Bienestar

Seis paraísos al aire libre donde sentir los beneficios terapéuticos de las aguas termales

Termas y balnearios se consolidan como dos de los espacios preferidos para cuidar el cuerpo durante las vacaciones

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Senyores bañándose a las piscinas termales del balneario Alhama de Granada.

BarcelonaDormir mejor, reducir el estrés y la ansiedad, mitigar dolores crónicos o mejorar el estado de nuestra piel son algunos de los beneficios de los baños en aguas mineromedicinales, sea en términos naturales o en balnearios. Son aspectos que llevan años estudiando la hidrología médica. Y es que el agua, como elemento clave para la vida, presenta propiedades fisicoquímicas que la pueden convertir, según su forma, estado y temperatura, en un agente médico y terapéutico de primer orden. La hidrología médica busca la prevención y el tratamiento de enfermedades y lesiones por medio del agua, e incluye ramas como la talasoterapia, que se basa en el uso de agua de mar y otros elementos y sustancias del ecosistema marino. Los griegos y los romanos ya conocían los beneficios del termalismo, y los romanos construyeron termas públicas en la mayoría de las ciudades a medida que el imperio se expandía. Durante la Edad Media, sin embargo, mientras el islam confería un gran prestigio a la hidroterapia, la Europa cristiana la desterraba. No fue hasta el Renacimiento cuando Europa recuperó los antiguos conocimientos sobre los tratamientos y las propiedades del agua. Y así hasta nuestros días.

La doctora Manuela Sánchez-Cañete Valenzuela, especialista en medicina estética y miembro de Top Doctores, explica como los beneficios terapéuticos del agua se vinculan a su composición mineral y a la temperatura. Por un lado, explica la doctora, "las propiedades físicas y su contenido en minerales, oligoelementos (zinc, selenio, magnesio, cobre, silicio, hierro, litio, flúor...) y otros constituyentes, como una microbiota específica (plancton termal constituido por algas y bacterias), son los responsables de sus diferentes efectos biológicos. Por otro lado, la temperatura ejerce efectos analgésicos, antiinflamatorios, descongestivos, hemostáticos y relajantes dependiente de si son baños calientes o fríos". ¿Y hasta qué punto los baños en aguas termales pueden ser beneficiosos para la salud? "Cada vez despiertan más el interés de las personas que desean más longevidad y una buena salud física y mental –apunta Sánchez-Cañete–. Las aguas termales son consideradas soluciones naturales, dotadas de propiedades peculiares, con una composición constante que se utilizan con finalidades terapéuticas y han sido declaradas de utilidad pública por organismos competentes. Aumentan la oxigenación, normalizan algunas funciones del cuerpo (digestivo y endocrino), mejoran el sistema inmune, disminuyen los dolores articulares y mejoran las afecciones cutáneas, entre otras".

Los tratamientos de los balnearios usan a menudo, aparte de agua, otros elementos naturales como el barro, las arcillas, la luz, etc. Como explica la doctora Sánchez-Cañete, "a pesar de que el uso del agua mineromedicinal bajo varias técnicas de aplicación son la base de los tratamientos termales, otra de las técnicas más arraigadas son los peloides o lodos termales, que permiten la aplicación local sobre las zonas afectadas mediante emplastes o bien la aplicación en todo el cuerpo mediante envoltorios. Suelen combinarse y asociarse a las técnicas de inmersión en aguas mineromedicinales calientes con duchas y ejercicios en piscinas termales, puesto que añade a las propiedades físicas del agua la composición química y biológica de estos materiales provenientes de procesos biológicos o geológicos, sobre todo en patologías reumatológicas crónicas".

Usos terapéuticos

A grandes rasgos, los usos terapéuticos de las aguas termales van dirigidos a la recuperación de diferentes enfermedades crónicas como las patologías reumáticas, enfermedades respiratorias, otorrinolaringólogas, digestivas y metabólicas, vías urinarias, dermatológicas, de sistema circulatorio y afecciones neurológicas y psíquicas. Además, son útiles como prevención en etapas primarias de estas enfermedades y otros comunes en personas con riesgo familiar de desarrollarlas o aquellas que estén vinculadas al estilo de vida. Permiten también una mejor recuperación después de condiciones médicas agudas y como mantenimiento y puesta en forma.

En general, los tratamientos termales son muy tolerados, pero es imprescindible consultar el médico si su uso puede resultar beneficioso o perjudicial. La doctora Sánchez-Cañete recuerda que "no se recomienda la balneoterapia en caso de reumatismos inflamatorios agudos, HTA, insuficiencia cardíaca o infarto de menos de seis meses, devolución, osteoporosis, varices, enfermedades infecciosas de la piel, embarazo y procesos tumorales activos".

