Sucesos

Las tres hermanas de la Segarra que vivían con riesgo de ser mutiladas y casadas a la fuerza

Los Mossos han intervenido en siete casos de chicas en riesgo de sufrir ablación este 2023

4 min
Un coche de los Mossos frente a la comisaría de Lleida.

BarcelonaSon tres hermanas, dos de ellas menores de edad, que viven en la comarca de la Segarra y empezaron a explicar en su entorno que en unas semanas viajarían a su lugar de origen, en el Sahel (sur del Sáhara). En la mayoría de contextos, esta información no sería de nada sospechosa. "Entre todos, sin embargo, debemos hacer un puzzle, y ésta suele ser una pieza importante", apunta una fuente policial. En el contexto de esa familia, un viaje al país de origen era una pieza importante. Las demás piezas del puzzle (el entorno, el estado emocional de las chicas, los antecedentes familiares) indicaban que existía un riesgo alto de que una vez en el Sahel sufrieran una mutilación genital femenina, según los Mossos d'Esquadra. Luego, según la investigación policial, también existía el riesgo de que estuvieran casadas en contra de su voluntad.

"Hay que picar piedra", admite la misma fuente policial. Estos casos no se solucionan yendo a casa de las chicas y deteniendo a sus padres, sino que existe un "choque cultural" muy fuerte y hay que intentarlo con "mucha mediación". En el caso de las chicas de la Segarra, también existía el riesgo de que, una vez mutiladas y casadas en el Sahel, nunca volvieran a Catalunya, según los Mossos. Así, el pasado junio se activó el protocolo previsto para estos casos, una actuación "en red" en la que a menudo quien hace de mediador es quien está más cerca de las chicas y los padres. A veces lo es el tutor de la escuela, otras un trabajador social o un sanitario del CAP. Gracias a la red de mediación, la situación de las tres hermanas de la Segarra se recondujo y se evitó que fueran al Sahel. Ahora, entrarán en una lista para realizar un seguimiento.

"Es un trabajo muy íntimo y muy complicado", alerta Adriana Kaplan, antropóloga y directora de la Fundación Wassu, que alberga el Observatorio Transnacional de Investigación Aplicada a Nuevas Estrategias para la Prevención de la Mutilación Genital Femenina, que ha trabajado de la mano con la Generalitat para abordar estos casos. Desde Gambia, Kaplan explica la importancia de tratarlo desde un punto de vista antropológico, con la intervención de servicios sanitarios y trabajadores sociales formados. "Enfrente hay una mujer, la madre, que lo ha sufrido y cree que es el mejor del mundo. No hay que tratarla de bárbara, de criminal". Por eso, hace falta "delicadeza", insiste, porque ellas creen que con la mutilación la mujer está "purificada". Les dicen falsedades, según la investigadora, como "el clítoris puede llegar a crecer como un pene" o que si no lo sacan en el momento del nacimiento "el bebé podría morir al darse un golpe con la cabeza" .

Las consecuencias

La clave es aportar informes médicos que demuestren el efecto real de la ablación: dolor crónico vulvar y del clítoris, problemas menstruales, dolor al orinar e infecciones, reducción de la excitación y la lubricación; riesgos obstétricos relacionados con la gestación, el parto y el postparto, y trastornos de estrés postraumático. Todo esto, sumado a las condiciones insalubres con las que las operan. Lo suele hacer una mujer vieja y sólo puede hacerla ella. Para ello suele utilizar un cuchillo o una hoja de afeitar.

"No es fácil", sigue explicando la fuente policial. Es necesario hablar con las chicas y también con los padres para hacer pedagogía y explicar todos los riesgos. Después, deben demostrar que han cancelado los vuelos y firman el compromiso de que no lo volverán a intentar. Este documento lo creó la asociación de Adriana, Wassu. "El papel dice que si tocas la chica tienes que ir a la cárcel, y los padres deben firmarla. Los padres nunca pueden cuestionar la autoridad de los mayores, pero si allí enseñan ese papel demuestran que no lo están cuestionando ellos, sino el país en el que ahora viven", resume.

Si la mediación no funciona, se llega a un punto de no retorno y hay que "escribir un atestado e ir a los juzgados para que dicte medidas cautelares", apuntan fuentes policiales. Por ejemplo, una retirada de pasaporte, una medida que Kaplan critica. Normalmente, explican desde los Mossos, se intenta no llegar a este punto. Con las tres hermanas de la Segarra ya son siete los casos de chicas que este 2023 han estado en riesgo de sufrir una ablación y los Mossos han intervenido.

El año pasado trataron 12 casos, el doble del 2021 (6), aunque entonces todavía había vigentes restricciones de movilidad por la pandemia. De los últimos cinco años, el 2017 fue el año con más chicas detectadas en esta situación: hasta 15. En Catalunya viven casi 6.500 niñas menores de 14 años que vienen de países donde se practica la ablación. Se considera que ésta es la población que potencialmente podría estar en riesgo. En cuanto a los matrimonios forzados, la tendencia se mantiene estable: ha habido 11 intentos este año, 14 el pasado año y 11 hace cinco años.

stats