Menos muertes y operaciones más amables: los beneficios de ampliar las mamografías a las mujeres de 45 años
Salut estudia avanzar los cribados del tumor más frecuente, tal y como recomiendan las autoridades internacionales
BarcelonaEl cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres y también el que causa más defunciones, aunque la supervivencia de las pacientes ronda el 90%. En 2023, en Cataluña, murieron 1.067 mujeres por este tipo de cáncer, por lo que las autoridades sanitarias insisten en la detección precoz de la enfermedad: cuanto antes se detecta el tumor, más altas son las posibilidades de curarlo se. De los 5.337 casos que se diagnosticaron, casi la mitad fueron de mujeres de entre 50 y 69 años y, por eso, los expertos han recomendado que los programas de detección precoz se dirijan a las mujeres de esa franja de edad. A estas pacientes se les hace una prueba cada dos años llamada mamografía, que consiste en radiografiar a las mamas en busca de células o lesiones cancerosas y, así, anticiparse a fases más avanzadas del cáncer. Ahora, los expertos recomiendan que las pruebas periódicas empiecen a los 40 años y se alarguen hasta los 74.
"Ampliar el programa de cribado del cáncer de mama incrementaría la supervivencia porque se diagnosticarían antes los casos y habría una desescalada del tratamiento quirúrgico, es decir, las cirugías serían menos agresivas", explica la jefa de la unidad de cáncer de mama del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Gerona, Gemma Viñas. Ahora bien, la experta remarca que la ampliación del programa debería realizarse de forma progresiva y evaluando bien en cada franja de edad los riesgos y beneficios de las pacientes. En las comarcas gerundenses, la adherencia al programa es muy buena y participa un 70% de las mujeres llamadas a realizar la prueba. Además, Viñas apunta que hay una bolsa de pacientes que hacen cribado oportunista, que significa que se la hacen por su cuenta de forma regular cuando acuden al ginecólogo, sobre todo a la franja de entre 40 y 50 años.
El año pasado en Catalunya se detectaron 1.098 casos de cáncer de mama en la franja de 30 a 49 años y 1.622 en la franja de más de 69 años. Sumadas, la cifra total de diagnósticos es mayor que en mujeres de entre 50 y 69 años, el grupo de edad donde ahora mismo se concentran las pruebas diagnósticas para detectar precozmente los tumores. Expertos del grupo de trabajo de servicios preventivos de Estados Unidos también han sugerido rebajar 10 años el inicio de los cribados por mamografías, según un estudio publicado en la revista JAMA publicado a finales de abril. En este sentido, defienden que ampliar los programas mejoraría las tasas de supervivencia actuales y también advierten que cada vez se detectan más casos entre los 40 y los 50 años.
En cuanto a Europa, las autoridades también sugieren que se haga esta ampliación y que los cribados periódicos vayan dirigidos a todas las mujeres de entre 40 y 74 años. Con este escenario, el departamento de Salut estudia extender las pruebas periódicas a franjas de edad más jóvenes y mayores, según ha avanzado El Periódico. De momento, los expertos catalanes están valorando la medida y todavía no han tomado ninguna decisión, según explican al ARA fuentes de Salut.
Aumento de casos
Uno de los motivos por los que se recomienda ampliar los cribados es el incremento generalizado de casos de cáncer de mama en todas las franjas de edad. "Como es lo más frecuente, también es lo más mortal", argumenta Viñas, quien relaciona el incremento de diagnósticos con la prevalencia de hábitos de vida poco saludables como el tabaquismo, el consumo de alcohol y el sobrepeso. El último es un factor de riesgo "muy importante" para el desarrollo de cualquier cáncer, por lo que la experta insiste en que es necesario incidir en políticas de salud pública que favorezcan estilos de vida más saludables.
Con todo, cree que tiene sentido ampliar el programa de cribado y considera que debe empezar por las mujeres de más de 69 años. "Como cada vez la población envejece mejor, es importante que estas mujeres sigan participando en los cribados", razona Viñas. La ampliación de las pruebas periódicas a mayores franjas de edad comportaría también un incremento de la presión asistencial y del gasto sanitario, si bien es necesario hacerlo para mejorar las tasas de supervivencia de las pacientes.