Salud

Correr más allá de los 50: ¿un ejercicio positivo o negativo para nuestro cuerpo?

Médicos, expertos y aficionados aseguran que el 'running' es bueno si se realiza con precaución y asesoramiento médico

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Dos mujeres corriendo por el bosque

Barcelona“Corro porque me encanta correr. Es la combinación perfecta entre hacer deporte en libertad, pisar y conocer el entorno y, a su vez, llevar una vida saludable, ya que hago ejercicio físico y me obliga a cuidarme. Para mí, correr es sentirme activa y que, aunque me estoy haciendo mayor, puedo seguir haciendo muchas cosas”, explica Montse Bosch, técnica de cooperación internacional que acaba de cumplir los 50 años.

Correr es un deporte que, históricamente, ha generado mucha controversia y muchas opiniones contrapuestas: desde los firmes defensores de esta actividad natural y ancestral, hasta los detractores que sólo ven un impacto negativo para la salud articular.

Pero, ¿a quién debemos hacer caso? ¿Es bueno o no es bueno correr? Y, en todo caso, ¿es bueno hacerlo o seguir haciéndolo más allá de los 50 años?

“Con independencia de la edad, siempre es un buen momento para empezar a hacer deporte y para correr, también. Sin embargo, es cierto que, a medida que nos vayamos haciendo mayores, debemos ser más cuidadosos y estar bien asesorados para minimizar errores que, posiblemente, en edades más jóvenes, pueden ser menos trascendentales”, afirma el dr. Daniel Brotons, médico deportivo de larga trayectoria.

Los estudios científicos realizados al respecto han evolucionado mucho en los últimos años: “hay mucha literatura científica que nos explica que el cartílago se comporta como otras estructuras del cuerpo; es decir, que si lo estimulamos con las cargas adecuadas y bien pautadas, tendremos más posibilidades de mantenerlo en buen estado de salud. De tal forma que, estimularlo a través del impacto de correr, siempre desde la prudencia y la coherencia, no es malo, sino todo lo contrario, nos ayudará a tener mejores nutrientes articulares que faciliten su preservación a lo largo del tiempo”, evidencia Albert Carrere, fisioterapeuta especialista y miembro de La Clínica del Corredor.

De tal modo que, si hacemos caso de los especialistas y tenemos en cuenta los últimos estudios científicos, podemos afirmar que, en condiciones normales una persona sin patologías previas que impidan la práctica, correr aporta más beneficios que inconvenientes, tenga la edad que tenga. su vida o aquellos practicantes que se han iniciado ya, en una edad más avanzada, pero, como nos cuenta Quim Zarzoso, comercial que se inició a correr justo en la línea de los 50, todo es empezar: “Me van diagnosticar una neumonía severa a causa del tabaco y mi peso aumentó considerablemente. Me di cuenta de que tenía que hacer algo y, gracias a unos compañeros que corrían, empecé a salir a trotar. Las primeras veces fueron un desastre. Al cabo de 15 o 20 minutos, la falta de aire hacía que volviera a casa con una sensación frustrante. Pero poco a poco vi que iba progresando. Salir acompañado hizo que tuviera constancia, pero necesitaba dar un paso más y tomar conciencia del deporte y de mi cuerpo, así que me apunté a unas sesiones de iniciación al running que organizaba el gimnasio municipal del barrio”. En el día de hoy, 5 años después, Quim ha participado en diferentes pruebas como maratones de asfalto y competiciones de montaña y mantiene un programa de entrenamiento periódico.

En el ritmo diario en el que estamos sumergidos, encontrar espacios para a uno mismo no es fácil. En cambio, los corredores lo tienen claro: "Correr es un deporte fácil, que puedes hacer entrega en el entorno cercano, con total flexibilidad horaria y no necesitas un gran equipamiento ni cuotas de gimnasio o alquiler de pista", reivindica Bosch.

