De Rosa Parks a Pere Casaldàliga: ocho nombres que se quedaron sin el (merecido) Nobel de la Paz

El premio, no exento de controversias, deja a grandes olvidados

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La medalla con el busto de Alfred Nobel

BarcelonaEl Comité Noruego del Nobel anunciará este mediodía el ganador o ganadora del Premio Nobel de la Paz, que se entregará en diciembre en una solemne ceremonia en Oslo. Entre los 329 candidatos propuestos, en las quinielas suenan la activista climática Greta Thunberg, el movimiento Black Lives Matter, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el opositor ruso Alexéi Navalni... y Donald Trump. Trump figura entre los candidatos por tercer año consecutivo porque el listón para entrar en la lista es bajo: pueden presentar sus candidatos jefes de estado, diputados, profesores universitarios o los mismos miembros del comité y se aceptan todas las nominaciones presentadas antes de la fecha tope (el 1 de febrero).

Si Trump acabara siendo galardonado engordaría la lista de premiados polémicos, como su predecesor Henry Kissinger, galardonado en 1973 por el final de la Guerra de Vietnam; el trío Yasser Arafat - Isaac Rabin - Shimon Peres, por los acuerdos de Oslo en el Próximo Oriente; Barack Obama; la Unión Europea; la entonces activista prodemocracia birmana Aung Sang Suu Kyi (que después de recibir el premio, ya como jefa de gobierno, justificó el genocidio de los rohinyás) o el etíope Abiy Ahmed, que ha llevado a su país a la guerra contra los independentistas de la región de Tigray.

A diferencia de estos nombres tan poco merecedores de la distinción más prestigiosa (y mejor dotada) de un premio que Alfred Nobel concibió para reconocer "a los que han hecho más o la mejor tarea por la fraternidad entre naciones, por la abolición o reducción de los ejércitos y para organizar o promover congresos de paz", hay otros nombres que habían completado los méritos requeridos y que estuvieron en la lista en un momento u otro, pero no lo consiguieron nunca. He aquí una pequeña selección.

1.
Mahatma Gandhi

Símbolo de la resistencia no-violenta

Mahatma Gandhi

El líder de la independencia de la India, símbolo de la resistencia no-violenta, fue candidato doce veces, pero el comité nunca lo galardonó porque consideró que algunas de sus campañas habían podido degenerar en violencia. Cuando fue asesinado en 1948, prevaleció la norma de que no se premien a personas muertas y aquel año el premio quedó desierto. El único Nobel de la Paz entregado póstumamente fue el del general de la ONU, el sueco Dag Hammarskjold, porque había sido nominado antes de morir en un sospechoso accidente aéreo unos meses después de ser nominado. El comité se disculpó formalmente en 2007 por la omisión del reconocimiento a Gandhi admitiendo que "puede ser que Gandhi podía vivir sin el Nobel, pero el Nobel no puede vivir sin Gandhi".

2.
Rosa Parks

La lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos

Rosa Parks

El 1 de diciembre de 1955 en la ciudad de Montgomery (Alabama), Rosa Parks volvía a casa después de su jornada trabajando de costurera en unos grandes almacenes. Al subir al autobús, se sentó atrás, en la parte reservada a los norteamericanos no blancos. El autobús se fue llenando y algunos blancos se quedaron de pie: el conductor se paró y pidió a tres mujeres negras que se levantaran para dejarles sitio. Ella, que era miembro de una asociación en defensa de los derechos civiles de los afrodescendientes, se negó y fue detenida y condenada por transgredir el ordenamiento municipal. El episodio desencadenó un boicot masivo de los afroamericanos de la ciudad a la empresa de autobuses que duró más de un año. Finalmente, el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la segregación racial en los autobuses de los Estados Unidos. Rosa Parks nunca fue reconocida con el Nobel de la Paz, pero cuando en 1964 Martin Luther King recibió el galardón el comité no pudo evitar mencionarla.

