Las víctimas de la represión franquista, más lejos del olvido

La asociación Innovation and Human Rights crea un mapa interactivo con todos los represaliados según su lugar de nacimiento

Fosa común de Estépar donde se enterraron los presos del penalti de Burgos que fueron fusilados
4 min

BarcelonaHace muchos años que los familiares de las víctimas de la Guerra Civil reivindiquen poder saber dónde están sus muertos. No es fácil saberlo, porque han pasado 82 años desde el final de la guerra y se calcula que tan solo se podrán recuperar un 10% de las fosas comunes del Estado. El resto quedarán tragadas por el olvido, porque los testigos han ido muriendo y porque en muchos casos los ejecutores escondieron muy bien sus crímenes. Pero siempre hay gente obstinada en rescatar los nombres sepultados en carpetas. La asociación Innovation and Human Rights (IHR) ha publicado un mapa estatal en el que se pueden encontrar algunas de las personas que murieron asesinadas o sufrieron condenas y represión durante la Guerra Civil. La asociación empezó a recopilar datos en 2017. Ese año cerró con 200.000 registros y actualmente ya tiene 1.200.000. En el mapa han colocado tan solo los 82.000 nombres de los que han podido averiguar el lugar de nacimiento. “Hemos querido destacar el lugar de nacimiento, porque uno de los principales objetivos de esta herramienta es ayudar a los familiares y romper el silencio. Mucha gente desconoce qué le pasó a su familia. Con esta herramienta se puede mirar un apellido y la población de origen. Ayuda a hacer que muchas personas puedan descubrir este pasado tan silenciado”, asegura Concha Catalán, presidenta de Innovation and Human Rights.

Una imagen del mapa publicado por la asociación IHR

La documentación de 232 archivos

En la web se ha volcado la información de 232 archivos y, cuando se hace la búsqueda de un nombre, aparece toda la información vinculada: “Todos los datos incluidos están referenciados: o bien es información publicada por un archivo o bien en una investigación. Así los familiares pueden contactar”, dice Catalán. Hace pocos días, les escribió el nieto de un represaliado por el franquismo que explicaba que había podido tener acceso al expediente de su abuelo: "Lo más importante es que lo ha podido leer mi padre, su hijo. Toda la vida se había hecho muchas preguntas y, por fin, ha podido obtener algunas respuestas. A los 96 años ha empezado a cerrar viejas heridas", decía. En la web hay, por ejemplo, documentación de diferentes tribunales militares, los sumarísimos del Archivo Nacional de Catalunya o los registros de los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores del Archivo Militar de Guadalajara. Hay también búsquedas individuales o colectivas, como la investigación universitaria Noms e voces de Galicia o los nombres de republicanas condenadas que recopiló para su tesis Francisca Moya Alcañiz. La lista de fuentes documentales es mucho más larga: víctimas documentadas por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, los listados de ejecuciones en el Madrid de la posguerra, las víctimas enterradas en el Valle de los Caídos, los muertos del Hospital de Sang de Cambrils...

La dificultad para acceder a la información

Llevar a cabo el proyecto no ha sido fácil para la asociación, porque a veces se han encontrado con puertas cerradas o no se les ha facilitado la documentación que requerían con el argumento de que son datos sensibles y, por lo tanto, protegidos. “No creo que publicar los nombres de las personas de las que se conserva documentación en un archivo sea publicar datos sensibles; es un tema de voluntad política”, dice Catalán. En este sentido, por ejemplo, la asociación no pudo acceder a los nombres del Censo de Personas Desaparecidas de la Guerra Civil de la Generalitat de Catalunya. En estos momentos, este listado, con 5.307 víctimas registradas por familiares que quieren localizar dónde fueron enterradas, es público, pero solo están las iniciales de los desaparecidos. En el portal web del Memorial Democrático también se ha publicado el Coste humano de la guerra civil y la posguerra, una investigación que inició hace 30 años el Centro de Historia Contemporánea de Catalunya y que todavía no ha acabado. En este caso se trata de una relación nominal de los muertos en Catalunya –catalanes y no catalanes, de un bando y del otro bando.

Muchas comunidades autónomas, entre ellas Catalunya, y también el gobierno español, han hecho públicos mapas de fosas. Uno de los mapas más recientes de la represión lo hizo la historiadora Lourdes Herrasti, que ha recorrido buena parte de la geografía española buscando historias sepultadas durante décadas. Es miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi (País Vasco) y publicó Arqueología de la memoria. El método arqueológico aplicado a la investigación de la historia reciente, donde da cuenta de todas las fosas que se han exhumado entre el 2000 y el 2018 en el estado español: 743 fosas y 9.009 muertos.

“A diferencia de otros mapas, nosotros hemos centralizado los datos de los archivos y las investigaciones que hemos podido integrar hasta ahora. No nos hemos limitado a un territorio, sino que lo hemos hecho a escala estatal, y no hemos clasificado los nombres por el lugar de la muerte sino de nacimiento”, dice Catalán.

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