Cataluña gana nueve estrellas Michelin
La guía ha sido generosa en las nuevas incorporaciones pero no tanto en los restaurantes que aspiraban a subir de categoría
La Guía Michelin ha celebrado la gala anual en la que presenta cuáles son los nuevos restaurantes que ha decidido incluir en su selecta lista. El evento se hacía en Murcia, tomando el relevo en la ciudad de Barcelona, que acogió la gala el pasado año. Pero, aunque no se hacía en Cataluña, ha sido un buen año para la cocina de nuestra casa, que ha recogido un montón de estrellas. Nueve primeras entradas que han quedado bien repartidas por todo el territorio.
Todos los establecimientos de la máxima categoría, tres estrellas, las han conservado. Sólo en la máxima categoría es donde se repasa durante la gala si alguien la pierde y este año no ha sido el caso. Pero en el recuento posterior sí la guía ha publicado los restaurantes que han retrocedido. En el caso catalán, hay dos. El restaurante Moments, de Raúl Balam Ruscalleda, ha bajado de dos estrellas a una. Y el Xerta, ubicado en el hotel Ohla Eixample, ha perdido la que tenía. Tampoco ha habido suerte en los restaurantes que querían subir a la categoría de dos estrellas, ya que restaurante catalán no ha habido ninguna. Aunque hacía semanas que se apuntaba que el restaurante Enigma, de Albert Adrià, tenía muchos números de conseguirlo, las buenas noticias se han reservado, pues, en la categoría de nuevas entradas en la guía.
La primera estrella
Si vamos al sector de una estrella, pues, ha sido un año fantástico, ya que Cataluña ha sumado nueve. cocinero Aitor López, que ha puesto Alcanar en el mapa. Con un menú hecho de productos de proximidad, sean del Delta o del País Valenciano, el cocinero de Xàtiva ha enamorado a locales y visitantes en Citrus del Tancat. Para quien haya ido a su restaurante, no será una sorpresa que los inspectores hayan reconocido su propuesta con una estrella Michelin. Sirven un menú creativo, arraigado en el territorio, con una bodega envidiable y en un entorno privilegiado rodeado de naranjos.
En 1995 los hermanos Roca recibieron la primera estrella por El Celler de Can Roca. Y el restaurante es un tres estrellas desde el 2009. Así que los gerundenses tienen el tamaño tomado en la guía francesa. No es de extrañar, pues, que en tan poco tiempo hayan conseguido colgar la primera estrella en la puerta de La Fortaleza de San Julián de Ramis, donde está instalado su nuevo restaurante Espíritu Roca, desde mayo pasado. En el restaurante hay una bodega impresionante, que es la niña de los ojos de Josep Roca, y dos posibilidades de menús: una salada y una dulce. Recogió el galardón Raúl Sillero.
No vamos muy lejos, porque el Divinum de Arnau Casadevall e Isidro Soler, ubicado en el Casino de Girona, también se estrenó. Lo que empezó como un restaurante sencillo donde se podía beber un buen vino y degustar quesos es ahora un restaurante de alta cocina que convenció a los inspectores. Del mismo modo, los mar y montaña del restaurante Voramar, de Portbou, también se han hecho un hueco en la guía roja. La nueva estrella se instala en el Alt Empordà gracias a la cocina de Guillem Gavilán y Pau Jamàs.
La propuesta de Andrés Torres en Sant Martí Sarroca, el Penedès, en el restaurante Casa Nova, hace tiempo que suena en todos los foros de aficionados de la gastronomía. Por su discurso sobre la responsabilidad de la cocina actual con la sostenibilidad, el uso de producto local y la reducción de residuos que ya le aportó una estrella verde. Ahora suma una dorada, a poner junto a otro de los grandes activos de su cocinero: un hombre comprometido que ha participado en varios proyectos de cooperación en todo el mundo.
Cuatro en Barcelona
La capital, Barcelona, reunió a cuatro nuevas estrellas. Una fue para el restaurante Fishology, de Riccardo Radice, ubicado en la calle Diputació. La guía ha premiado su capacidad de tratar el pescado de formas diferentes y las ganas de llevar el sabor a mar en el Eixample.
En la calle Sant Elies de Barcelona se encuentra el restaurante Mae. Los inspectores debieron de verse seducidos por este punto de encuentro entre la gastronomía local y la del otro lado del océano Atlántico, y lo han premiado con una estrella. En Mae encontramos a la restauradora Mariella Rodríguez, de Costa Rica, y los chefs Diego Mondragón, de Colombia, y German Espinosa, de Barcelona, que antes de crear este restaurante de cocina sincrética han pasado por algunos de los mejores fogones del país.
El restaurante Prodigi, de Jordi Tarré, es una muestra de lo que puede hacer un joven que tiene talento y ambición. Es fácil ubicar este restaurante, porque su nombre ya lo indica. Se encuentra prácticamente en el triángulo que hacen las calles Provença, Diagonal y Girona. Si toma las primeras letras de estas calles le saldrá el prodigio que han conseguido también trasladar al restaurante y que ha sido reconocido.
Por último, Oliver Peña, que siempre se describe como “un cocinero de Rubí”, de alguna manera ha devuelto a la estrella a casa. Teatro Kitchen & Bar es el heredero del desaparecido Tickets, el restaurante de la avenida Paral·lel del grupo El Barri que no sobrevivió a la pandemia y que también lucía la estrella. En ese momento Peña estaba en el Enigma y, cuando el show pudo continuar, se incorporó al Teatro para subir el talón con el mismo concepto de mozos que se comen con los dedos y en un máximo de dos mordeduras. Este año, por fin, Peña ha logrado recuperar el terreno perdido en un restaurante que es todo un espectáculo.
Estrellas verdes
La gastronomía sostenible, premiada con estrellas verdes, también ha parado en Cataluña. Han recibido el Bistrot 1965 de Joan y Màrius Jordà i Giró, en Castelló d'Empúries; Espai Amunt, de Vicent Guimerà, en Ulldecona; el Restaurante 1497, de Vallromanes, dirigido por Beniamino Campolo y ubicado dentro delecoresort Mas Salagros, y la Boscana de Joel Castanyé, en Bellvís, que ha dignificado la fruta de Lleida y la ha puesto en el centro de la alta gastronomía.