Copiar es de genios: el nuevo Huckleberry Finn
Percival Everett reinterpreta magistralmente en 'James' el clásico de Mark Twain


'James'
- Percival Everettt
- Ángulo editorial
- Trad. Jordi Martín Lloret
- 336 páginas / 21,90 euros
Parece que el famosísimo cuento de Jorge Luis Borges, Pierre Menard, autor del Quijotee, donde un copista volvía a escribir, palabra por palabra, el clásico de Cervantes, haya encontrado una reformulación en la post-postmodernidad en la que estamos inmersos, convencidos por fin de que no hay progreso, sino sólo cambio y transformación. Si existen tradiciones, como la china, en las que la copia no es sinónimo de falta de imaginación o de originalidad, sino que se interpreta como una buena práctica, también hace tiempo que el mundo anglosajón practica la reescritura de clásicos según nuevos cánones, como un mecanismo de reversión de las injusticias y los silencios demasiado prolongados.
Ni que decir tiene que las revoluciones feministas y el desmantelamiento (provisional) de ciertas estructuras patriarcales y coloniales tienen su correlato literario. Como El ancho mar de los sargazos, donde Jean Rhys cogía a un personaje secundario de Charlotte Brontë y lo convertía en protagonista para dar voz a una mujer no blanca y con una salud mental frágil, uno de los mejores autores estadounidenses actuales, Percival Everett, ha cogido el negro Jim, el amigo con el que Huckleberry Finn vive mil aventuras bajando el Misisipi, como protagonista absoluto de su James, y lo ha hecho tan bien que ha recibido algunas de las distinciones más elevadas en su país, como el Kirkus Prize o el National Book Award, y ha estado a punto de ganar al Booker. Reescribir un clásico como el de Mark Twain, uno de los libros más importantes de toda la literatura norteamericana, y ser capaz de decir cosas nuevas, sin dejar de escribir una novela de aventuras igual de emocionante y divertida que el su predecesor y faro, no está al alcance de cualquier escritor: mucha alerta con Percival Everett, de quien ya habíamos podido leer en catalán dos obras anteriores: las divertidas y desgarradoras Los árboles y Dr. No, ambas en Ángulo editorial, al igual que ésta.
Fingir no saber nada de nada
James parte de una premisa falsa pero genial, que sólo una persona con un gran sentido del humor e inteligencia podía empujarse: ¿y si toda la concepción que los blancos tenían de los esclavos negros (que eran analfabetos, supersticiosos, animistas y mil cosas más) ¿no fuera sino una cortina de humo que habían construido los esclavos, que en realidad eran unos individuos del todo letrados y con las mismas preocupaciones que los blancos? El mecanismo a partir del cual se articula todo el relato es éste, que la llanura del Misisipi funcionaba como El Show de Truman: los negros hacían ver que hablaban mal (madre mía, ¡qué filigrana de traducción no ha hecho Jordi Martín Lloret, la enhorabuena!), fingían no saber nada de nada, y se limitaban a cantar mientras recogían el algodón, pero en realidad, estudiaban a escondidas la filosofía de John Locke y tenían discusiones enconadas con las apariciones de su espíritu. Al menos, eso es lo que le pasa al protagonista de James, un esclavo fugitivo que baja río abajo con un chico, Huckleberry, que poco a poco sospecha que su compañero de fuga no es lo que parece. La mirada limpia de prejuicios del chico le sirve a Everett para denunciar la brutalidad y el sinsentido del trato que los blancos dispensaron a los más de doce millones de esclavos que importaron de África. La combinación de ironía y crudeza, porque no faltan latigazos, violaciones, linchamientos o muertes por ahogamiento, junto a situaciones delirantemente divertidas, convierten el libro en un instrumento excepcional, que funciona tanto contra los prejuicios raciales como contra los tópicos literarios sobre la inconveniencia del plagio y la búsqueda de la originalidad.
"La gente es muy curiosa: se tragan las mentiras que les gustan y rechazan las verdades que les dan miedo". El libro gira también sobre otro eje, como no podía ser de otra forma en un libro que es reescritura de otro. ¿Qué significa explicar historias, qué poder tienen, qué es la verdad y qué es la mentira? Aquí también resuena la Norteamérica contemporánea, con el trumpismo desatado en la conquista de nuevas verdades hasta hace poco inconcebibles. El testimonio de Everett como escritor negro se levanta, tan poderoso y tan débil como el tesón y el empoderamiento de Jim, el esclavo que conquista un nombre propio, James, para convertirse en una persona libre.