3.
Olof Palme

El sueco campeón de la justicia

Suècia tanca el cas de l’assassinat d’Olof Palme sense proves definitives

El primer ministro socialdemócrata sueco que había hecho del pacifismo una de sus banderas fue asesinado el 28 de febrero de 1986 y en su caso no había sido nominado antes de la fecha tope. Palme era desde los años 60 una de las grandes voces del movimiento de los no-alineados, que criticaba tanto a Estados Unidos como a URSS, y apoyó a movimientos de liberación nacional y en general a las luchas por los derechos democráticos. Muchos antifranquistas no han olvidado la fotografía en la que se le veía con una hucha recogiendo fondos para las víctimas de la represión de la dictadura.

4.
Pere Casaldàliga

El obispo de los pobres

Pere Casaldàliga

El obispo de Balsareny fue la voz de los indígenas, de los sin tierra y de los pobres de Brasil, el país donde se estableció como misionero en 1968 en plena dictadura. Abrazado a la teología de la liberación y con un estilo de vida austero, en 1988 se enfrentó a Joseph Ratzinger, que entonces dirigía la congregación por la doctrina de la fe y después se convertiría en el papa Benedicto XVI: para algunos era un místico marxista y para otros era uno de los personajes más admirados del mundo católico. En 2012 el misionero claretiano tuvo que abandonar durante un tiempo su casa por amenazas de muerte. El obispo revolucionario murió el agosto pasado a los 92 años.

5.
Las Mujeres de Negro

Del Próximo Oriente en los Balcanes

Dones de Negre

Fundado en Israel en 1988 por la activista feminista y pacifista Hagar Rublev (1954-2000) para protestar contra la ocupación de los territorios palestinos, se ha convertido en un movimiento internacional de mujeres por la paz. El ejemplo de las israelíes continuó en la Guerra de los Balcanes, con la creación del movimiento en Belgrado, y continuó en otros países. Su objetivo es crear espacios para dar visibilidad a las mujeres que se enfrentan a la guerra, recuperar la memoria histórica y denunciar el impacto de los conflictos entre las mujeres, desde la violencia sexual hasta los cuidados o el hecho de que son la mayoría de los refugiados.

6.
Campaña por la prohibición de las bombas de dispersión

Detener la lluvia de acero

Protesta contra les bombes de dispersió

Las campañas internacionales para prohibir las minas antipersona (1997) y para prohibir las armas nucleares (2017) han sido galardonadas con el Nobel de la Paz, pero en cambio el otro gran esfuerzo de la sociedad civil en materia de desarme, que consiguió el Tratado de Prohibición de las Bombas de Dispersión en agosto de 2010, no recibió el galardón. Este tipo de explosivos cuando estallan siembran el suelo de pequeñas minas antipersona, matan de manera indiscriminada y continúan dejando muertos mucho tiempo después del final del conflicto, porque entre el 5 y el 30% de las submuniciones no llegan a estallar en el momento. Se calcula que unas 100.000 personas, la mayoría niños, han muerto en el mundo por este tipo de armamento.

7.
Bob Hunter

Fundador de Greenpeace

Bob Hunter

Con otros compañeros ecologistas este periodista fundó Greenpeace en 1973, después de viajar a una isla de Alaska para protestar contra las pruebas nucleares hechas por el ejército de los Estados Unidos. Como su primer presidente, fue quien la convirtió en una organización con presencia en más de 40 países y con tres millones de socios. Se le atribuye el concepto rainbow warrior [luchador del arcoíris], con el que se bautizaron a los activistas del grupo y al barco que los servicios secretos franceses hundieron en Mururoa en 1985. Hunter murió de cáncer en 2005 a los 63 años.

8.
Las abuelas de Lesbos

El rostro humilde de la acogida

Emilia Kamvisi mostra una fotografia en què dóna un biberó a un nadó sirià davant la mirada somrient de la seva mare. Skala Sykamineas, al nord de l'illa grega de Lesbos.

Emilia Kamvisi y el pescador Stratis Valiamos fueron propuestos en 2016 al Nobel como símbolos de los esfuerzos de la sociedad civil en la acogida de los refugiados que llegaron a Europa huyendo de la guerra de Siria. Un fotógrafo captó el momento en el que la abuela, sentada en un banco con sus amigas Maritsa y Stratia, daba un biberón a un bebé sirio ante la mirada sonriente de su madre, feliz porque acababan de llegar vivos a tierra firme. Un esfuerzo de acogida de la gente humilde que contrasta con la política de cierre de fronteras de los gobiernos europeos.

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