Aprender a abandonar, una asignatura pendiente
La experta en póquer profesional y escritora Annie Duke explica cómo podemos saber cuándo retirarnos a tiempo

BarcelonaSon muchas las escuelas de negocios que ofrecen cursos sobre cómo crear nuevas empresas, pero ¿cuántas enseñan a saber cuándo cerrarlas? ¿Cómo saber cuando un producto, un trabajo o una relación de pareja no funciona y hay que dejarlo estar? La realidad es que, ante situaciones inciertas, nunca sabemos cuándo rendirnos.
De todo esto sabe mucho Annie Duke, ganadora mundial de póquer y autora del libro ¡Abandona! El poder de saber cuándo retirarse a tiempo (Alienta Editorial, 2024), donde a través de su experiencia profesional y de otras historias reales de deportistas de élite, empresarios o actores, argumenta por qué a veces hay que saber retirarse a tiempo y qué estrategias pueden ayudarte a tomar esa decisión.
En muchas ocasiones nuestro entorno ve más claramente que tú cuando es hora de dejar estar un proyecto. Sin embargo, nos resistimos a escucharlos. Para Duke, esto se debe, en parte, a que abandonar tiene una connotación negativa casi universal. "Si alguien dice que eres un derrotista, ¿lo considerarías un elogio? La respuesta es obvia", dice la autora. "Abandonar significa fracasar, capitular, perder. Los que abandonan son considerados unos perdedores y el propio lenguaje favorece palabras como coraje, que describe a las personas que perseveran y son capaces, firmes, valientes y resistentes", reflexiona.
Pero la historia nos demuestra que abandonar a menudo es la mejor opción. En el libro, la autora expone el caso de la tragedia que asoló el Everest en 1996, cuando varios alpinistas hicieron caso omiso a las advertencias de tormenta e intentaron hacer la cima, lo que les provocó la muerte. "En medio del caos de ese día, casi nadie se acuerda de los alpinistas que sí siguieron las normas y no subieron. Son invisibles", apunta Duke. Incluso en el libro en el que se cuenta toda la hazaña, escrito por Jon Krakauer, el periodista explica que "enfrentados a una dura elección, fueron pocos los que tomaron la decisión correcta ese día". "El coraje, la determinación, es lo que les hizo subir la montaña, pero el abandono y la renuncia es lo que les dijo cuando bajar", reflexiona Duke.
¿Y si me arrepiento?
Una de las grandes inquietudes a la hora de dudar entre abandonar o no es la posibilidad de arrepentirse más adelante. "Nuestro deseo de tener una certeza es el canto de sirena que nos lleva a perseverar y evitar la pregunta de "¿Y si...?"", explica Duke. "El problema es que, en ocasiones, ese canto de sirena te conduce hacia un banco de arena que acaba destruyendo todo el barco", continúa.
Como jugadora de póquer profesional, la autora reconoce que en estas jugadas de cartas se aprende mucho sobre las ventajas de saber retirarse a tiempo. "Es la mayor habilidad que separa a los grandes jugadores de los aficionados", asegura. Lo que ocurre, al igual que en la vida, es que a menudo no se sabe si es demasiado pronto para retirarse, o todavía se puede seguir jugando un poco más.
Si vamos perdiendo en una mano de póquer, comenta la autora, no queremos descartarla porque esto significa que debemos asumir la pérdida del dinero que hemos invertido. Del mismo modo, si estamos en una relación o en un trabajo, no queremos abandonarlo por miedo a sentir que hemos malgastado o perdido todo el tiempo y esfuerzo que hemos invertido en él. "Eso es irracional. Si inviertes en varias acciones, unas ganarán y otras perderán. Lo importante es que tu cartera, en conjunto, gane, no que una inversión suba o baje", pone de ejemplo Duke.
El miedo a lo desconocido tampoco ayuda a la hora de saber cuándo dar un paso al lado. Refranes como "Más vale loco conocido que sabio por conocer" reflejan hasta qué punto a la sociedad le cuesta dejar atrás situaciones que, si se observan de forma racional, no tienen demasiado sentido. "Somos más tolerantes con continuar con malos resultados, que con los posibles malos resultados de cambiar hacia algo nuevo", apunta.
Finalmente, la autora recomienda tener siempre al alcance un buen amigo que, dado el caso, pueda decirte su opinión con sinceridad, aunque pueda hacer daño. Son precisamente esos "observadores externos" los que pueden tener una visión más racional frente a las situaciones que, para uno mismo, parecen irresolubles. Eso sí, porque la relación con el tuyo coach de apoyo funcione, debes darle permiso para desempeñar este papel. "Eso quiere decir que debes comprometerte explícitamente a estar abierto a escuchar las verdades que te pueda decir, por muy duras que sean", concluye.