Un Parlamento Europeo dividido aprueba incluir el gas y la nuclear como energías verdes
Se necesitaban 353 votos en contra y, finalmente, han sido 328. Han votado a favor 278 diputados.
MADRIDLa llamada taxonomía verde da un paso adelante más. Un Parlamento Europeo dividido ha votado a favor de etiquetar como energías "verdes" la nuclear y el gas, es decir, que las dos tecnologías se consideren necesarias para la transición verde, como defendía la Comisión Europea. Para tumbar esta propuesta hacían falta 353 votos en contra. Finalmente y solo han sido 328. A favor han votado 278 diputados, mientras que 33 se han abstenido.
Ya solo el Consejo Europeo podría tumbar la taxonomía verde pero se necesitaría, como mínimo, el voto contrario de 20 de los Estados miembros que representen al menos el 65% de la población de la Unión Europea. Hace unos días parecía que podía haber un giro de guion, cuando dos comisiones del Parlamento Europeo se mostraron contrarias. En concreto, la comisión de Asuntos Económicos y la comisión de Medio ambiente. Su malestar se añadía al de activistas ecológicos y la opinión de los expertos, pero también a la oposición de varios países de la UE que rechazaban considerar energías "verdes" el gas y la nuclear. Todos ellos señalaban las emisiones del primer recurso y los residuos nocivos que provoca el segundo.
A pesar del alud de críticas, la Comisión Europea se ha mantenido firme y mantiene que estas dos tecnologías, el gas y la nuclear, también tienen que formar parte de la guía para que el sector privado canalice sus inversiones en la dirección de los objetivos climáticos. En concreto, la Comisión defiende que son necesarias y "válidas" como "puente" para lograr la neutralidad de emisiones, es decir, la descarbonización de la economía. En el informe llevado a cabo por científicos sobre la propuesta inicial se llegaba a la conclusión de que tanto una tecnología como la otra "podían contribuir a la mitigación del cambio climático".
Esta taxonomía o proyecto de clasificación plantea seguir construyendo nucleares hasta 2045 y plantas de gas hasta 2030. La propuesta también ha levantado polvareda porque, más allá de un debate técnico, se ha visto como una concesión política a Francia y Alemania. En el primero de los casos por la fuerte dependencia nuclear del país: su presidente, Emmanuel Macron, ha apostado por incrementar todavía más su producción de energía nuclear como medida para combatir tanto la crisis energética como la crisis climática. Y en el caso alemán, si bien el país no veía con buenos ojos el apoyo a la nuclear (tiene previsto consumar su apagón nuclear total el 31 de diciembre de este año), sí reclamaba incluir el gas. En todo caso, las aspiraciones de los dos países no solo tienen que hacer frente a las voces que recelan de la propuesta, sino también al parón sin precedentes de nucleares y a la amenaza de Rusia (principal exportador a Alemania) de cerrar el grifo del gas en cualquier momento.