizado de cada enfermo”, señala García-Vidal. El tratamiento personalizado ayuda, por otro lado, a una “actuación precoz”.

Con todo, para la especialista es fundamental “evitar el colapso” del sistema, puesto que si se perdiera alguno de estos elementos, difícilmente se podría mantener una baja tasa de mortalidad. “Sin camas de UCI, respiradores, medicamentos y equipos de enfermería, de médicos o de limpieza, nada de todo esto sería posible”, asegura.

Un trabajo sin precedentes

El trabajo publicado en The Lancet incluye 1.645 pacientes de los dos sexos con un seguimiento de siete meses desde el 1 de marzo hasta el 30 de septiembre del 2020 ingresados en el Hospital Clínic. La mortalidad global, tanto en la planta de hospitalización como en la UCI, alcanzó el 11,6% en marzo. En el mes de septiembre la tasa bajó hasta el 1,4%. El trabajo es uno de los primeros en el mundo que recoge este conjunto de datos.

Durante todo este periodo tanto la edad de los pacientes como la diversidad de patología previa “han ido variando”, dice la investigadora, al mismo tiempo que se ha ido reduciendo la tasa de mortalidad, motivo por el cual considera “razonable” atribuir el descenso a mejoras en el tratamiento, la disponibilidad de UCI y también de profesionales de diferentes ámbitos. Del mismo modo, una hospitalización más rápida desde la aparición de los primeros síntomas también se asocia a una menor mortalidad.

García-Vidal considera que la combinación de todos estos elementos está siendo clave para afrontar con garantías esta tercera oleada de covid-19. “Aplicar tratamientos más agresivos da buenos resultados”, afirma. “Cuando en otros centros se movían entre el 30% y el 40% de mortalidad, nosotros ya estábamos en el entorno del 10%”. Aplicando las pautas puestas en práctica en el Clínic ahora “ya se puede decir que tenemos una mortalidad del 1,4%”. Las pautas, indica la investigadora, pueden servir como una guía o un “estándar de calidad” en el tratamiento. Sería, en este sentido, una de las primeras guías del mundo.

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