El lujo asequible de volver a Hispania
El emblemático restaurante de Arenys de Mar sigue en plena forma de la mano de Raimon Braun y Marta Aulèstia
Arenys de MarMuchos catalanes habrán pasado por Hispania, el emblemático restaurante de Arenys de Mar. Por eso he decidido titular este artículo como el lujo de volver. Sobre todo si hace tiempo que no ha hecho parada. Y en el caso de que no hubiera ido nunca, sería un pecado perdonable al que puede poner solución (como he hecho yo), ya que verá que aunque no hubiera puesto los pies es un lugar que conecta directamente y sin peajes con recuerdos de otros establecimientos que también le hicieron felices. Os llevará a sitios de infancia, a gustos que forman parte de los pilares fundamentales de la cocina catalana. Tanto si forman parte del primer grupo como del segundo, ir a tragar ya disfrutar sería el mejor homenaje a "las amas de casa", Paquita y Lolita Rexach, que ya no están al día a día pero han encarrilado muy bien a sus sucesores, al igual que un día la madre hizo con ellas.
Raimon Braun y Marta Aulèstia, hijo y joven de Paquita, respectivamente, están al frente del negocio. Ponen la cabeza, el corazón y las horas. Es un privilegio poder visitar uno de los bastiones de la cocina catalana y poder disfrutarlo gracias a este relieve. Y a ellos debemos agradecerles que le mantengan en plena forma, mientras van saludando a la mayor parte de la clientela por el nombre.
Estamos en un restaurante donde sirven unos pies de cerdo guisos con farcellets de col que implican cuatro horas de trabajo. Celebramos que Raimon se ponga pronto. También puede degustar una ensalada de cerebros que cantan los ángeles. Ya me dirá en cuántos establecimientos de los 16.000 que hay en Catalunya encuentra alguna que se le parezca. O comer de confort como las croquetas de carne de olla, los buñuelos de bacalao y los canelones. Encontrará judías sastre con coliflor y butifarra negra, cola de rape al horno con ajos, caracoles de mar gratinados, langosta y paletilla de cabrito al horno. Y de postre, fresitas con nata. Porque es temporada, porque estamos en el Maresme y porque comer cuando toca es un estallido de alegría.
Pasado, presente y futuro
En la exposición Enseñar las cartas, que ha comisariado la Academia Catalana de Gastronomía y Nutrición en el Palau Robert, se pueden ver los menús de los templos gastronómicos de nuestra casa. No en vano es una de las acciones de la Región Gastronómica Mundial que ostenta este año Catalunya. Algunos restaurantes todavía están, como Hispania, y otros ya no, como Reno y Can Fabes. Fue bonito ver cómo los visitantes de la exposición los miraban y recordaban vivencias y anécdotas. Pero, aunque la nostalgia es poderosa, no debemos olvidar el presente y el futuro. Como el hecho de que Hispania tiene dos comedores: el de siempre y el de cristal, que, en forma de ella, construyeron hace quince años.
Siempre estamos a tiempo de generar muchísimas más vivencias. Los restauradores valientes que defienden nuestra cultura gastronómica no sólo tienen un pasado brutal, como atestigua la colección de vinos de Néstor Luján que Hispania tiene en bodega y que les legó la viuda del escritor y periodista, sino que también tienen futuro. Comparto dos razones para el optimismo.
En primer lugar, porque añoramos nuestros sofritos y la mayoría de nosotros no disponemos de mucho tiempo para cocinar. Es en estas casas donde comer trasciende el acto de pura supervivencia para convertirse en un hecho cultural. Aquí no hay aguacate. Ni salmón. Y esto es para aplaudir con las orejas. Y, en segundo lugar, porque los jóvenes, los hijos del sushi y la pizza, pueden descubrir platos que les parecerán tan exóticos como un pad thai. Para ellos serán novísimos, aunque descubran la sopa de ajo. Lleve a sus hijos y nietos a Hispania ya ver qué les parece.
Se llega perfectamente en tren. Queda a diez minutos a pie de la estación de Caldes d'Estrac. Beba tranquilos. Y si no, disponen de un gran parking. Haga sobremesa. Descubra mirando las fotos de todos los que han pasado. Busque la dedicatoria de Gabriel Garcia Márquez. O la de Bigas Luna. O la foto de los dos Raimons. El cantante de Xàtiva es el culpable de que Raimon Braun se llame así. Decida formar parte de la historia de Hispania. Aspire a que le saluden por el nombre ya tener una mesa fija. Verá que hay un público muy transversal. Porque ir, como en todas las buenas casas, es un lujo, pero un lujo asequible para la mayoría de gente.