Cuerpo y mente

¿Cómo vivir más tranquilos? La filosofía quizá tenga la respuesta

El divulgador Rafael Narbona nos habla de los filósofos que le han ayudado en los momentos difíciles en 'Maestros de la felicidad'

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Filosofía y pensamiento.

BarcelonaHay muchas formas de sobreponerse a los momentos duros que nos lleva la vida. Para algunas personas la religión, los pasatiempos o el deporte pueden ser vías que les ayuden a encontrar un sentido u objetivo. Para otras, el acceso a las enseñanzas de los grandes filósofos puede convertirse en una especie de guía práctica a seguir.

Éste último es el caso de Rafael Narbona, profesor y divulgador de filosofía que acaba de publicar Maestros de la felicidad (Roca Editorial 2024), donde combina las biografías de algunos de los pensadores más importantes con episodios de su propia vida.

“La filosofía es una de las mejores cajas de herramientas inventadas por el ser humano”, dice Narbona, que asegura que nos ofrece muchas formas de dar un sentido a nuestra existencia y superar las adversidades: “Sócrates nos incita a conocernos nos a nosotros mismos; Séneca nos recuerda que la verdadera felicidad consiste en depender poco de lo material; Nietzsche nos pide que amamos la vida, incluso en los momentos más trágicos”.

"Pero ¿cómo vivir tranquilos, sabiendo que un día vamos a morir?", podemos preguntarnos a veces. "Kierkegaard, que era muy religioso, decía que sin la existencia de Dios la vida sólo sería desesperación", recuerda Narbona. Al fin y al cabo, somos infinitos seres rodeados de amenazas, como enfermedades, y sabemos que un día no quedará nada de nosotros. “Pensadores como Unamuno y Camus lo vivían como algo insoportable. En cambio, otros como Montaigne exaltaban la finitud de la existencia al considerar que sin la muerte no se produciría una renovación de la vida”. "O Nietzsche, que decía que precisamente es el carácter trágico de la vida lo que le da más intensidad".

Cultivar el interior

Para Narbona, el ser humano necesita cultivar una dimensión espiritual que le permita contemplar su vida con esperanza. Más aún en momentos como el actual, donde el auge de una vida entre pantallas y las amenazas del cambio climático nos hacen replantear nuestro paso por este planeta. "Los clásicos griegos ya hablaban sobre el respeto a la naturaleza y Boecio, el último filósofo clásico de la antigüedad, también reflexionaba sobre cómo la gloria es algo efímero", remarca.

“Consideraba que, como todos caeremos en el olvido, lo fundamental es cuidar nuestro interior, tener autoestima, respeto por uno mismo e invertir en cosas que sí son importantes, como conseguir la paz interior, ser capaces de enfrentar nos al sufrimiento de forma inteligente, elaborar proyectos personales y no estar tan pendientes de la imagen que ofrecemos a los demás”.

Narbona asegura que no tiene ningún filósofo de cabecera, sino que intenta aprovechar de cada pensador las ideas que le ayudan a vivir mejor. “Parece que la filosofía esté ahora un poco de moda y la gente pida textos filosóficos, pero ocurre que a menudo es muy difícil leer directamente a los clásicos”, admite. Por eso, considera que lo que hacen falta son buenos divulgadores que establezcan un puente entre los lectores y los grandes textos clásicos.

Celebrar la vida

Sin embargo, asegura que hay libros al alcance de todo el mundo que recomienda leer al menos una vez en la vida. Uno sería las meditaciones de Marc Aureli, el libro básico para entender el estoicismo y una buena guía para “ayudar a encarar los momentos difíciles con entereza”. El otro libro es el diario de Etty Hillesum, una chica de origen judío que escribió un relato antes de ser deportada a un campo de exterminio.

“Es parecido al diario de Anna Frank, pero desde una perspectiva más adulta. Hasta el último momento, cuando ya sabía que le esperaba la muerte, seguía asegurando que la vida es bonita y que creía en el ser humano. Es una celebración de la vida escrita al borde del abismo”, dice Narbona, quien asegura que este libro le ayudó mucho cuando pasaba una depresión por la muerte de sus hermanos: “Me ayudaba a ver que los humanos no somos víctimas de las circunstancias ni unas marionetas en manos de los acontecimientos, sino que siempre podemos escoger cómo los encaramos”.

Una idea similar también se transmite al libro El hombre en busca del sentido, escrito por el psiquiatra Viktor Frankl tras sobrevivir en un campo de concentración y perder a algunos familiares. “Decía que lo esencial del ser humano no es la búsqueda del placer o del poder, sino del sentido. Quien encuentra un sentido en la vida, siempre encontrará la manera de seguirlo”, explica.

Al final, el universo de la filosofía es muy amplio con muchos caminos y respuestas. Sólo se trata de explorarla y de que cada persona encuentre su propio camino.

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