"Con la consulta sobre la lengua en las aulas, Mazón quiere arrinconar al valenciano"
Durante una semana las familias tendrán que elegir el idioma vehicular de sus hijos, una iniciativa criticada por progenitores, docentes y activistas

ValenciaUn mayor debilitamiento de la enseñanza en catalán que se sumará al retroceso de su uso social. Es la consecuencia de que muchos ciudadanos temen que tenga la consulta sobre la lengua vehicular en las aulas que se inicia este martes en la Comunidad Valenciana y que se cerrará el próximo 4 de marzo. La iniciativa ha sido impulsada por el PP y Vox, que defienden que la votación dará "libertad" a las familias y conseguirá que la lengua "deje de estar impuesta". Unos argumentos que no han convencido a la mayoría de asociaciones de progenitores, docentes y activistas. "Disfrazan de libertad lo que es una persecución. Lo que pretenden es un genocidio lingüístico", alerta la presidenta de Escola Valenciana, Alexandra Usó.
Las familias de los centros públicos y concertados tendrán que elegir la lengua vehicular mayoritaria en las aulas a partir del próximo curso. Sin embargo, hay diferencias. En la mayoría de la Comunidad Valenciana, en infantil, el idioma escogido (catalán o castellano) podrá alcanzar un máximo del 65% del tiempo lectivo, con un mínimo del 25% para la otra lengua cooficial y un 10% para el inglés. En caso de primaria, secundaria y bachillerato, el inglés ocupará entre un 15% y un 25%. En estas tres etapas la diferencia de uso vehicular entre valenciano y castellano deberá exceder del 20% y ningún idioma podrá utilizarse menos de un 25%.
Por el contrario, en ocho comarcasdonde históricamente el catalán ha estado poco presente, se conserva la voluntariedad del estudio de la asignatura de valenciano y se elimina el uso vehicular del 25% del catalán vigente desde el 2018. Sólo se introducirá si existe una demanda "suficiente", una circunstancia que las entidades que promueven el uso de la lengua. En la etapa de infantil el valenciano y el inglés ocuparán el 10% del tiempo, mientras que en primaria, secundaria y bachillerato el catalán será optativo. Por el contrario, el inglés ocupará entre un 15% y un 25%.
Como era previsible, la consulta ha levantado una gran movilización contra la participación de numerosos consejos escolares y ayuntamientos. Sin embargo, los más contundentes han sido los sindicatos, las asociaciones de familias y las entidades culturales que le han intentado detener con recursos judiciales, el último resuelto negativamente este martes. Esto ha hecho que, finalmente, se hayan resignado a su celebración y han llamado a optar por el valenciano como lengua mayoritaria. Entidades, profesionales y progenitores defienden que es la única opción que puede garantizar una competencia en ambos idiomas.
"Los estudios universitarios señalan que con menos de un uso del 50% de una lengua minorizada no se puede alcanzar la competencia", enfatiza Usó. Por eso cree que la reforma no tiene un criterio pedagógico. "Mazón y Rovira [consejero de Educación] quieren arrinconar al valenciano, porque si el objetivo fuera la igualdad ayudarían a la lengua minorizada", insiste. Está de acuerdo la presidenta de Acción Cultural del País Valenciano, Anna Oliver, quien afirma que la votación pretende detener "toda la generación que, gracias a la enseñanza en valenciano, utiliza la lengua y la prestigia". "Son el segmento de la población más preparado y movilizado, lo que al PP y Vox les molesta", señala. Como Alexandra Usó, Oliver también ve un objetivo escondido. "Quieren una asimilación completa al castellano y en España y cortar los lazos que nos unen con el resto de territorios de habla catalana", resume.
"Aquí se siente más Hablamos Español"
Las personas que mejor conocen el debate sobre la lengua son aquellas que residen en zonas en las que el castellano es mayoritario. Es el caso de Eloïsa López Labrador, miembro de la asociación de familias del colegio la Hoya de Petrer. La también docente se muestra "decepcionada" por la "poca repercusión" en la comarca del Vinalopó Mitjà de la campaña impulsada por la plataforma Familias por el Valenciano. "Aquí tiene más fuerza el movimiento contrario que es Hablamos Español", reconoce.
López Labrador detalla algunos de los argumentos que siente: "Hay familias de personas recién llegadas que creen que si los hijos estudian en valenciano tendrán más dificultades para ayudarles con los deberes. También dicen que en realidad el valenciano no es tan importante y que sería necesario más inglés". Por último, apunta una contradicción: ella también es maestra de catalán para adultos en la universidad y explica cómo los alumnos, muchos de ellos médicos, se quejan por no haberlo aprendido de pequeños. "Pero en la escuela algunos padres me dicen que no es para tanto. Que igual cuando sean mayores sus hijos no trabajen para la administración", se lamenta.
La sustitución lingüística también avanza en comarcas hasta ahora santuarios del valenciano como el Comtat. Así lo confirma Rebeca Sanjuán, maestra de infantil en el pequeño municipio de Benilloba. "Incluso aquí los niños en el patio ya hablan en castellano", alerta. Confirma el diagnóstico Gabriel Cloquell, vecino de Beniarrés, también en el Comtat, y padre de dos niños. "PP y Vox han reabierto una herida que ya estaba cerrada", destaca. También llama a no hacerse falsas esperanzas. "Si han convocado la consulta es porque creen que van a ganar". Más al norte, desde Carcaixent, Anna Oliver pide no ser derrotistas. Reconoce que, gracias a la movilización, el valenciano se impondrá en muchos sitios. "En otros, claro, ganará el castellano. Pero aquí no se acaba la lucha. Con un nuevo escenario político es una ley que debe ser derogada", concluye.