Y, por otra parte, si tenemos en cuenta el estrés diario, el estado de sedentarismo al que estamos abocados y el desgaste que vamos adquiriendo con el paso de los años, vale la pena valorar las palabras del dr. Brotons: “Correr implica mantener un buen estado de salud física y mental y, por tanto, retrasar posibles patologías crónicas, tanto osteoarticulares, como cardiovasculares, como metabólicas, entre otros; y en caso de sufrirlas, poder minimizar sus efectos indeseados o, incluso, llegar a reducir la medicación, siempre con la prescripción médica adecuada”.

Pero no podemos olvidar que vivimos en una sociedad marcada por estereotipos y prejuicios muy arraigados: “Socialmente, me encuentro con gente de mi entorno y, sobre todo de la misma edad, que son críticos y cuestionan lo que hago. Tengo claro que mi momento de esplendor competitivo se ha agotado, pero sigo teniendo mis objetivos y, en gran parte, implican seguir mejorando mi condición física, tener un futuro más saludable y sentirme vivo”, reivindica Zarzoso .

Y es que, como decíamos al inicio, correr siempre ha venido acompañado de detractores que, posiblemente, han vivido malas experiencias por falta de buena praxis o de buen asesoramiento. Quien no ha oído alguna afirmación relacionada con correr como: “Te harás daño en las rodillas o en la espalda o en las caderas” o “Dentro de unos años no podrás ni andar” o “Mejor, a esta edad, cambia las zapatillas la bicicleta" o "A esta edad quieres empezar a correr? ¿Sólo conseguirás hacerte daño".

Carrere, precisamente, nos dice todo lo contrario: "Si queremos preservar una buena salud articular, lo que debemos hacer son acciones de impacto, cómo correr. Estamos diseñados anatómicamente para hacerlo. running no hacemos cambios de dirección, ni movimientos bruscos y esta armonía, junto con el impacto, estimulan el cartílago articular”.

De hecho, existen unos estudios recientes que comparan cartílagos de rodilla, cadera e intervertebral de corredores con población sedentaria y evidencian que los corredores tienen un disco intervertebral más grueso y firme que la población sedentaria.

Pero como todo, es necesario tomar medidas y encontrar un equilibrio. El trabajo muscular será básico para este equilibrio, puesto que “a medida que nos vamos haciendo mayores, perdemos demasiado muscular y, si no la trabajamos, haremos que las articulaciones sufran más de la cuenta. Con un buen trabajo muscular dirigido, mejoramos nuestra salud general y alargaremos la vida articular para seguir disfrutando de correr y de todos los beneficios que nos aporta”, añade Carrere.

I, tal y como nos apunta el dr. Brotons, aparte de todas las ventajas que nos aporta la práctica de la actividad física para la salud física, no podemos olvidar su poder de desconexión y su impacto positivo en la salud emocional, mental y social.

“ Correr es mi momento, en el que me sincero conmigo mismo, en el que pongo un poco de orden en mi cabeza. Otras veces, no pienso, dejo que las sensaciones me hablen por sí solas. Ver cómo avanzo, darme cuenta de que cada vez voy alcanzando objetivos, me ayuda a ser constante”, concluye Zarzoso.

El dr. Brotons y Albert Carrere nos ofrecen los siguientes consejos para empezar a correr a partir de los 50 años:

  1. Realizar una revisión médica para evaluar el estado cardiovascular y articular.
  2. Ponerse en manos de un profesional de la actividad física que marque las pautas y la progresión a seguir.
  3. Ser muy progresivo y respetar el equilibrio entre la práctica y la recuperación.
  4. Ser constante.
  5. Durante los primeros meses, es importante correr con comodidad respiratoria (talk test), cardíaca y muscular para conseguir una buena adaptación sin contratiempo.
  6. Hacer un buen trabajo de fuerza, paralelamente a correr, para no sufrir problemas articulares y preservar su salud a lo largo del tiempo.
  7. Dejarse asesorar para adquirir el material adecuado, sobre todo el calzado.
  8. Mantener unas buenas pautas alimentarias y de hidratación.
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