Visita sorpresa de Orbán a Kiiv para inaugurar la presidencia húngara de la UE
El primer ministro de Hungría se reúne con Zelenski en Ucrania por primera vez desde el inicio de la guerra
BruselasEl primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha vuelto a sorprender a todos. El líder euroescéptico y pro-ruso ha viajado este martes a Ucrania por primera vez desde el inicio de la guerra para inaugurar la presidencia de turno de Hungría del Consejo de la Unión Europea y entrevistarse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Es un gesto que ya habían hecho los anteriores jefes de gobierno o estado de los países comunitarios que habían ostentado esta presidencia rotatoria, pero no se esperaba que el ultraderechista húngaro, que es contrario a las iniciativas de la UE de apoyo a Ucrania , mantuviera ese compromiso. "El objetivo de la presidencia húngara es contribuir a la solución de los retos de la UE. Por eso, el primer viaje lo hago a Kiiv", ha escrito Orbán en su perfil de Facebook.
En este sentido, el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrí Iermak, ha celebrado el encuentro y ha asegurado que Kiiv "ha trabajado mucho para esta visita", y Zelenski ha destacado en declaraciones a los medios que la reunión de este martes "es una prueba clara" de su "prioridad europea" y de la "importancia de devolver una paz justa en Ucrania y en toda Europa".
El primer ministro ucraniano también ha dicho que espera el "liderazgo" de Orbán para celebrar otro encuentro para la paz como el que se celebró el mes pasado en Suiza, al que el ultraderechista húngaro declinó asistir . Y quiere que Budapest juegue un papel "activo" para incluir en la cumbre Rusia. "Vemos la posibilidad de organizar una segunda cumbre este año, lo deseamos mucho", ha insistido el líder ucraniano.
A su vez, Orbán ha obviado la propuesta de Zelenski y le ha propuesto que considere un alto el fuego como paso previo a alcanzar la paz. "Un alto el fuego podría acelerar los pasos de las negociaciones [entre Ucrania y Rusia]", apuntó el primer ministro húngaro, que evitó mencionar las ayudas que la UE quiere enviar a Ucrania y, por supuesto, condenar la agresión del régimen de Vladimir Putin.
Esta visita ha llegado después de más una década de tensas relaciones entre los dos países vecinos y Budapest acusa continuamente a Kiiv de no respetar los derechos de la minoría húngara que hay en territorio ucraniano. No es de extrañar, pues, que Orbán haya esperado tanto a visitar Kiiv, aunque tiene una invitación de Zelenski desde hace al menos un año. Ambos dirigentes ya conversaron cara a cara el pasado jueves en la cumbre de la UE en Bruselas y el 10 de diciembre en el acto de inauguración del gobierno de Javier Milei en Argentina. Sin embargo, no coincidieron en la cumbre de paz celebrada el mes pasado en Suiza porque Orbán al final no asistió.
El encuentro también se ha producido en un momento en el que Hungría, que siempre nada a contracorriente del resto de socios de la UE, sigue atascando diferentes iniciativas comunitarias para Ucrania que cuentan con un presupuesto total de unos 6.600 millones de euros. De hecho, los jefes de estado y de gobierno de la UE ya lo discutieron en la cumbre que celebraron el pasado jueves en Bruselas para intentar convencer a Orbán y desbloquear este paquete antes de que Hungría tomara la presidencia de turno del Consejo de la UE, que ostenta desde este lunes 1 de julio y hasta el 31 de diciembre.
Sin embargo, la UE sí ha conseguido desbloquear dos medidas antes de la presidencia húngara. La semana pasada se espabiló a abrir las negociaciones de adhesión con Ucrania, si bien Hungría ya ha avisado de que seguirá poniendo bastones en sus ruedas, y aprobó redirigir los beneficios de los activos rusos que la UE tiene congelados en rearmar a las tropas ucranianas.
El pacto de 'no-agresión' entre Orbán y la OTAN
Orbán no sólo bloquea el apoyo de Ucrania a la UE, sino también a la OTAN. Y, por eso, tiene grandes esperanzas puestas en un potencial retorno de Trump a la Casa Blanca, para ganar como aliado nada menos que a Estados Unidos, el socio que controla la Alianza Atlántica. Sin ir más lejos, Orbán pretendía encallar el plan de la OTAN de enviar unos 40.000 millones de euros anuales a Ucrania en armamento, que se prevé que se acuerde en la cumbre de Washington de la próxima semana.
Sin embargo, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, y el ultraderechista húngaro han llegado a una especie de pacto de no-agresión y se espera que Orbán no encalle la iniciativa. Es decir, Orbán no molesta a los aliados atlánticos y, a cambio, la OTAN deja a Hungría mantenerse al margen de todas las medidas de apoyo militar en Ucrania.
Este pacto informal entre Stoltenberg y Orbán es una de las fórmulas que ahora la UE está estudiando para que Orbán desatasque los 6.600 millones de euros en ayudas a Ucrania. Y, de hecho, el blog ya excluyó a Hungría de la aprobación del uso de los beneficios de los activos rusos para rearmar a las tropas ucranianas porque no se incluyeron los activos rusos que el país húngaro pueda tener congelados y, por tanto , no implica que Budapest envíe dinero suyo a Kiiv.