"Activad el protocolo y después veremos si hay violencia": así se forma a los coordinadores 'antibullying'
Los centros catalanes estrenan los referentes de convivencia, pero los docentes piden más herramientas contra el acoso
Barcelona"No hace falta que toméis apuntes, solo os pedimos que pongáis el móvil en silencio". Así ha comenzado la primera formación que este jueves han recibido 400 docentes y directores por ser los "coordinadores COCOBE" de su centro (referentes de coeducación, convivencia y bienestar) en el Teatro Zorrilla de Badalona. Ellos serán los responsables de implementar las medidas que el departamento de Educación ha hecho llegar a los centros para luchar contra el creciente problema de bullying, que marcó el curso pasado en escuelas e institutos con casos muy graves.
Han sido tres horas de sesión y un mensaje principal: "Primero activad el protocolo y después veremos si hay violencia". Con esta instrucción, los diferentes expertos que participan en la jornada –que ya se ha realizado en tres servicios territoriales y que en los próximos días se extenderá por toda Catalunya– quieren cambiar la dinámica que hasta ahora se vivía en escuelas e institutos: hasta que no se estaba seguro de que existía una situación de violencia no se procedía a activar uno de los muchos protocolos que el curso pasado existían para hacer frente a casos de acoso. Ahora, una vez unificados en un solo documento los cuatro protocolos de acoso que existían, la indicación es que "a la mínima sospecha", se active. De este modo, el nuevo protocolo no solo sirve para saber cómo actuar ante un caso de acoso, sino que también ayuda al docente a determinar si una situación que han detectado puede considerarse violencia o no.
"Hay que creerse lo que nos está explicando el alumno sin hacer un juicio de valor; para ello ya están los protocolos", insiste la coordinadora de la Unidad de Apoyo al Alumnado en Situación de Violencia (USAV), Nieves Folguera. Explica a los coordinadores y las direcciones que les acompañan que lo que deben hacer ante una posible situación de acoso es "abrir un caso" en el REVA, el nuevo Registro de Violencias contra el Alumnado que el departamento ha activado este curso con el objetivo de poder tener una trazabilidad de los casos de acoso que se vivan en los centros educativos. Es a través de este registro que los docentes podrán ir recogiendo la información que les hace sospechar de un caso de bullying (con datos concretos, indicadores y entrevistas con los implicados y las familias) y realizar una valoración sobre si se está viviendo una situación de violencia. A través de la plataforma también podrán decidir y registrar qué actuaciones se llevarán a cabo para abordar la situación de acoso a un alumno.
El "momento mágico"
Teniendo en cuenta que la figura del "coordinador COCOBE" es nueva de este curso –aunque la ley integral de protección a la infancia y la adolescencia ante la violencia (LOPIVI) ya la preveía desde su aprobación en 2021– , también se ha trasladado a los docentes que todo "hay que hacer poco a poco" y que habrá nuevas formaciones. La directora general del Alumnado, Anna Chillida, ha explicado que los profesores que han asumido esta nueva responsabilidad recibirán 30 horas de formación durante este curso para poder ser los referentes a los que tanto alumnos como docentes puedan dirigirse cuando vivan una situación de violencia en el centro. Una tarea que podrán realizar con las horas de "bolsa de coordinación" que cada centro gestiona y reparte entre los coordinadores de diversos ámbitos en función de sus necesidades y que, en el caso de los coordinadores antibullying, será de al menos una hora a la semana.
Entre las muchas funciones que tendrán que asumir los nuevos coordinadores está la de velar para que se aplique en todos los ámbitos educativos proyecto de convivencia que desde 2017 deben tener todos los centros educativos catalanes. También serán los encargados de informar y aconsejar a toda la comunidad educativa (alumnos, profesores y familias) sobre qué protocolos seguir ante un caso de acoso y plantear estrategias para identificar estas situaciones en función de las casuísticas de su centro.
Según los responsables de la USAV que han participado en la jornada, es en este proceso de detección donde se debe conseguir llegar al "momento mágico": cuando el propio alumno que vive una situación de violencia es quien se dirige al profesor para contarle que tiene un problema. Para llegar, hay que crear un vínculo de confianza con los alumnos y "hacer que sientan que el centro es un lugar amable y seguro del que no quieren irse", les ha explicado el psicólogo especialista en conductas suicidas de Sant Joan de Déu Fran Villar, que también les ha pedido que "se lo tomen con paciencia".
Al salir de la formación la sensación es positiva, pero también hay algunos reproches. "Lo que hemos dado hoy está bien como primer paso, pero no nos han explicado nada que no estemos aplicando desde hace tiempo", critica una docente que desde el 2013 actúa como referente de coeducación en un centro de Sant Adrià de Besòs. Una opinión que también comparte el director de la Escuela Picasso, Genís Pasqual: "El protocolo está bien, pero no es suficiente. Necesitamos más recursos y más personal para hacer frente a los problemas de acoso".