Hay que tener cuidado con la temperatura y con el tiempo de inmersión, puesto que se podría producir hipotensión, hipertensión o taquicardia. En caso de baños calientes, hay que mantenerse hidratado antes, durante y después del baño "siguiendo siempre las indicaciones de los profesionales", añade. También se desaconseja tomar los baños completamente en ayunas o durante la digestión. "Y después del baño, se aconseja reposo y abrigarse para evitar cambios bruscos de temperatura", alerta la doctora.

Teniendo muy presentes todos estos consejos, podéis aprovechar los días de descanso para visitar alguna de las termas naturales que hay repartidas por todo el Estado español.

1.
Pozas de Arnedillo

La Rioja

Gorgs Arnedillo, La Rioja

Una de las aguas termales naturales más curiosas de España. El río Cidacos, a su paso por el enclave de Arnedillo, recibe aguas termales que brotan a una temperatura que oscila entre los 35 y 40 grados. Hay dos opciones para disfrutar: en el interior de pequeñas balsas naturales de acceso libre o con un baño en la piscina exterior del balneario de Arnedillo.

2.
Termas de Alhama

Granada

Termes d'Alhama, Granada

Estas termas, situadas junto al río Alhama, en Sierra Tejeda, son un rincón único con tres piscinas de acceso gratuito que ofrece aguas ricas en magnesio, calcio o bicarbonato. Su caudal constante está a unos 47 grados de temperatura. Los romanos popularizaron este espacio y vivieron su época dorada durante el Emirato de Granada.

3.
Muíño da Veiga

Ourense

Muíño da Veiga, Ourense

Cinco piscinas con temperaturas de 40 grados que se alimentan de aguas profundas que suben a temperaturas de entre 65 y 72 grados. Un conjunto termal al aire libre al pie de un antiguo molino de madera totalmente restaurado, del cual toma el nombre. Cuenta también con una poza de agua fría para baños de contraste. Las aguas de estas termas son de mineralización débil y alcalinas: bicarbonatadas-sódicas, fluoradas y silicatadas.

4.
Aguas de la Fontcalda

Terra Alta

Balneari Fontcalda

Estas termas, situadas en el río Canaletes, se caracterizan por su contenido en cloruro, carbonato cálcico, sulfato de magnesio y cloruro sódico. La Fontcalda es una fuente de agua termal caliente que sale a unos 28 grados. Leyendas, naturaleza y deporte en un lugar ideal para toda la familia.

5.
Termas de Alhama de Aragón

Zaragoza

Llac termal d'Alhama d'Aragó (Saragossa)

Con sus dos hectáreas, dos islas y la temperatura que oscila entre los 28 y los 32 grados, estas termas son el segundo lago de agua termal más grande de Europa y el único de España. Además, en la zona, cerca del río Jalón, podemos encontrar otras piscinas termales con aguas sulfato-bicarbonatadas, cálcico-magnésicas e hipertermales.

6.
Balsa de Cela

Almería

Bassa de Cela, Almeria

Esta fuente de aguas termales, situada a 720 metros de altitud, tiene un caudal constante de agua a una temperatura que oscila entre los 22 y los 24 grados durante todo el año. Es una piscina natural de aguas termales de acceso gratuito. Una gran piscina de 50x50 metros y con una profundidad que va de los 50 centímetros a los 2 metros.

Cuatro balnearios catalanes escogidos entre los mejores del Estado

El Hotel Balneario Vichy Catalan, en Caldes de Malavella (la Selva); el Hotel Termes de Montbrió, en Montbrió del Camp (Baix Camp); el Hotel Blancafort Spa Termal en la Garriga (Vallès Oriental), y el Hotel Balneari Termes Victòria, en Caldes de Montbui (Vallès Oriental), han sido elegidos por los usuarios de Aladinia.com –empresa especializada en regalos experiencia entre los mejores del Estado español, uno de los países con más balnearios y spas de Europa. En todos los casos, además de los servicios del balneario, se ofrece alojamiento, restauración, posibilidades de gimnasio y algunas experiencias especiales. En la lista se cuentan otros balnearios del Estado, como el Hotel Balneario La Hermida (Cantabria), el Balneario de Panticosa (Panticosa, Huesca), el Hotel Balneario de Lanjarón (Lanjarón, Granada), el Hotel Balneario de la Virgen (Jaraba, Zaragoza) o el Balneario de Archena (Archena, Murcia).

¿Cuál es la diferencia entre un balneario y un spa?

En los balnearios hay aguas termales y mineromedicinales con diferentes propiedades y diferentes tratamientos para ciertas enfermedades o molestias. Entre sus propiedades se encuentran reducir el estrés, aliviar dolores de espaldas, reumáticos y musculares, combatir la ansiedad y la depresión, mejorar problemas respiratorios y de la piel, activar la circulación sanguínea, limpiar toxinas regenerando la piel, etc. Los spas, el nombre de los cuales viene del latín salus per aquam, casi siempre tienen agua corriente calentada y sus tratamientos suelen ser relajantes o estimulantes, pero no tienen propiedades curativas, aunque pueden ayudar al organismo.

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