Informe PISA

Radiografía de la complejidad de la escuela catalana: así ha cambiado desde el último informe PISA

Entre los dos informes educativos de la OCDE ha aumentado un 50% el número de alumnos vulnerables detectados en Cataluña

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Separadores para los trabajos de los niños de una clase, en una imagen de archivo

"Esto va de pobreza infantil y segregación escolar". Con esta frase la consellera de Educación, Anna Simó, intentaba poner punto y final a la gran polémica abierta a raíz de la primera respuesta que el departamento de Educación dio ante los peores resultados en los informes PISA de la historia de Catalunya asegurando que había habido una "sobrerepresentación" del alumnado inmigrante en la prueba, una hipótesis que el propio departamento descartó al día siguiente. ¿Pero realmente entre los PISA de 2018 y los PISA de 2022 cambió tanto la situación en la escuela catalana? La respuesta es que sí, pero con importantes matices.

"Ha habido un incremento importante de la complejidad que rodea a nuestros alumnos. Lo demuestran los datos de la OCDE y cada vez más indicadores", asegura el investigador de sociología de la UAB Adrián Zancajo. Uno de los cambios principales (y es el dato que habría hecho dudar al departamento sobre si la muestra del informe internacional era correcta) es que entre 2018 y 2022 el porcentaje de alumnos que la OCDE define como "inmigrantes" se había doblado, pasando de un 12% a un 24%, pero, según los datos del departamento de Educación, en estos momentos, el porcentaje de alumnos inmigrantes no llega al 15%.

La diferencia de datos radica en que tiene en cuenta cada organización por considerar a un alumno inmigrante. Tal y como explica Zancajo, mientras que en Catalunya Educació sólo cuenta como inmigrante al alumno que no tiene nacionalidad española, el informe PISA tiene en cuenta a los alumnos inmigrantes de primera generación (padres y alumno han nacido en un país diferente de donde hacen la prueba), pero también los inmigrantes de segunda generación (el estudiante ha nacido en el país donde realiza las pruebas, pero sus padres no). Teniendo en cuenta esta clasificación, en Cataluña uno de los equivalentes para ver cómo han aumentado los alumnos inmigrantes de primera y segunda generación es el registro de nacimientos del Idescat, que incluye la nacionalidad de la madre de los recién nacidos. Tomando de referencia este recuento, podemos ver cómo entre los alumnos nacidos en 2002 (los que se examinaron en las pruebas PISA de 2018) y los nacidos en 2006, que son los que han participado en las últimas pruebas PISA, el porcentaje de niños con madre extranjera ha aumentado casi diez puntos: ha pasado de un 13,9% a un 22,7% en sólo cuatro años.

Fills nascuts de mare estrangera

Zancajo explica que, teniendo en cuenta el movimiento migratorio que ha habido en los últimos años y añadiendo a los alumnos recién llegados, este dato ya concordaría con el que da el informe PISA, pero advierte que esto abre un escenario preocupante: "¿Quiere decir que ¿hasta ahora el departamento no estaba teniendo en cuenta que tiene un gran número de alumnos que son inmigrantes de segunda generación con unas necesidades concretas?", se pregunta, haciendo referencia a que, según los datos de Educación, el porcentaje de alumnos inmigrantes entre el curso 18-19 y el curso 21-22 sólo ha pasado del 13,2% al 14,4%.

"Hay alumnos con nacionalidad española y con ascendencia inmigrante cuyas necesidades de atención son significativamente distintas de las de sus compañeros recién llegados", advierte el sociólogo. Entre las características de estos alumnos, Zancajo destaca que son niños que en muchas ocasiones no tienen un problema de lengua pero sí sufren una desvinculación con el país y sienten que no son reconocidos socialmente ni institucionalmente.

Quien está siendo más consciente de este aumento de alumnos recién llegados son las asociaciones que acompañan a los alumnos vulnerables fuera de la escuela. Lo constata en este diario el adjunto a la dirección general de la Fundación Pere Tarrés, Rafael Ruiz de Gaunas: "Han crecido mucho las listas de espera de padres que necesitan un apoyo educativo para su hijo. La demanda ha crecido y mayor parte la necesitan alumnos que provienen de familias migradas".

Más vulnerabilidad detectada

Uno de los cambios destacados del sistema educativo entre los dos últimos informes PISA es el incremento de alumnos con necesidades específicas de soporte educativo (NESE) detectados. Dentro de esta categoría hay alumnos con problemas de aprendizaje, pero también niños vulnerables por motivos socioeconómicos o adolescentes recién llegados.

Alumnes amb Necessitats Específiques de Suport Educatiu (NESE) a la ESO

Entre el curso 18-19 y el 21-22 el número de alumnos NESE en Cataluña aumentó un 40%, con otros 51.500 alumnos que se añadieron con esta condición dentro del sistema. En el caso de los alumnos socioeconómicamente vulnerables, el incremento es más acusado: alcanza el 50% y pasa de 56.505 alumnos vulnerables a 85.196 en tan sólo cuatro años. "Gran parte de este incremento se debe a una mejora en la detección, pero es imposible saber qué parte del incremento es real y cuál representa al alumnado que ya era vulnerable y no había sabido verse", advierte Zancajo.

De hecho, más allá de los alumnos que constan en el sistema, un informe reciente delUnicef ​​concluye que en Cataluña hay casi 400.000 niños en riesgo de pobreza. El último informe PISA sitúa a Catalunya como la novena comunidad autónoma con más alumnos vulnerables social y económicamente, muy por encima de Madrid, País Vasco y Asturias, que obtienen mejores resultados. En este sentido, el directivo de Pere Tarrés explica que la pobreza se ha cronificado en Cataluña, pero también han notado un aumento preocupante de los alumnos con trastornos del aprendizaje. "Ha habido un bajón de nivel en lenguas y matemáticas, y cada vez cuesta más. Notemos que después de la pandemia no se ha sabido remontar y que tanto en la escuela como fuera faltan muchas manos".

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